Día del Libro en cuarentena: lecturas para transportarse al campo sin salir de casa

El encierro en casa y la vista puesta en la nueva normalidad que nos espera hace de los libros -cuando conseguimos concentrarnos en leerlos- el mejor billete de salida. Algunos nos rodean de un verde imaginario o dan pie a fantasear y reflexionar sobre otras formas de vida, espacios, lugares, colectivos e historias olvidadas. La España vaciada y la temática rural están presentes en muchas de las novedades editoriales de los últimos años a través de las voces de autores de diferentes generaciones y en este Día del Libro que ha pillado a la mayoría en casa, sus historias se antojan como vía para hacer una escapada mental a otras realidades. Recopilamos varios de estos libros en busca de refugios campestres.

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El cineasta lorquiano que se mudó de Madrid a Monachil hace casi dos décadas escribe en su primera novela un relato documental ficcionado que retrata a través de la historia de esta localidad de la Vega granadina a una generación de campesinos y a una comunidad de costumbres y valores que hoy se extinguen por toda España. Blas, su protagonista, nace, vive y muere en la tierra, concretamente en la de Los Peñoncillos. El autor lo escribe huyendo del cliché que relaciona al campo en la literatura con la brutalidad, el analfabetismo y la miseria, cuenta en entrevistas. Y reivindica que se rescate el espíritu comunitario y solidario entre vecinos, con la tierra y la naturaleza. La tierra desnuda es también un retrato minucioso sobre la dureza del trabajo en el campo y el abandono institucional de sus condiciones.

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"Una suma de historias, recuerdos, anhelos y enseñanzas de una generación, los nacidos antes o inmediatamente después de la guerra civil, a quienes prácticamente hemos dejado de escuchar". Ese es el resultado de los seis meses de viaje que llevaron al periodista y escritor Emilio Gancedo por toda España rescatando los testimonios de personas vinculadas al mundo rural. "Palabras mayores supone un golpe en la conciencia de una sociedad, la nuestra, que hace tiempo que se ha olvidado ya de los viejos, convertidos en muebles inservibles y arrinconados en los salones de unas viviendas cuyo centro lo ocupa la televisión, o en el anonimato de las residencias", apuntaba el escritor Julio Llamazares desde La Nueva Crónica.

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Premio Cálamo 'Otra Mirada' 2019. Una novela en la que la escritora catalana ha creado un abanico de personajes en el que se mezclan las voces de humanos, naturaleza, animales y paisaje; la tierra habla. El jurado que le otorgaba el premio la describía así: "Ambientada en el Pirineo Catalán, entre Camprodón y Prats de Molló, Canto yo y la montaña baila logra que las cosas sencillas y las historias particulares, se conviertan en universales e intemporales, lo que solo está al alcance de la gran literatura. Bellísima y excepcional novela que para siempre cambiará nuestra forma de pasear y mirar el paisaje. Habrá más: queremos seguir bailando".

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Andar desde Bolonia hasta Florencia atravesando montañas y luego contarlo. Periodismo narrativo en una breve pieza de este periodista y escritor vasco acostumbrado a relatar viajes e historias de exterior. En el libro "hay nazis, centauros, un hombre volador con alas de madera, doscientos mil bárbaros traicionados por un cuñado, dos señores que leen a Tito Livio y se ponen a excavar en el bosque durante dos años sin decir nada a nadie, una hostelera que esconde a Garibaldi, un hostalero que devora a sus huéspedes; hay una historia de amor, hay neurología, hay alquimia (...) un libro en el que hay todo eso y en el que no ocurre nada", cuentan desde la editorial.

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Los Asquerosos es un libro y un fenómeno cultural. Reconocido y presente prácticamente todas las listas nacionales de 2018, cuenta, entre otros, con el Premio Cálamo al Libro del año. Manuel sale de Madrid huyendo de la policía y se acaba escondiendo en Zarzahuriel, un pueblo abandonado de nombre inventado que podría ser tantos otros del interior de España. Lejos del exceso del estilo de vida urbano y en soledad, se va instalando con gusto en la austeridad. Durante buena parte de la historia, Manuel, como nosotros ahora, vive confinado, tirando de los escasos recursos que puede aprovechar del terreno trasero de la casa abandonada que ha okupado, una compra mensual que le envía su tío y compinche, y saboreando el desprenderse cada vez de más y necesitar menos. Ese revelación que resuena estos días en conversaciones, redes sociales y artículos retratada con humor: imposible no reírse, reconocerse un poco y detestar(se) —todo a la vez— en el retrato urbanita de la 'desconexión' campestres retransmitida desde un smartphone que Lorenzo hace a través de los vecinos de fin de semana de Manuel, los Mochufas. "Una historia que nos hace plantearnos si los únicos sanos son los que saben que esta sociedad esta enferma", reza su contraportada.

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En Fruitlands se recoge la brevísima y fallida historia de la comuna de mismo nombre creada en Massachusetts a finales de 1840 a partir de ideas trascendentalistas de intelectuales como Thoreau y que duró apenas siete meses. Una narración en clave de ficción en la que la autora conocida universalmente por Mujercitascuenta su propia experiencia familiar y en la que aparecen también textos de su padre, Amos Bronson Alcott; quien arrastra a toda su familia a vivir el experimento. Intelectuales que se desprenden de lo material para vivir en armonía con la naturaleza pero desde un idealismo teórico que se las hace pasar canutas, especialmente a las mujeres, encargadas según su orden comunitario de apañar las comidas mientras ellos filosofan. Una idealización de la vida en el campo que abordan desde el humor autores contemporáneos como Santiago Lorenzo o que señalan autoras como María Sánchez o Rafael Navarro de Castro. "¿Cómo harán frente al crudo invierno de Nueva Inglaterra? ¿Acaso saben algo sobre el mundo del pastoreo y la agricultura? ¿Qué ocurrirá cuando lleguen las primeras tormentas?", plantea el libro.

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Algo de poesía. María Sánchez, veterinaria de campo, poeta y ensayista, presenta en Cuaderno de campo una reflexión sobre la familia con poemas que transcurren "en casas antiguas, durante ceremonias heredadas, entre animales que también nacen, crecen, se reproducen, mueren". Es la obra que precede a Tierra de mujeres, el ensayo con el que también a través de sus vivencias e historias familiares reivindica el lugar y el relato de las mujeres del ámbito rural.