Star Wars llega a su final. Al menos por ahora porque, en las manos de Disney, decir que una saga de éxito se acaba es aventurarse demasiado. De hecho, si se cumplen los planes de la compañía, volveremos a tener una nueva trilogía en 2022, 2024 y 2026 pero, por el momento, 'El ascenso de Skywalker' es el final.
Desde 'Una nueva esperanza' en 1977 hasta esta nueva película que pone el broche a la tercera saga, hemos vivido con numerosos héroes, antihéroes, villanos y personajes que han causado más o menos simpatía entre los fans de Star Wars. Sin embargo, siempre ha habido personajes distintos que han repetido roles en las tres trilogías y que han servido para seducir a las distintas generaciones.
Para entendernos, seguiremos el siguiente orden: primera saga (Episodios IV, V y VI: 1977-1983); segunda saga (Episodios I, II y III: 1999-2005); y tercera trilogía (Episodios VII, VIII y IX: 2015-2019).
Uno de los ejemplos más clásicos que se pueden ver en esta evolución viene de la mano de los villanos. La evolución que ha ido enganchando a diversas generaciones va desde Darth Vader en la primera saga, pasando por Darth Maul en la segunda y Kylo Ren en esta última.
Las similitudes entre Darth Vader y Kylo Ren son más que obvias: ambos iban ataviados con una máscara, aunque en el caso del joven y nuevo villano se la quita en la primera entrega de la saga para que se vea bien la juventud de Adam Driver. En el caso de Vader su cara no fue vista hasta los últimos minutos del Episodio VI y ni siquiera mostraba al actor que había encarnado al villano del Lado Oscuro. Si habitualmente le había dado vida el actor inglés David Prowse, fue Sebastian Shaw quien finalmente le puso rostro (desfigurado) a Vader para confesarse ante Skywalker.
Otra de las características que unen a Vader con Ren, además de su parentesco, es el viaje que hacen por los distintos matices del Lado Oscuro. Mismas dudas, mismas inseguridades, ¿mismo final?
El profesor de la Universidad de Granada, Eduardo Segura, es uno de los mayores expertos en las películas de Star Wars y está convencido de que que los personajes se repitan película tras película, trilogía tras trilogía, "es señal inequívoca de la creciente carestía de ideas de que adolece Hollywood, cuyas mejores plumas han (literalmente) volado al renovado ámbito de las series".
Lo que es un hecho irrefutable es que en esta última trilogía rodada, los personajes de la acción se han rejuvenido respecto a las películas anteriores para activar el sentimiento de identificación de los más jóvenes, una estrategia en la que Disney es experta y se ve cada cierto tiempo con los reestrenos de películas míticas como 'El Rey León', 'Aladdin' o las precuelas-secuelas de 'Maléfica'.
Si los malos han evolucionado y rejuvenecido en el caso de la última saga, con el nieto de Darth Vader como malo malísimo, en el caso de los héroes la tónica general ha sido el viaje eterno. De un planeta a otro, en busca de planos, bases militares o a recibir clases de los maestros Jedi.
"Tantos viajes, al final, pueden llegar a costreñir la historia. Esto, que ha funcionado muy bien, ha llegado un momento (en donde George Lucas solo cobra derechos) en donde se notan las carencias. Por eso esta saga es más maniquea que las anteriores. Igual con el Episodio IX nos sorprenden y la heroína se convierte al lado oscuro y es algo valiente por parte de Hollywood. Sería un buen giro y me parecería lógico", afirma el especialista horas antes del estreno de la película.
En el caso de los héroes su camino es siempre muy similar: descubrimiento de la fuerza - desarrollo de la misma - frustración - éxito. Lo vimos con el joven Anakin Skywalker descubriendo su talento en aquella carrera mítica en la Carrera de Pods 'Boonta Eve', con Luke aprendiendo de su maestro Jedi Obi Wan Kenobi y, por último, con Rey empoderándose y pidiéndole explicaciones a Luke sobre la fuerza que nota en su interior. Misma historia con distintos matices.
Desde un punto de vista purista, "las tres trilogías han ido cada una por su lado. Mark Hamill, cuando se estrenó el Episodio VIII ya dijo que el nuevo Skywalker no era una evolución natural del antiguo, sino un intento de los productores de conquistar a una nueva generación, lo que que me parece una chorrada, pero la repite todo el mundo", explica Segura.
La trilogía original de Star Wars (1977-1983) nos descubrió un personaje que, a pesar de su altura y envergadura, ablandaba nuestros corazones. Chewbacca es uno de los pocos que, hoy por hoy, aún continúan en la tercera saga y, a pesar de haber perdido a su gran amigo Han Solo, fue uno de los grandes protagonista de uno de los spin-off que ha creado Disney para explotar la saga: "Han Solo: una historia de Star Wars".
Otro de estos 'peludos', aunque sin tanto pelo, fue el que se inventaron en la segunda saga (Episodios I, II y III) con Jar Jar Binks, "un comandante militar y político Gungan que jugó un papel importante en la Invasión de Naboo y las Guerras Clon", según la enciclopedia de Star Wars.
Ahora, en la última saga, aparecieron los 'Porgs', unas criaturas nativas de Ahch-To sin ninguna función específica aparente más allá de la de ser un nuevo producto de merchandising de la compañía americana.
"Aquí no hay que conquistar a nadie", argumenta Segura, "si la película es buena, es buena. El riesgo es que, en las nuevas generaciones, el asombro no existe. Ahora las ven con unos ojos distintos, que aparezcan con un sable láser puede tener poca repercusión, porque tienen otro mundo de referentes, de videojuegos, etc.".
Sin embargo, uno de los personajes que se ha mantenido trasversal a lo largo de las tres trilogías y a pesar de que la actriz que la encarnara, Carrie Fisher, muriera en 2016, ha sido la princesa Leia. La hija de Anakin Skywalker (otrora Darth Vader) y la senadora Padmé Amidala de Naboo se fue empoderando con el transcurso de las películas de George Lucas. Comenzó la saga siendo coprotagonista de la acción, no una simple testigo de ella, y su papel era indispensable para luchar al frente de la Resistencia.
Se escapó de Darth Vader y sobrevivió a aquel infame bikini con el que Jabba el Hutt la retuvo como prisionera y con el que Lucas sexualizó, por primera vez, a un personaje que, hasta entonces, se había mantenido neutral. ¿Fue un acercamiento hacia los adolescentes de la época? Es posible, como también lo es que fuera un camino equivocado.
En la nueva saga (Episodios VII, VIII y IX), Leia es la voz de la experiencia y la Generala Organa, que se encuentra al frente de la Nueva República. A pesar de su fallecimiento, los efectos especiales han 'resucitado' a Carrie Fisher para que siga sirviendo como vínculo entre las nuevas generaciones y aquellas que, en el 77, se quedaron prendados de su personaje. Larga vida a la princesa republicana.