JJ Benítez, sobre cómo afronta la vida sin su mujer: "Es una lucha a muerte contra la soledad"

  • Acaba de publicar 'Belén', un libro escrito con la imagen presente de su querida esposa, Blanca, que falleció el año pasado

  • Desde su lado más íntimo y sin haberlo hecho antes, relata a Uppers cómo es la vida en esa etapa donde esa persona a la que amas, lo ha sido todo

  • "Me imagino que hay muchísimas personas en las mismas condiciones que yo, parecidas o peores", explica

JJ Benítez es una rara avis que con sus libros como 'Caballo de Troya' (que cuenta con doce volúmenes) ha suscitado la controversia desde que comenzara a escribirlos. Sin embargo, son miles de fans los que están enganchados a su trama y a todo lo que publica. El último libro de la saga, 'Belén', que acaba de publicarse lo ha escrito con la imagen presente, de su querida esposa que falleció el año pasado. Tras la muerte de su esposa Blanca afronta la viudedad desde la soledad más absoluta, algo con lo que algunas personas se encuentran. Desde su lado más íntimo y sin haberlo hecho antes, relata a Uppers cómo es la vida en esa etapa donde tu pareja o esa persona a la que tanto amas, lo ha sido todo durante casi cuarenta años, como ha sido su caso.

A pesar de tener cuatro hijos, fruto de una relación anterior, y otros cuatro Blanca, de otro matrimonio anterior, la pareja no pudo tener uno porque ella no podía al haberse operado. Benítez mantiene el contacto con tres de sus hijos a los que suele ver de vez en cuando pero está solo. Ni hijos ni amigos "ya no me quedan, no soy muy sociable, soy un personaje raro", dice de sí mismo.

Hace unos meses, publicaba una oda a su querida esposa. 'Blanco y negro' es fruto de dos diarios donde, fiel a su idea de escribir todos los días, refleja "cómo estaba Blanca, que habían dicho los médicos,..." ya que "si no, no lo habría podido escribir". En el caso de Blanca se le ha terminado el contrato y "yo tengo que seguir". El autor de 77 tiene la teoría de que antes de nacer firmas un contrato de lo que quieres hacer aquí al detalle y cuando naces se te borra.

¿Te ha cambiado mucho la vida?

180 grados (resopla). Pero, bueno, supongo que es lo contratado.

¿Te habías planteado que alguna vez fuera a llegar ese momento?

Sí, es una teoría. Pero cada día lo tengo más claro. A mí me toca ahora estar solo. Vivir una experiencia de soledad terrible y ya está.

¿Qué estás en blanco, en negro, en grises o en azul?

En negro. Ahora mismo en negro, en la más absoluta oscuridad pero supongo que es lógico. Blanca era la persona que se ocupaba de todo en la vida y yo me dedicaba a investigar y a escribir. De la noche a la mañana desaparece y me encuentro con un lío espantoso y tengo que salir a delante sí o sí. Estoy intentado salir adelante. Mal, pero...

¿Hablas con ella?

Hablo constantemente. Le pido socorro cuando tengo un problema, cuando no sé resolver un asunto.

¿En qué has notado que te has quedado más huérfano?

En todo, no sé si freír un huevo. No tengo ni idea de cómo se pone la lavadora. No sé nada de internet aunque tampoco me importa. No sé que ropa me tengo que poner, no sé donde están los zapatos, etcétera. Entonces, te sientes desamparado. Yo no me preocupaba de nada. En todo caso le decía "esto no me lo quiero poner". Realmente fue un trato. Cuando empezamos a vivir juntos y llevábamos 39 años, ella se ocupaba de unos departamentos y yo de otros. ¿Estás de acuerdo? Sí. Me acompañaba en los viajes, en las investigaciones y de la noche a la mañana te encuentras que eso no existe y tienes que decir "¿cómo? ¿la factura del banco?". ¡Pobre de mí! ¿No? Estoy saliendo poco a poco, más mal que bien, pero me siento muy solo. Llego a las 20:30 de la noche, me pongo a preparar la cena y la casa se me cae encima. ¿Por qué? Pues porque estás solo, solo.

¿Es que eráis un equipo, siempre juntos?

Somos un equipo. Yo sigo creyendo que está viva y tengo que seguir. Quizá tenga que vivir la experiencia de la amargura y de la experiencia de la soledad terrible, etc.

¿Quién te acompaña en estos momentos?

