Es el secreto a voces más célebre de la literatura en lengua castellana. ¿Qué ocurrió para que aquella mítica noche de 1976 en México, a la salida de un cine, Mario Vargas Llosa le propinara un puñetazo a Gabriel García Márquez diciéndole "esto es por lo que le hiciste a Patricia". Quien más y quien menos, casi todos los aficionados a la literatura del boom ha escuchado alguna vez la misma versión: Vargas Llosa había dejado a su entonces esposa, Patricia Llosa, por una acaudalada dama limeña que había conocido en un viaje en barco. Despechada, Patricia habría tenido algún tipo de "encuentro" con García Márquez. La naturaleza de ese encuentro no la sabe nadie. Y probablemente nadie lo sabrá nunca, más allá de la señora Llosa. Tampoco lo sabe Jaime Bayly, autor de 'Los genios' (Galaxia Gutenberg), una novela en la que ficciona con bastante información, pero otro tanto de imaginación, tan célebre aventura.
A decir verdad, más allá de la anécdota en la que basa Bayly su novela, la amistad entre ambos premios Nobel estaba condenada: la brecha ideológica entre ambos (el autor de 'Cien años de soledad' fue un socialista empedernido hasta su muerte mientras que Vargas Llosa digamos que sale en la foto de Colón) era ya muy grande y se haría con el tiempo insalvable.
Pero enemistades literarias las hemos tenido de todo tipo. Son célebres las rencillas entre Quevedo y Góngora, o entre Cervantes y Lope. Clásicas batallas siglodeorescas en las que se pudo, en algún caso, sacar a pasear los filos pero que afortunadamente no pasaron de sonetos y puyas más o menos ingeniosas. Pero no hace falta remontarse tanto. Otros dos Nobeles, sin ir muy lejos, Hemingway y Faulkner (este último era mejor sin la más mínima duda) se lanzaron dardos sobre el consumo de alcohol siendo que, de hecho, los dos bebían como cosacos. No por mas existencial menos enconada, la disputa entre Camus y Sartre, genios también, se saldó con acusaciones cruzadas de "burgués" y "colaboracionista" respectivamente. Y sin movernos de Francia, Guide llamaba a Claudel "fariseo y santurrón" y Claudel llamaba a Guide "depravado y gusano inmundo".
Pero volviendo a la vieja rencilla entre los Nobeles del Boom, el libro de Bayly fabula con la idea de que en realidad la genia (del mal o del despecho) que estaría detrás de la ruptura sería la propia Patricia ya que está se habría inventado una noche de amor con Gabo cuando no la hubo. Cosas de la imaginación del también presentador de televisión cuya vocación por desvelar secretos (tanto propios como ajenos) es desde luego bastante célebre.
Lo cierto es que de los protagonistas del asunto ya solo nos queda el ex de Isabel Preysler y que este ha prometido llevarse el secreto a la tumba. Cosa que seguramente hará. Y ya solo nos quedará la señora Llosa como parte y testigo del asunto. También, por supuesto, nos quedaran los libros extraordinarios que escribieron ambos genios (mientras sus esposas se ocupaban de absolutamente todo lo demás).