Para quienes leen habitualmente, el Día del Libro no solo se celebra este 23 de abril. Todos los días tienen un momento festivo, de introspección o evasión cuando se ponen frente a las páginas. Lo vimos durante el confinamiento, la lectura fue refugio pero también un billete que abría la puerta a otra forma de viajar. Una a la que se apuntan cada vez más personas. En datos de la Federación de Gremios de Editores de España, el porcentaje de lectores en 2019 alcanzó un 68,7% de la población del país, un aumento del 1,8% respecto al año anterior.
Y además los uppers lideran la tendencia: el perfil de lector más frecuente lo encarna la mujer universitaria de área urbana y de 55 años o más. El 83% de estas mujeres leen libros al menos una vez a la semana. En el caso masculino, el perfil del lector habitual también se sitúa en la misma franja de edad: hombre de 55 años o más, con estudios universitarios y en un área urbana, con porcentaje de lectura frecuente de un 76,7%. Precisamente a estos lectores entrenados hemos querido preguntarles por ese libro que llegó a sus vidas en el momento preciso y se convirtió en herramienta o vía de escape para ayudar a sobreponerse.
Periodista con 31 años de trayectoria, es también autor y ha escrito tres libros: 'Enrique Urquijo. Adiós tristeza' (2005), 'Las chicas son rockeras. El poder femenino en la música' (2019) y 'Malú. Toda' (2019), los dos últimos, y una reedición del primero, en 2019, editados por Libros Cúpula.
"Hace un año por estas fechas viví una etapa de acusada zozobra, y no solo por el miedo y la incertidumbre que a todos nos inspiraba la pandemia. Me había divorciado unos meses antes, y, en pleno confinamiento, cuando no estaba con mis hijas me sentía muy solo. Siempre he vivido en pareja, así que me enfrentaba a una situación nueva llevada a su extremo. La imposibilidad de hablar con otras personas cara a cara me sumió en una fase de profunda introspección. Acompañé ese reencuentro conmigo mismo con la escucha denodada de viejos discos de vinilo y la lectura de libros antiguos; cualquier cosa que me transportara a otros tiempos, quizá mejores.
"En medio de ese panorama no especialmente alegre, me decidí a empezar los 'Episodios nacionales'. Acababa de redescubrir a Galdós, de quien en su día solo había leído 'Fortunata y Jacinta', y porque era obligatorio en el colegio. Tras releer este gran clásico, me sometí a un programa de inmersión total en la obra galdosiana, y devoré todas sus demás novelas, de las más famosas a las menos conocidas pero igualmente soberbias, como las cuatro que dedicó al inefable usurero Torquemada".
"Me fascina no tanto el contenido (que también) como el tono: hasta describiendo una escena seria te hace reír, lo que me parece dificilísimo. Los Episodios me echaban un poco para atrás, por su magnitud (son 46 novelas agrupadas en cinco series) y porque presagiaba farragosas narraciones bélicas y políticas. Pese a todo, me puse manos a la obra… Y puedo decir que no solo su inimitable gracejo está presente, sino que dan la oportunidad de conocer la historia de España del siglo XIX como no la cuentan en la escuela. ¡Aún no he terminado, claro! Pero en ese momento delicado me ayudó a evadirme, a aprender (de su técnica y de los hechos históricos que refiere) y a sonreír en unos días oscuros".
Álvarez es editor y periodista. Ha sido presidente de Grupo Júbilo y está especializado en temas sobre economía y tercera edad. "En febrero de 2005, tras una fuerte discusión con el editor, decidí dejar mi puesto de director en el Grupo Júbilo, que tenía sus oficinas cerca de Cuatro Caminos, en Madrid. Para calmarme un poco antes de volver a casa, fui al Corte Inglés que había junto al edificio Windsord a comprar el regalo de cumpleaños de mi hija Olivia que por entonces tenía 2 años.
Allí me topé con un librito que me llamó la atención, 'La Buena Suerte', de Fernando Trías de Bes y Alex Rovira. Es un libro de autoayuda, de esos que proponen vías para salir de los agujeros a los que a veces nos lleva la vida. No es gran literatura, ni siquiera es literatura, pero en ese momento era lo que necesitaba. Su lectura me dio una perspectiva distinta para afrontar el cambio de rumbo que precisaba.
Dos días después el Windsord se incendió, y para mí fue como una señal de que había dejado atrás algo que no iba a volver. Lo he vuelto a leer después, en otros momentos de crisis, pero no tuvo el mismo efecto. Supongo que los libros tienen sus momentos".
"Cuando la vida es muy movida -y eso es casi siempre últimamente-, intento leer cosas que me hagan concentrarme en el libro y olvidarme de lo de alrededor. Yo trabajo en un banco y además he montado un negocio de petit point (Petit Point Mon Amour), por lo que estoy mañana y tarde muy ocupada y con muchas cosas en la cabeza. Leo mucho policiaco y de espías porque te hace concentrarte en la historia".
