El periodista y gestor cultural Alberto Anaut ha fallecido a los 68 años en Madrid tras una larga enfermedad, tal y como adelanta El Mundo, diario en el que trabajó durante varios años. Anaut era una mente inquieta, estudió Sociología, Ciencias de la Información y Ciencias Políticas y no terminó ninguno, pero la mayor parte de su carrera estuvo dedicada al periodismo, pasando por Diario 16, siendo redactor jefe y subdirector de El País Semanal, fundó la revista Mercado o el dominical de El Mundo La Revista en los 90. Sin embargo, y pese a su pasión por el periodismo, acabó cambiándolo por otra de sus facetas: la de gestor cultural.
Así siguió sacándole jugo a su profesión fuera de ella. En 1996 fundó, junto a Alberto Fesser, La Fábrica, empresa de gestión cultural en la que idear formatos, pero sobre todo arriesgar. Un riesgo del que nacieron, entre otros, PHotoEspaña, que nunca pensó que fuese a llegar tan lejos porque cuando lo lanzaron la fotografía estaba infravalorada a nivel nacional. “Quisimos hacer un festival que trajera a Madrid lo mejor de la fotografía internacional y que diera la oportunidad a los autores españoles de codearse en la programación con los grandes”, explicaba en una entrevista.
Otro de sus proyectos fue la revista Matador, echa con todo el mimo del mundo y que, tal y como confiesa Antonio Lucas en El Mundo, Anaut le dijo una tarde que “afortunadamente no da beneficios”. Unos 2.000 socios apoyaban su publicación para sacar un número al año que iba dedicado a una letra, una pieza única que disfrutar páginas a página. Matador fue, sin duda, uno de los proyectos más difíciles y enriquecedores en los que se embarcó.
Entre sus últimos proyectos con La Fábrica estuvo el Festival Eñe, que puso en marcha en 2009 como uno de los principales acontecimientos literarios de Madrid, o Archivo de Creadores, “el testimonio en imagen, voz y pensamiento de los grandes españoles contemporáneos”. Se trata de conversaciones profundas junto a grandes nombres de la cultura de nuestro país con el fin de que queden guardadas cual tesoro para las generaciones futuras. Entre ellos, Antonio Muñoz Molina, Isabel Coixet, José Sacristán, Rosa Montero o Fernando Trueba.