George Harrison: cinco contradicciones del Beatle silencioso, según una reciente biografía
Una biografía recientemente publicada en castellano echa luces sobre la personalidad a menuda contradictoria del guitarrista
Taciturno y sarcástico, George también hacía gala de un humor agudo casi siempre enfilado hacia sus ex compañeros
Harrison fue además protagonista de uno de los triángulos amorosos más célebres del rock
'Paul era un año mayor que yo", solía recordar George Harrison cuando le preguntaban por la época en que conoció a su compañero de los Beatles. Tras una pausa, solía agregar irónicamente: "Y todavía es un año mayor que yo". Tal vez en esa frase, que reconoce con algo de amargura la preponderancia de la figura de McCartney sobre la suya propia, quede reflejada la compleja personalidad del primera guitarra más célebre de la música.
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Con Harrison (1943-2001), apodado 'el Beatle silencioso' en los 60 por no manifestar el encanto histriónico de McCartney, la excentricidad cáustica de Lennon ni la payasesca entrañable de Starr, siempre parece que la Historia es injusta. Para muchos, sin embargo, era con mucho el más inteligente de los cuatro en esos primeros años. En tiempos de delirio beatlemaniaco, Harrison se las arreglaba para sobrevolar todo aquello con algún apunte agudo y preciso o una respuesta sorprendente para luego volver a su discreta tercera posición, siempre por detrás de John y Paul.
Tal vez el el título de la biografía escrita por Philip Norman y recién editada en España por Libros Cúpula, 'George Harrison, Beatle a su pesar', suene un poco exagerado, pero lo cierto es que, en muchos sentidos, fue así. Al menos eso es lo que se desprendía de sus declaraciones en los años posteriores al grupo, aquellos que lo encumbraron antes que nadie -tenía ingente material suyo que no había sido grabado por la banda- y que hacían suponer un estrellado que, finalmente, fue bastante errático, injusto nuevamente con su extraordinario talento.
Aquí os dejamos algunos de los ejemplos más notables de esa personalidad tan a menudo contradictoria:
Entre John y Paul, ninguno
Desde la célebre pelea en la película 'Let it be' -matizada en 'Get Back' gracias a Peter Jackson- todos sabemos de la tensión existente entre el guitarrista y Paul McCartney. Este, convertido en líder de facto de la banda, se convirtió en el objeto del rencor de George que se sentía constantemente 'ninguneado' por sus compañeros. De ambos, era John, a quien George admiraba y respetaba profundamente, el que realmente lo menospreciaba. Paul era, simplemente un blanco más fácil. George incluso tocó la guitarra en 'How do you sleep at night' la celebre diatriba contra Paul que escribió John.Como puede verse en el siguiente enlace, llegó un momento en que el guitarrista no podía con ninguno de los dos: "El problema con John y Paul era que estaban tan ocupados siendo John y Paul que no se daban cuenta de quien estaba alrededor".
Espiritualidad la justa
Para nadie es un misterio tampoco que incluso antes de la visita al Maharishi en 1967, Harrison tenía intereses en la religiones orientales. Aquello solamente lo puso en el camino de la espiritualidad, siempre que podía. Para muestra un botón: llevaba inscrito el mantra 'Om'... en el ala de su avión privado. Además, según mucha gente que estuvo en su entorno a lo largo de los años, los propio rigores de la meditación lo ponían de mal humor.
Dilemas de clase
Hijo de un conductor de autobús y una madre muy católica, George era el de extracción social más baja entre los ya clase media de sus compañeros. Quizá por ello siempre tuvo una relación algo conflictiva con el dinero: prueba de ello es que uno de los primeros temas suyos grabado por los Beatles fuera precisamente 'Taxman' en el que se quejaba de los impuestos y de hacienda. Siendo pobre, George fue a una escuela algo elitista en la que nunca fue bien aceptado. La sensación de ser el marginado por la élite existió incluso antes de su encuentro con Lennon-McCartney, como se ve.
El hombre misterioso
¿Lo fue? i algo lo caracterizaba era más bien la finísima puntería para sus constantes puyas. Por lo demás, podía ser a veces tan extrovertido como taciturno. Como dice el periodista Luis Alemany en El Mundo sobre la biografía de Norman, este "dispone una información abrumadora en Beatle a su pesar. Cómo olía The Cavern, cuánto costó su primera guitarra, qué broma hizo Lennon cuando Harrison se acostó por primera vez con una mujer en la litera de abajo, dónde se hizo amigo de Dylan, dónde aprendió a tocar el sitar, cuántas veces vio a Eric Clapton después de que Pattie lo abandonase por él... " Lo que nos lleva a nuestro último ítem.
Bizarre Love Triangle
Para aceptar que tu esposa tenga un romance con tu mejor amigo hay que ser muy paciente, para aceptar que tu esposa te deje y decidan casarse hay que ser bastante zen, y para acudir a la boda y tocar en ella hay que ser George Harrison. Dice mucho de a generosidad de espíritu de George el hecho de que haya seguido siendo amigo de Eric Clapton toda su vida. O dice mucho de su capacidad de meditación. Demasiados 'Om'. Harrison, por fortuna, siguió con su vida, conoció a Olivia, tuvo a Dhani, y tuvo una vida bastante feliz, hasta su muerte por enfermedad.
Nunca dejó, sin embargo, de tener ese punto de amargura. En una secuencia de los videos hechos para el proyecto 'Anthology', a mediados de los 90, cuando Ringo se muestra sensible y cariñoso por pasar el rato con sus ex compañeros, George espeta un "me alegra no tener que volver a veros en los próximos cuarenta años". Genio y figura.