"Te mantiene entretenida durante el día pensando quién habrá sido el asesino. También mucha novela inglesa del siglo XIX y principios del XX. Y suelo colgar mis lecturas en Instagram, donde mucha gente me pide recomendaciones y comentamos.
"Cada día, al meterme en la cama, cojo un libro. No sé dormirme si no, aunque llegue tan cansada que no pueda leerme más de diez páginas. Pero he encontrado otras fórmulas, dedico mucho rato a la lectura a través de audiolibros, además me los pongo en inglés para practicar mientras estoy cocinando, haciendo ejercicio o petit point. Me cuesta elegir un solo libro y un solo momento vital, todos lo son".
"Pero el último que me he 'leído' y que más ha disfrutado ha sido 'Jane Eyre', de Charlotte Brontë. Además me ha encantado cómo estaba leído y me he repetido capítulos una y otra vez, tanto que me los sé ya de memoria. Es curioso porque leo muchísimo y este es un gran clásico pero hasta ahora lo había evitado por la fama que tiene de ser tan triste, me daba un poco de pereza. Pero sabía que me lo tenía que leer y al hacerlo me he dado cuenta de que no es triste, es una mujer azarosa, valiente, echada para adelante y mira lo bien que le salen a final las cosas".
'Las ilusiones perdidas', Honoré de Balzac. "Tendría yo unos 25 años. Estaba en un momento de desconcierto vital, no sabía muy bien por dónde tirar, tenía muchas opciones y ninguna me gustaba. No encontraba nada que me pudiera interesar".
"Entonces empecé este libro y me encantó. Me ayudó a centrarme en algo concreto y a disfrutar de algo como la lectura, a pensar que por algo como la lectura valía la pena vivir, directamente. Cuenta la historia de Lucien de Rubenpré, que es un chico de provincias que se va a París a triunfar, la peripecia vital del ascenso y caída de una persona. Muy bien contada, te atrapa. Me di cuenta de que la literatura, en sí misma, puede dar sentido a una vida. Son dos tomos y cuatro novelas. Hizo que tuviera ilusión por la literatura y por empezar una nueva vida".
Marian Benito quería ser jueza, pero se desvió espontáneamente del Derecho al Periodismo, donde lleva tres décadas. 'En busca del tiempo perdido', de Marcel Proust es su libro.
"Descubrí a Proust en mi época de estudiante de BUP en un internado. La profesora leía algunos párrafos en francés para luego diseccionarlos. Como toda lectura obligada, la tarea empezó cuesta arriba".
"Sin embargo, aquel momento de la magdalena mojada en té que transporta al narrador a los veranos de su infancia con su tía Leoncia me conmovió porque me reconocí en esa sensación. En mi caso era el café. Su aroma y su sabor me acompañaban desde la infancia haciendo hermoso cualquier momento. En la universidad volví a Proust, esta vez de mejor gana. En cuanto al café, sigue siendo igual de evocador".
Peralt es consultor especializado en efectividad para la alta dirección y profesor de ESADE . Autor de los libros 'Lidérate' y 'Los 6 pilares de la resistencia'. Pero eso fue después, en su nueva segunda vida. Antes tuvo que pasar el infierno de un despido fulminante en plena crisis y un divorcio"
"En el año 2012, en uno de los momentos de mayor desempleo de la historia, fui despedido de la empresa donde había estado trabajando durante los últimos años pasando por una doble crisis personal y profesional y tomando la decisión de no querer volver a ser directivo el en futuro. En ese momento donde me encontraba tan perdido , este libro fue determinante como elemento de inflexión que acabó, con el tiempo, llevándome a un momento de máximo plenitud profesional en el que afortunadamente aún sigo".
"'El Elemento', de Sir Ken Robinson'. El recientemente fallecido Ken Robinson explica con mucho humor e ironía y numerosos ejemplos, la importancia de que todas luchemos por encontrar y dedicarnos en la vida a aquello que se nos da bien pero que además nos apasiona, ese lugar donde nuestro talento innato y pasión se encuentran. El elemento es ese lugar que, si lo encontramos, podremos aspirar una vida profesional de mucho disfrute y realización que además nos llevará de manera natural a poder aspirar a grandes logros en nuestro ámbito de actuación".
"Un libro que no sólo me impacto cuando lo leí en su momento sino que debo reconocer fue clave en mi propia reinvención profesional y en el consejo que he dado a muchas personas en momentos claves de sus vidas profesional. En un entorno tan complejo e incierto como el actual donde muchos de nosotros nos podemos encontrar perdidos o confundidos , este libro puede resultar muy útil".