En algún momento de este arranque de milenio marcado por las redes sociales, leer se se convirtió en una experiencia instagrameable. Lo mismo que el comer. Pero entre foodies y lectores hay un factor diferencial: leer tiene todavía, más prestigio social. Y además no engorda. De todas formas, frivolidades aparte, y sin desmerecer al arte culinario, la lectura es una actividad que estimula el cerebro de una manera única y potencia nuestra experiencia vital hasta límites insospechados. Y sí, además es sexy.
De tanto en tanto el Ministerio de Cultura nos recuerda con cifras que las mujeres leen más en nuestro país. Un 69,9% frente a un 59,5%, según últimos datos. ¿Será por eso que ver tíos leyendo en el metro les resulta sexy? Parece una verdad de perogrullo pero conviene recordarlo: ellas los prefieren lectores. Ellos también. ¿Por qué?
"Se descubrió que hay áreas del cerebro que se pueden supervisar para saber si la gente es empática en la vida ordinaria, y esas regiones son las mismas que se activan cuando se está leyendo acerca de los personajes, porque el proceso psicológico es similar", le dijo Keith Oatley, profesor emérito de Psicología Cognitiva de la Universidad de Toronto a BBC Mundo. Leer, pues, podría revelar la capacidad de empatía de una persona. Un rasgo que es altamente valorado por los demás. Especialmente por quienes buscan establecer una relación.
Otros rasgos que revela el hábito de la lectura: capacidad de concentración, curiosidad, voluntad, imaginación, capacidad de análisis y resolución para resolver problemas. Ahora traslada eso al terreno relacional, amatorio, incluso sexual. ¿A que es sexy? Pues eso.
Más allá de algunos rasgos para fetichistas -huelen bien, son deliciosos al tacto y altamente estimulantes- el objeto libro es mucho más que su aspecto material. Esta indisolublemente asociado a la inteligencia. Da igual lo que leas. Para Margaret Atwood, por ejemplo, da igual que leas Harry Potter, lo importante es que leas. De hecho un estudio de la aplicación de citas reveló no solo que los lectores y lectoras tenían un 20% más de solicitudes sino que entre los libros más 'cotizados' por las parejas potenciales eran los de (ay) autoayuda financiera. Bueno, no todo iban a ser buenas noticias.
Hace unos años nos bombardeaban con una campaña de afiches de Marilyn, Paul Newman o James Dean leyendo. La escritora Milena Busquets contestaba en una columna que 'leer no es sexy, leer es importante'. Aguafiestas. La autora daba razones muy sensatas para afirmarlo, eso sí: "Tampoco es sexi pensar, enfrentarse una y otra vez a sus propias limitaciones resulta más bien agotador y frustrante. Ni aprender alemán. Ni parir. Ni buscar una cura contra el cáncer. Ni acompañar a tu madre al médico. A veces, ni siquiera el sexo es sexi". Auch. Así que reformulemos, apoyados en Busquets: leer no es sexy... pero son sexys las personas que leen.