El director de la Real Academia Española, Santiago Muñoz Machado publica 'Cervantes', que más que una biografía de Miguel de Cervantes, él lo califica como "la obra total" del escritor. En más de 600 páginas, Santiago Muñoz Machado se atreve a criticar su obra, y hace un gran recorrido por ella.
El que es director de la Real Academia Española (RAE) desde finales de 2018 ha hablado con El Confidencial sobre este proyecto, y ha aprovechado para denunciar algunos aspectos que afectan a su institución: falta de presupuesto, parón de los proyectos y un encargo con bala del Gobierno para analizar el lenguaje inclusivo de la Constitución.
"La Academia está muy dispuesta para hacer lo que pueda para evitar que el lenguaje sea un elemento de discriminación, pero no está dispuesta en absoluto para aceptar tonterías", afirma durante su entrevista.
¿Quién no ha consultado alguna vez en el diccionario online de la RAE para asegurarse de alguna duda lingüística? Sobre esto también ha opinado el director al ser preguntado si podría llegar a ser de pago para generar impuestos.
"No entra en la cabeza de la RAE hasta hoy, pero no podemos decir de este agua no beberé. Vamos a procurar mantenerlo gratuitamente. Nos visitan mil millones de personas al año. Es una potencia realmente extraordinaria y convertido en céntimos podría ser una cosa muy rentable, pero no, lo hacemos como un servicio público, abierto y gratuito, no porque debamos, sino porque queremos", ha declarado Muñoz Machado.
También ha explicado sin tapujos que parte de la financiación la recibe de la firma de convenios con empresas privadas, como Inditex. "La recibimos a través de una fundación que tiene la RAE que es la Fundación Pro RAE donde nos entra dinero de empresas que nos sirve para financiar proyectos perfectamente legítimos y es perfectamente compatible con la asignación pública que también tenemos", ha explicado.
El director de la RAE también ha hablado sobre el informe de lenguaje inclusivo en la Constitución solicitado por el Gobierno, y toda la polémica que rodea a este lenguaje. "Es por lo pronto un argumento de lucha, simbólico, una manifestación de una realidad que es la desigualdad del sexo femenino que se refleja en muchas cosas. Las herramientas de esa lucha son varias y una de ellas se ha centrado en el lenguaje injustamente porque de la desigualdad de la mujer no tiene la culpa ni la Academia ni el lenguaje inclusivo o no inclusivo", ha expresado.
"Yo creo que hay una parte álgida de esa reclamación que no tardará en desaparecer, las cosas más ridículas en la utilización del lenguaje inclusivo, que las hay y no te voy a contar cuáles porque las sabe todo el mundo, y que no reflejan el sentir de la calle ni tienen que ver nada con el uso habitual de la lengua. Luego hay otras reclamaciones que son justas y que la propia Academia viene atendiendo desde hace tiempo, como no usar palabras que menosprecien o sitúen en una situación de desigualdad a la mujer o le asignen la situación de compañera del hombre sin más. Me refiero, por ejemplo, a supuestos con respecto de algunas profesiones como alcaldesa, que aparecía en el diccionario como la mujer del alcalde, o jueza, la mujer del juez. Ese tipo de cosas la Academia las ha eliminado todas", ha relatado.
El ser humano no deja crear palabras, bien por necesidad o bien por capricho, o como herramienta de nuevas tendencias sociales. Sin embargo, a Santiago Muñoz Machado no le viene a la cabeza ninguna palabra que debería entrar en el nuevo Diccionario.
"No pienso en ninguna. Creo que dejamos entrar en el Diccionario a veces palabras efímeras. El Diccionario es una cosa que tiene que moverse lentamente porque el idioma se mueve lentamente. La lengua no cambia con las modas y no tenemos que reflejar en el Diccionario una celeridad que no se corresponde con lo que se va asentando, lo que tiene poso. La consolidación de la novedad tarda mucho tiempo", ha explicado.
Rosalía es una de las artistas que se han puesto de ejemplo a la hora de adaptar el lenguaje y crear incluso conceptos nuevos a la hora de crear su música. "Es una jerga con la que se entienden colectivos muy determinados y que siempre ha existido. Antes a ese lenguaje le llamábamos jerigonza. Era un lenguaje hablado por minorías de todo tipo, para no decir minorías, lenguajes particulares que sirven para entenderse. Son comunidades virtuales que se producen en la red y se amplían", explicaba.
"Pero a mí me ha costado mucho siempre fijarme en las letras de las canciones, quizá es torpeza personal. Puedo oír una canción mil veces y me quedo con una palabra. No la entiendo, tanto en español como en inglés. Y de estas pues no entiendo ni una palabra, pero tampoco creo que tenga un mensaje trascendente", ha concluido.