Normalmente el hueco que ocupan las cartas al director o directora de los periódicos los imaginamos de denuncia, de personas que quieren mostrar su indignación ante algún hecho que les toca de cerca o que, aunque no lo haga, quiere dar su breve opinión sobre lo que ocurre en las páginas del periódico que lee cada mañana. En otras ocasiones también se publican reflexiones interesantes, incluso personales, que hacen que finalmente sean las elegidas para aparecer en las páginas de papel, como ‘El primer amor’, una de las últimas publicadas en El País.
Las palabras las escribe desde Madrid una mujer, Carmen Alonso Núñez, que tras años sin saber nada, volvió de repente un día a tener noticias de aquel primer amor que marcó para siempre su vida. “¡Cuánto me echaba de menos! Y yo sin tener ni idea. Ni siquiera sabía que se acordaba de mí. Por eso me sorprendió tanto que su nieta me llamara para el funeral”, escribía la mujer en las primeras líneas de la carta.
“Había pedido que lo enterraran con una foto mía y con la música de ‘Perdóname’, del Dúo Dinámico. Un amor tan antiguo, el primero. Me gustaría creer que hay otra vida”, reflexiona Carmen tras conocer que aquel primer amor, el que marcó su vida, siempre la tuvo presente, hasta el último día de su vida.
Los principales periódicos siguen manteniendo su sección de cartas al director y, pese a que la mayoría ya les llegan de forma digital, todavía hay muchas que llegan a la redacción por correo ordinario y escritas a mano, algo que hace que los encargados de elegir cuáles se publican las tengan en mayor consideración.
Quien se encarga de ellas sabe que tiene una gran responsabilidad. No solo es leerlas, sino que deben seleccionarlas, editarlas y ajustarlas a un espacio que a veces no les hace justicia a las palabras publicadas. “El espacio es limitado y la selección no es fácil. Todas tienen valor porque transmiten el latido de los lectores. Cubren esa necesidad que tienen algunas personas de expresar sus pensamientos y de ser parte importante de su periódico”, contaba a Uppers José Nicolás, redactor jefe de Opinión de El País.
¿Quién está detrás de esas cartas a las que los fieles lectores en papel siempre le echan un ojo? Según Nicolás explicaba, mayoritariamente se trata de hombres mayores de 50 años que, si por algo destacan, es por ser grandes fieles de este género.
Te perdí
Por culpa de un error
Te perdí
Y destrocé mi corazón
Y aunque a ti
Vuelvo al fin
A llorar
¡Y a suplicar!
Perdóname
He sido ingrato
Perdóname
Te quiero tanto
Que yo sin ti
No se vivir mi amor
Que yo sin ti
Voy a morir de dolor
Perdóname
Te necesito
Perdóname
Te lo suplico
Vuelve otra vez
Recuerda aquel ayer
Vuelve otra vez
A darme tu querer (tu querer)
Vuelve otra vez
Recuerda aquel ayer
Vuelve otra vez
A darme tu querer (tu querer)
Dame otra vez
Tu querer