Ildefonso Falcones o escribir para mirar a los ojos al cáncer: "No sabía si moriría antes de acabar la novela"
Ildefonso Falcones acaba de publicar 'Esclava de la libertad', una novela que ha escrito mientras convivía con el cáncer
"No tengo nada que ver con el escritor idílico que escribe por la noche con el cenicero lleno de colillas y un vaso de whisky, para mí es un trabajo rutinario"
"Llevé 'La catedral del mar' bajo el brazo cinco años y logré publicarla a los 46 años gracias a mi tozudez"
Cuando Ildefonso Falcones presentó en 2019 ‘El pintor de almas’ reconocía había comenzado a escribir la novela sano y la había acabado entre sesiones de quimioterapia tras detectarle un cáncer de colon con metástasis. Ya ni siquiera recuerda las veces que ha tenido que pasar por quirófano desde le fue diagnosticada la enfermedad, “llevo ocho o nueve intervenciones”. En los últimos tres años, mientras escribía la novela que acaba de publicar, ‘Esclava de la libertad’ (Grijalbo - Penguin), pasó por cuatro operaciones, “me quitaron medio hígado y tres pedazos de pulmón”.
‘Esclava de la libertad’ no era la novela que iba a escribir, tampoco la historia que tenía pactada con la editorial, pero su enfermedad le hizo cambiar de parecer. Preparar una nuevo libro le podría haber llevado un año y medio de documentación antes de ponerse a escribir. “Estaba enfermo y estudiar se me hacía cuesta arriba porque no sabía si ese trabajo acabaría plasmado en una novela o me iba a morir antes de acabarla”, nos cuenta. Así fue como comenzó a dar forma a una historia que tenía pensada, pero que no había desarrollado. El resutado: ‘Esclava de la libertad’.
MÁS
Toni Cantó, el hombre las metamorfosis extremas: “Cuando murió mi hija quise hacer y hacerme daño”
Máximo Huerta: "Me planteo cuánto de feliz habría sido mi madre si yo no hubiera nacido"
Pablo Tébar y el aburrimiento generacional: “Queremos llenar el vacío a base de reels de Instagram y, claro, no nos llena”
Como en cada una de sus novelas, las injusticias son una parte importante de la historia. Aquí narra la lucha por la libertad de dos mujeres negras, pero en dos épocas totalmente distintas. Por una parte Kaweka, esclava en la Cuba colonial del siglo XIX, y por otra Lita, una joven mulata nacida en Madrid que en pleno siglo XXI que descubre que sus antepasados han trabajado toda la vida para la misma familia, primero como esclavos y luego como criados.
Falcones acostumbra a tener protagonistas femeninas. Sin embargo, en esta obra son dos mujeres negras que sufren las consecuencias de la esclavitud y del racismo. Escribir poniéndose en la piel de ellas, confiesa, no le ha supuesto un problema por el hecho de que sean mujeres, “tengo a mi esposa y mi editora es una mujer, si en algún momento algo les chirría ellas son las primeras en advertirme”. Sí que cree que no ha llegado a meterse en la piel de un esclavo porque cree que “nunca podré imaginar el sufrimiento real que vivieron”.
Escribir teniendo cáncer
Esta novela la ha escrito en una situación compleja, mientras convivía con el cáncer. Trabajar en un nuevo libro, dice, fue algo que le ayudó a llevar la enfermedad, “necesitaba escribir, hacer algo que me alejase de la angustia por la enfermedad porque son momentos muy duros. La operación de hígado, por ejemplo, te deja como si te hubiese pasado un camión por encima, eres incapaz de moverte”.
Cuando por fin vio ‘Esclava de la libertad’ en físico y publicada no pudo ocultar sentir “una satisfacción tremenda, es el momento que verdaderamente vale la pena porque todo lo demás es trabajo”.
El novelista no se cree que sea, ni mucho menos, la viva imagen del escritor idílico. “Para mí escribir es un trabajo rutinario, lo hago por las mañanas y por las tardes, a veces es hasta pesado. Esa visión del escritor dando rienda a su imaginación por la noche con el cenicero lleno de colillas y un vaso de whisky no es mi caso”, relata Falcones.
Cinco años para publicar 'La catedral del mar'
A pesar de publicar su primera novela, ‘La catedral del mar’, con 46 años, el autor admite que escribe desde joven, también cuando se dedicaba a tiempo completo a ser abogado, pero sin la fortuna de poder publicar. Esa novela, cuenta, “la llevé debajo del brazo cinco años, que fue lo que me costó publicarla. Otro habría abandonado la pasión por escribir, pero soy muy tozudo, es una característica que me define y a los 46 seguía intentando publicar mi primer libro”.
No solo escribir ha sido su gran afición, también los caballos, incluso abandonó el hockey sobre hierba para dedicarse a la hípica, una afición que ha continuado hasta hace siete años, cuando lo dejó por problemas de espalda que le dificultan seguir siendo jinete. No obstante, no descarta volver a subirse a un caballo, "me gustaría volver a intentarlo, pero en este momento es difícil".
Sus hijos y la lectura
Si hay una espinita que tiene Ildefonso Falcones es que, según contaba en 2016 cuando lanzó ‘Los herederos de la tierra’, ninguno de sus cuatro hijos había leído alguna de sus obras. ¿Ha conseguido que alguno lo haga en estos seis años? “Lo he intentado, he insistido y creo que alguno de ellos ha leído. Es una presión constante, hoy en día cuando los jóvenes deciden no leer, no leen”.
Lo que es más complicado es que alguno de ellos le coja el testigo en el mundo literario convirtiéndose en escritor, algo que confiesa que le gustaría, “pero tienen que leer. No veo a un escritor que no sea un lector voraz”.