El 30 de marzo de 1981 un músico frustrado y obsesionado con la actriz Jodie Foster estuvo a punto de cambiar la historia de Estados Unidos. Pensó que para llamar la atención de la intérprete de 'Taxi driver' la mejor forma sería disparar al presidente del país. Y así Ronald Reagan, que tenía 70 años y llevaba poco más de dos meses en el cargo, cayó tiroteado con un pulmón perforado por una bala. No acabó con su vida pero la nación quedó conmocionada. Más de 40 años después, el responsable de aquello, John Warnock Hinckley Jr, ha quedado en libertad total este 15 de junio.
Hinckley, que tiene ahora 67 años, estaba bajo libertad supervisada. Durante los últimos años estado viviendo fuera de un centro de salud mental como resultado de una reducción gradual de la supervisión penal tras el intento de magnicidio. Sin embargo, soportaba varias restricciones en su vida diaria en una comunidad en Williamsburg, Virginia, que incluían controlar sus movimientos y monitorear sus dispositivos electrónicos y cuentas online.
"Muchas gracias a todos los que me ayudaron a conseguir mi libertad incondicional. Qué viaje tan largo y extraño ha sido. Ahora es el momento de rock and roll”, ha escrito en su cuenta de la red social Twitter. Tiene previsto dar un concierto el próximo 8 de julio en el barrio neoyorquino de Brooklyn que será el pistoletazo de salida de lo que llamará 'Redemption Tour', Hinckley tratará de conseguir la atención del público que nunca tuvo cuando intentó ser compositor de Hollywood.
En 1976 Hinckey era un chaval de aspecto desaliñado y melena lacia que se obsesionó con Jodie Foster al verla interpretar a una prostituta de 12 años en 'Taxi driver', la película de Martin Scorsese. Se mudó a Connecticut solo para acechar a Foster y, ante la falta de respuesta de la actriz a las cartas que le enviaba, decidió hacer algo más drástico para impresionarla: matar al presidente. Se plantó con un revólver del calibre 22 en la puerta del Hilton a esperar a que Reagan saliera de una conferencia. Disparó seis veces antes de ser reducido por la policía e hirió a cuatro personas.
Hinckley fue llevado a juicio en 1982. Se le declaró no culpable por su estado psicológico, lo que volvió a sacudir al país, y fue internado en un psiquiátrico de Washington en el que permaneció 34 años. En 2016 se le permitió mudarse con su madre a Virginia, que murió recientemente. Ahora el juez cree que ya no supone un peligro para la sociedad, por lo que levanta todas las restricciones a las que ha estado sometido. Incluso ha obtenido un permiso judicial para poder publicar sus canciones en un canal de Youtube. Ahora por fin podrá volver a probar suerte en la industria.