Corfú, un actor maduro y un asesinato: un extracto de la nueva novela (secreta hasta ahora) de Arturo Pérez-Reverte

Arturo Pérez-Reverte ya tiene fecha de regreso a las librerías. Será el próximo 5 de septiembre de la mano de su última novela, 'El problema final' (Alfaguara), un homenaje a la literatura de detectives y a Sherlock Holmes. De hecho, el escritor afirma en una nota de la editorial que la creación de Arthur Conan Doyle, "con Don Quijote y con los tres (cuatro) mosqueteros son los personajes más grandes, fascinantes y originales de la literatura universal".

'El problema final', titulo prestado del relato corto en el que el mítico detective se enfrentaba a su némesis, el profesor Moriarty, también rinde homenaje a Basil Rathbone, el actor que le dio su rostro y su imagen a Holmes en las catorce películas que rodó entre 1939 y 1946, y en última instancia a la ficción y la influencia que ésta tiene en la realidad.

Un clásico enigma de habitación cerrada

Un año después de la publicación de 'Revolución', Pérez-Reverte regresa al género de intriga con el que cosechó éxitos como 'La tabla de Flandes' o 'El club Dumas', y lo hace con un clásico enigma de habitación cerrada. El escritor ambienta la trama en junio de 1960, en la idílica isla griega de Utakos, frente a Corfú. Allí nueve personas permanecen aisladas y sin poder salir del pequeño hotel local a causa de un temporal. Es entonces cuando aparece muerta en el pabellón de la playa Edith Mander, una discreta turista inglesa.

Todo parece apuntar a un suicidio, pero Hopoalong Basil, un actor en decadencia que en otro tiempo encarnó en la pantalla al más célebre detective de todos los tiempos, ve indicios de asesinato. Inevitablemente todos se acabarán convirtiendo en sospechosos. Y nadie como Basil, acostumbrado a aplicar en el cine las habilidades deductivas de Sherlock Holmes, para resolver el misterio.

Un avance de 'El problema final'

La editorial Alfaguara nos ha compartido un avance de la novela:

—Haría falta un policía —sugirió alguien—. Un detective. 

—Tenemos uno —dijo Foxá.

—Todos siguieron la dirección de su mirada.   

—Eso es ridículo —protesté—. ¿Se han vuelto locos?

—Usted fue Sherlock Holmes.

—Nadie fue Sherlock Holmes. Ese detective no existió jamás. Es una invención literaria.

—Que usted encarnó de manera admirable.

—Pero fue en el cine. Nada tuvo que ver con la vida real. Sólo soy un actor.

Me contemplaban esperanzados, y lo cierto es que yo mismo empezaba a entrar en situación, como si acabaran de encender los focos y oyese el suave rumor de una cámara rodando. Aun así decidí mantenerme silencioso, cruzados los dedos bajo el mentón. No había disfrutado tanto desde que rodé 'El perro de Baskerville'.