Supongo que ella.

¿Si tuvieras que definir la viudedad cómo la definirías?

Soledad. Una lucha a muerte con la soledad porque no es una soledad buscada, es una soledad que te cae encima como si fuera una tonelada. Te cabe pensar: "¿Qué debo hacer? ¿Me suicido?". No porque invalidaría mi obra y va contra mis principios. Me toca salir adelante. Me imagino que hay muchísimas personas en las mismas condiciones que yo, parecidas o peores. Entonces, la solución es trabajar, luchar, seguir y confiar aunque no tenga razones para confiar que, aparentemente, no las tengo.

¿No ves ese punto de esperanza o ese camino?

No me lo planteo ahora. Me gustaría tener esperanza pero no la tengo. Ahora mismo aquí en la tierra no tengo ninguna esperanza para seguir viviendo, salvo escribir. Tengo mucha información por publicar y lo hago. Pero, ¿qué más? ¿Ver la mar? Sí, pero en Pamplona no la veo. Pero, no importa.

¿Y tus cuatro hijos y los de cuatro de Blanca?

No he tenido ese concepto tradicional de la familia.

¿Solo con Blanca?

Sí, pero con mis hijos no. Es más odio a las gaviotas y a los niños. Afortunadamente nunca he sido una persona familiar. No tengo ninguna dependencia. Soy muy independiente. Entiendo que los hijos se preocupen pero soy muy independiente en ese sentido. A lo mejor me equivoco pero me he equivocado tantas veces en la vida. 

¿Cómo te ves en diez años?

¡Ojalá no esté! Tengo 77 no sé como estaré. Me gustaría seguir escribiendo si estoy pero preferiría no estar, preferiría no estar. Depende de mi contrato.

¿Qué le dirías a tu Juan José de los 20 con la experiencia de ahora?

No me acuerdo. Afortunadamente la memoria, en ese sentido, se disipa. Tengo vagos recuerdos.

Dices que no te quedan amigos, unos porque han muerto y los dos que te quedan los ves de cuando en cuando. ¿Cómo se vive estando siempre solo?

Con muchas dificultades (sonríe). El ser humano tiende a tener un contacto con los semejantes y yo no lo tengo prácticamente o lo rehúyo. Cuando voy por la calle y veo a alguien que conozco me cruzo de acera. No sé si es producto de la timidez. No la he superado y me cuesta mucho trabajo presentar un libro y llevo haciéndolo desde el 75.

¿Qué quieres ahora?

Buscar un sitio donde vivir lo más tranquilo posible, en la medida de lo posible. En cuanto pueda me voy a ir a Cádiz porque he vivido allí 25 años. Me gusta la mar y me gusta la ciudad. Espero encontrarlo, tengo que buscarlo, un apartamento frente al agua y poco más. No quiero complicarme la vida. El sábado tengo una reunión por la mañana con una plataforma que quieren hacer los 'Caballos de Troya' en televisión. Y les voy a decir que no. No me interesa. Hay otro proyecto del que también querían hacer una serie de para televisión de 'Estoy bien'. Un libro que versa sobre investigaciones sobre la vida después de la muerte. Son testimonios de personas que han hablado con amigos o familiares muertos. Hay cientos y les he dicho que no, que no quiero complicarme la vida. Primero tengo que salir de esta fase, y cuando salga, ya veremos.

¿Has tenido alguna experiencia con Blanca?

He tenido señales. El 29 de marzo de 2021, (tres meses después de su muerte), yo había estrenado la casa que reformamos y que ella no llegó a ver. Yo estaba en casa solo leyendo, siete de la tarde, dándole vueltas a unos pensamientos: 'Ahora que conoces la verdad, o parte de la verdad y sabes que soy un gilipollas, ¿me sigues queriendo igual?'. Y oigo 'pum'. Me acerco y justo se había caído uno de los diez cuadros de la pared. Yo le escribía mensajes y los escondía. Uno de ellos fue este que le escribí en el 90 en la Isla de Pascua. Al volver con ella en el 93, llegamos a una playa que se llama Anakena y le digo: "En esos moáis hay un mensaje para ti en un cartucho de los de carrete de fotografía". Se puso a buscarlo y lo encontró. Y lo enmarcó. El papelito decía: "Tan lejos y tan cerca, aquí también te amo". Y me quedé asombrado. Para mí fue una señal. Y he tenido algunas más.