J.J. Benítez tiene 75 años. Asegura que él no tiene la culpa. Más de la mitad de su vida la ha pasado en las carreteras y en los aviones, persiguiendo sueños e informaciones que le acercaban al mundo extraterrestre cada vez más. De vez en cuando escribe. Fruto de esa tenacidad son 64 libros publicados y algunos inéditos. Sólo aspira a morir frente a su mar, en Barbate. Antes de que una nave venga a por él, ha atendido a Uppers para hablar de la vida de aquí y de allí, de lo que nos espera en 2027 y los orígenes, nada claros según él y a pesar de la evidencia científica, de la pandemia de coronavirus.
El autor, que acaba de publicar 'Mis primos' (Planeta, 2021), asegura que está todavía saliendo de un callejón muy oscuro, el que le dejó el adiós de su mujer a principios de este año. "He empezado las investigaciones hace tres meses y espero seguir investigando y viajando. Necesito tiempo para poder reconstruirme, pero es muy complicado, muy difícil", nos confía.
"Sin embargo, J.J.", le preguntamos, "hay mucha gente que no cree en el fenómeno ovni, ¿qué les diría?". El autor, con la voz de la experiencia, no duda sobre su respuesta: "No les diría nada. Al principio me peleaba con quienes no creían, pero no merece la pena. El ser humano, si quiere, tiene capacidad para reunir información suficiente para saber que es un fenómeno real, muy importante pero no urgente, y no quiero discutir", afirma. Tampoco le afectan las críticas que le llegan por las informaciones que publica: "No las considero. Las leo, a veces me enfado, porque quien te hace una crítica es porque no tiene información suficiente o es una persona retorcida, que también las hay".
Críticas aparte, los casi 50 años que han pasado entre su primer libro y este último J.J. Benítez ha estado investigando sobre el fenómeno ovni y nuestros orígenes. "He cambiado en este tiempo, soy más tonto que antes, más torpe. Llevo 50 años de investigación, miles de testimonios de gente que ha visto tripulantes y naves. Me encontré con una información espectacular que cambió mi perspectiva sobre Jesús de Nazaret. En principio debería ser un hombre más seguro de mí mismo, pero no sé", explica. Y no solo sobre Jesús, sino también sobre el hipotético futuro de la Tierra.
En 2011, J.J. Benítez acudió a un notario de Sevilla a dejar registrada una información que había recibido: en 2020 habría un cataclismo en el planeta, pero sería solo "un aperitivo" de lo que pasaría en 2027: "Ojalá esté equivocado, pero si no lo estuviera se sabe o se cree que vendrá un gran meteorito que impacta en el Atlántico y provoca 1.200 millones de muertos en 24 horas. Lo de la pandemia sería un juego de niños", cuenta a cámara en el vídeo que puedes ver en la parte superior. "Tuve varios años de dudas hasta que vi que podía tener cierta credibilidad y me impresionó tanto que me fui a un notario para que levantara acta".
Por el momento, la realidad es otra. Lo único que se sabe de un meteorito en 2027 tiene que ver con el simulacro que realizó la NASA en la Conferencia de Defensa Planetaria para estudiar qué mecanismos se tendrían que utilizar, aplicar o aun desarrollar para hacer frente a una amenaza de este tipo.
Algunas teorías científicas apuntan a que todos seríamos extraterrestres en tanto en cuento procederíamos, en origen, de un meteorito que cayó a la Tierra y empezó a crear la vida microbiológica. Pero a J.J. Benítez esta teoría se le queda corta y va un poco más allá: "Somos consecuencia, aunque es una especulación, de una manipulación genética en la remota antigüedad por parte de algunas civilizaciones no humanas", nos dice en la entrevista.
Para llegar a este punto, "cambiaron la genética de determinados animales para derivarlo hacia la inteligencia del ser humano. Han creado por un lado los primates y por otro el ser humano. Las historias de Adán y Eva son totalmente falsas. Hay una frase del antiguo testamento que dice 'hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza'. ¿De quién? Realmente no era Dios, eran los Elohim los dioses".
De hecho, para J.J.Benítez, como ya dejó claro en la saga 'Caballo de Troya', "Jesús tenía que ser considerado el gran extraterrestre. Es un creador que no es de la tierra. Nace en la tierra como hombre, tiene una experiencia humana, pero su verdadera naturaleza no es de aquí, es de otro sitio, por lo que sí que sería extraterrestre".
La pregunta sería: si ahora que disponemos de todos los medios para grabar vídeos en cualquier momento con un simple móvil, ¿por qué no hay más vídeos, nítidos, de gran calidad, de apariciones extraterrestres? Para J.J.Benítez, es una cuestión de interés de la sociedad. "Ya ha pasado a lo largo de la historia varias veces. En Fátima había 70.000 personas cuando un disco tapó el sol. Pero el secreto lo tienen los militares. Ellos saben lo que está pasando desde hace más de 70 años. Tienen naves estrelladas, criaturas... pero no les interesa. Consideran que es un fraude, que no existe. Si apareciera un objeto sobre la Plaza Mayor de Madrid y lo vieran muchísimas personas pasado mañana nadie se acordaría o le daría la importancia", cuenta.
Sin embargo, para el escritor, los extraterrestres no temerían a nada, o casi nada. "Pueden tener temor a contaminarse y se les ve no tocando el suelo, con un aparato extraño que les hace volar y distanciándose de los testigos", dicen. Ahora bien, "lo que no hacen estas civilizaciones es caer en los errores que hemos caído nosotros a lo largo de la historia. Ellos tienen una normativa de obligado cumplimiento: no intervención en la civilización inferior. Por eso se les ve, pero fugazmente".
Ni en Wuhan ni en un murciélago ni siquiera en un laboratorio de alta seguridad de China. A pesar de todas las evidencias científicas y de los estudios de la OMS, para J.J Benítez, el origen de la covid-19 estaría en un laboratorio militar de los Estados Unidos. "Sería fabricado allí y sembrado en lo que llaman plataformas, en este caso, China. No sería un virus que se ha escapado de un laboratorio o que lo ha transmitido un señor, no. Llevaban 12 años fabricando ese virus y en el momento oportuno lo sembraron para hundir a la economía de Europa, y lo han conseguido. Si el virus fuera natural no se extendería igual en zonas cálidas que en zonas frías, ahí pasa algo raro", concluye.