Leer es viajar. A eso nos aferramos fuerte hace apenas unos meses cuando ir a visitar a la familia en la provincia contigua no era una posibilidad. Con un verano que se presenta al fin despejado y con posibilidad de movimiento, coger un libro nos sigue ayudando a "romper las prisiones de nuestras cabezas", como diría Diane Di Prima, teletransportándonos a otros lugares. Ya sea con una finalidad práctica o meramente recreativa, hemos reunido a continuación cinco recomendaciones literarias de varios uppers para que te inspiren a ti también en estos meses de calor. Que aproveche la lectura.
'Metafísica de los tubos' de Amélie Nothomb (Anagrama)
"Un buen libro para leer en verano es 'Metafísica de los tubos', de Amélie Nothomb. Es un libro 'oasis', de esos a los que estás deseando volver en cuanto los cierras, los que te sitúan en un mundo especial y mágico. Lo recomiendo por su humor, ligero, sutilísimo... Todo en él es una sorpresa, desde el título, que posiciona al lector en el lugar que no es, hasta el protagonista: un niño de menos de tres años. Quizá uno de sus mayores encantos sea ese: nos permite conectar con el niño que fuimos, ese que desconocía el peligro, el que se sabía querido y el que se sentía identificado con los animales y la naturaleza... sobre todo en verano".
'La Rive Gauche. Arte, pasión y el renacer de París, 1940-1950' (Paidós), de Agnès Poirier
"Si os despierta curiosidad ese París cultura de guerra y posguerra, esta es una lectura amena que retrata la vida, amores, desamores y pasiones de un grupo de poetas, escritores, pintores y filósofos entre 1940 y 1950. Es una crónica magnífica del panorama político, intelectual y creativo de la capital parisina más efervescente: galerías de arte, clubs de jazz, acalorados debates en sus cafeterías, manifiestos, habitaciones estudiantiles… En definitiva, una nueva forma de vida infatigable, incandescente y creativa. Se palpa en el relato ágil y directo la pluma periodística de su autor, el escritor y biógrafo Agnès Poirier".
'Conversaciones y entrevistas', de Leon Tolstói. Edición de Jorge Bustamante (Fórcola)
"La finca Yásnia Poliana (Claro del bosque), en la que Tolstói pasó sus últimos veinte años de vida, se convirtió en lugar de peregrinación para corresponsales e intelectuales que llegaban de todas partes del mundo. Jorge Bustamante recoge en este libro buena parte de aquellas entrevistas y conversaciones que se publicaron en revistas y periódicos entre 1885 y 1910. Además de exponer las opiniones de Tolstói acerca de la política, la cultura o la ciencia, sus páginas constituyen un auténtico ideario de vejez del escritor. Hasta su edición permanecieron olvidadas en los archivos. Es un privilegio tener acceso a este testimonio, sobre todo para quienes tanto admiramos su obra 'Ana Karenina".
'Un granito de mostaza', Laila Ibrahim
"Lo recomiendo porque es una lectura conmovedora entre una niña blanca en una planatación y la esclava negra que la cría. Una historia que se prolonga y que habla de la amistad, de la libertad, del amor verdadero a la vez que cuenta al lector la crudeza de la esclavitud. Es una historia muy bonita que cuenta el desapego de los niños con sus verdaderos padres y la unión con los esclavos. Hace plantearse los sentimientos de los niños y los vínculos hacia la persona que cría en detrimento de los verdaderos padres. Es una novela con final feliz y tiene una primera parte, 'La flor del manzano amarillo'. Está genial para el verano".
'Las correcciones', de Jonathan Franzen (Seix Barral)
"Pienso que una lectura veraniega ideal debe ser divertida, lo cual no implica que se aleje de la alta literatura. Me gustaría recomendar, por tanto, un libro bastante conocido que sin duda hará las delicias de quien aún no lo haya disfrutado: 'Las correcciones', de Jonathan Franzen (2001). Narra la historia de una familia típica del medio oeste estadounidense bastante disfuncional, formada por un matrimonio anciano y sus tres hijos cuarentones; todos ellos han tomado decisiones fatales que urge rectificar. En el proceso, se suceden las situaciones hilarantes. El hijo menor, en paro, roba y se esconde un trozo de salmón en la bragueta que luego dará a sus padres a cenar; el mayor, paranoico director de banco, está convencido de que su esposa y sus niños le odian; la octogenaria madre se hace adicta a una droga ilegal a bordo de un crucero… Todo está redactado con primor de orfebre: dominan las frases largas, elegantes, que arrastran al lector por la delirante espiral. Es, además, una obra voluminosa (de más de 660 páginas) que puede acompañar todo el verano".