Racismo, homofobia y religión: Mark Wahlberg, el delincuente juvenil que salió de la cárcel convertido en estrella
A los 15 años, tras varias agresiones racistas, acabó en un correccional de menores, el cual abandonó reconvertido a la fe católica
Sus comentarios y actitudes homófobas han suscitado críticas por el reciente estreno de 'Joe Bell', donde interpreta al padre de un adolescente gay asesinado
A sus 50 años, es padre de familia católico casado con una modelo, acude a dos misas diarias y tiene cuatro hijos
Hace unas semanas, el New York Post publicó una columna de opinión que criticaba que en su nueva película Mark Wahlberg interpretase a un evangelizador contra la homofobia. Según la periodista, Maureen Callahan, su adolescencia como delincuente juvenil, con agresiones racistas que le llevaron a la cárcel, sus posturas conservadoras y su profunda fe religiosa invalidan el discurso de la película basada en hechos reales 'Joe Bell'.
Wahlberg, que acaba de cumplir 50 años, interpreta al padre de un adolescente gay asesinado que emprende una caminata por todo Estados Unidos explicando a la gente que más lo necesita (los habitantes de la América rural) que la homofobia es injusta. Según Callahan, esta es la última muestra de la hipocresía de Hollywood. ¿Pero acaso no se merece Wahlberg una segunda oportunidad?
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Agresiones racistas, correccional y religión
De sus nueve hermanos, él fue el quinto en cumplir condena en prisión. Tenía 16 años. El motivo fue que le partió la cabeza a un hombre vietnamita con un trozo de madera (que se rompió en dos del impacto) mientras le gritaba "puto vietnamita de mierda" y, para esconderse de la policía, Wahlberg se refugió en una tienda de ultramarinos. Cuando se sintió a salvo le robó un pack se seis latas de cerveza al tendero, también vietnamita, y le dio un puñetazo en la cara que le dejó ciego de un ojo.
Pero aquella no fue su primera agresión. Cuando tenía 15 años persiguió a unas niñas negras gritando: "matad a los negros" y tirándoles piedras. Las niñas huyeron, pero al día siguiente Wahlberg y su pandilla volvieron a buscarlas y las agredieron de nuevo. Las malas compañías, la violencia del barrio donde creció y su adicción a la cocaína desde los 13 años agravaron su actitud agresiva.
Rapero de éxito con comportamiento homófobo
El chaval pasó 45 días en un correccional para menores, del que salió aferrado a la fe católica. Mark Wahlberg encontró a Dios y un trabajo como albañil que le hacía sentir útil por primera vez en su vida. Pero cuando su hermano Danny se volvió millonario gracias al grupo New Kids On The Block, Mark vio otro camino para alcanzar el sueño americano: iba a ser una estrella. De lo que fuese, como fuese, pero iba a ser una estrella.
Su carrera como rapero, con el nombre artístico Marky Mark, lo disparó hasta el número 1 en las listas estadounidenses. Su actitud callejera, combinada con un erotismo apabullante (solía bajarse los pantalones y quedarse en calzoncillos durante sus actuaciones) lo convirtieron en un icono de la cultura pop de los 90. Protagonizó campañas de Calvin Klein junto a Kate Moss, lanzó su propio vídeo de fitness y hasta tuvo un videojuego. Pero la fama no le educó. Al menos, no todavía.
En 1992 le rompió la mandíbula a un tipo durante una bronca por tantos sitios que la víctima necesitó un armazón de hierro para recolocársela. Cuando le preguntaron aquel mismo año qué opinaba sobre sus fans gays que robaban pósters de Calvin Klein de las marquesinas de autobús expresó su rechazo ante la idea e incluso alabó a un rapero que proclamaba que los homosexuales deberían ser crucificados. En otra ocasión llamó "maricón" a un bailarín de Madonna y le dio un puñetazo en la cara. Con esta imagen pública, la carrera del malote de Marky Mark estaba destinada a acabar pronto y estrepitosamente, así que Wahlberg se sometió a 60 horas de láser para borrar sus tatuajes de juventud y decidió ser un adulto llamado Mark Wahlberg.
Borrando sus tatuajes y el pasado: su comienzo como actor
Ya con su nombre de pila, apareció en 'Boogie Nights' y causó sensación en su papel de actor porno con mucha luz y muy pocas luces. Tenía 26 años. Desde entonces se ha forjado una carrera como actor dramático ('Infiltrados', 'El luchador'), cómico ('Ted', 'Padres por desigual') y sobre todo de acción: 'Transformers', 'Shooter' o la próxima adaptación del videojuego 'Uncharted'.
Estas superproducciones le convirtieron en el actor mejor pagado de Hollywood, pero su popularidad radica en la constancia de sus personajes. Como las estrellas de antes, Wahlberg sabe cuál es la percepción que el público tiene de él y por eso nunca interpreta a intelectuales, a corredores de bolsa o a artistas. Sus personajes tienen profesiones como albañil, bombero, policía, militar o perforador de petróleo.
Pero esa mentalidad obrera no es una pose. Wahlberg se toma su oficio como tal. "Otros actores piensan en su gato muerto para actuar, o en el color azul, o en el lugar donde se refugiaban a los siete años. Pero mi caja de herramientas es otra. La filosofía de James Cagney tiene más sentido para mí: prepárate el personaje, sé el personaje y, sin mucho esfuerzo, interpreta al personaje", explica.
Su rutina es sencilla y profesional. Se acuesta a las 18:45 y se levanta a la 1:30. Entrenar, hace gestiones (también es productor), lleva a sus hijos al colegio, va a misa y acude a las primeras reuniones de la mañana cuando la lleva siete horas despierto. Su única exigencia de estrella es que le dejen dos descansos al día para ir a misa, aunque si va muy apurado de tiempo se limita a pasar por la iglesia y arrodillarse rápidamente en la puerta.
Desde luego Wahlberg tiene mucho que agradecer. Siempre ha habido rumores de que su reinserción en el sistema es solo cosmética, pues a puerta cerrada sigue siendo un prejuicioso: en 2001 un guardaespaldas le pidió que dejase de hacer comentarios racistas en su presencia y Wahlberg se lió a puñetazos con él; en 2005 rechazó 'Brokeback Mountain' porque no fue capaz ni de leer las escenas sexuales en el guion y cuando se estrenó dijo que no la iba a ver porque "no es para mí". Pero ha apoyado públicamente el matrimonio homosexual y casi nadie recuerda aquellos incidentes violentos de su juventud.
Solicitó el perdón oficial (pero no a sus víctimas)
En 2014 solicitó el perdón oficial por sus delitos al gobernador de Massachussets. "Lamento mucho mis acciones, así como cualquier daño permanente que causé a las víctimas. Desde entonces, me he dedicado a ser mejor persona y mejor ciudadano", declaró en la petición. Pero esta solicitud despertó polémica cuando varias de sus víctimas concedieron entrevistas en las que se negaban a perdonarle porque, para empezar, no les había pedido perdón a ellas. La abogada del caso, además, señaló que el actor nunca había reconocido la motivación racista detrás de sus agresiones: Wahlberg es de los que cree que los delitos de odio no existen, que la raza o la condición sexual en las agresiones es circunstancial.
Finalmente Wahlberg retiró la solicitud de perdón. "No lo necesito", aclaró. "Llevo 28 años corrigiendo mis errores. No necesito un trozo de papel que lo reconozca. En realidad me obligaron a solicitarlo. Yo desde luego ni quiero ni necesito revivir todo aquello otra vez". Sus víctimas tampoco.