Chimo Bayo: "Siempre he defendido la ruta del Bakalao, fue el último movimiento social que hubo en España"
A sus 60 años, el mítico Dj sigue dando guerra en la cabina, donde ahora también actúa su hija
El artista no deja de pinchar y dar conciertos por España, entre ellos el de Disco Vibra Mahou
"Ya no soy el jovencito que era, pero todos saben que Chimo suda la camiseta y lo da todo”
“Chiqui tan, chiquiti tan-tan-tan, Que tumban-ban, que tumban, Que tepe-tepe, Tan pan-pan, que tumban, que pin….”. Confiesalo, tú también has cantando esta canción con una o dos copas de más. Porque la música de Chimo Bayo no solo marcó un antes y un después en la electrónica española sino en la vida de toda una generación.
Los fans de ‘La ruta del bakalo’ tienen a Chimo como una auténtica leyenda viva de aquella época dorada de la música electrónica y de las discotecas, de las que ahora solo quedan recuerdos en forma de fotografías y anécdotas que se comparten con el boca a boca.
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Pero Chimo Bayo sigue al pie del cañón, tiene cerrados shows para todos los fin de semana hasta el mes de octubre. Llega el verano y le llueven las ofertas. “Estoy en un momento fantástico, tengo seguidores de todas las generaciones y estoy preparando temas nuevos. Disfruto mucho haciendo sesiones underground de hora y media pinchando música electrónica tanto actual como de la época mía. Porque siempre hago un “Así me gusta a mi”, poner los temas que me han motivado en los últimos años”, nos cuenta durante su entrevista con Uppers.
Hablamos con el imparable Dj sobre reinventarse, cómo se lleva la paternidad y la nostalgia de la ruta, “un movimiento social que lamentablemente nunca volverá”.
¿Cómo te has reinventado? ¿Cómo se hace para gustar a todas las generaciones?
Pues mi libro y la marca ¡Hu-Há! me ha ayudado mucho. El ponerte algunos desafíos también, como pinchar temas actuales. Soy un clásico y que te reciban con aplausos y alegría, porque se entiende que si viene el Chimo es que hay fiesta es maravilloso.
Pero es también importante adaptarse, ya no soy el jovencito que era, pero sí que seguimos siendo una marca que se relaciona con el buen rollo, la diversión, la alergia y la música electrónica. “Ya no soy el jovencito que era, pero todos saben que Chimo Bayo suda la camiseta y lo da todo”
¿Cuál es el truco para ser un icono?
Cuando llego a los sitios lo doy todo, toda la talla que se pueda dar. Y La gente sabe que Chimo Bayo suda la camiseta y se pone las botas para actuar, creo que eso es lo más importante.
Para muchos eres la imagen de la ruta del Bakalo. Cuéntame sobre esta época, ¿Qué ha significado para ti?
Siempre he sido un gran defensor de la ruta, antes, durante y después. La ruta acabo en algunos casos menospreciada, no se le dio el trato adecuado. Se decía: “no hablemos de la ruta porque eso nos da mala imagen”. Y yo decía: “No, yo hablare siempre bien de la ruta porque fue el último movimiento social que hubo en España sin existir redes sociales ni nada”.
¿Era la ruta más que música y drogas entonces?
Se buscaba el placer, el hedonismo y la música. El hedonismo de masas lo representó la ruta del bacalao en la búsqueda de la diversión y del placer. Y no ha habido ningún movimiento social en España tan importante como ese, que venia gente de toda España ni siquiera con redes sociales ni teléfonos móviles. Eso es cultura.
Es muy importante que la gente se divierta y que la gente piense que vivimos un momento en el tiempo muy corto y que es muy importante pasárselo bien y divertirse.
Ahora se está produciendo un cierto renacimiento de la estética y la cultura bakala, ¿crees que podría volver de verdad el movimiento o es algo que ya pasó?
Eso no puede volver otra vez. Eso es un momento en el tiempo. La explosión fue en el 94, pero yo la viví desde los 80 que fueron los inicios. Hasta el 95 como máximo se considera ruta, después ya era lo sucedáneo, una especie de masificación que ya venia por mas cosas que no eran música.
Si comparas la movida madrileña con la ruta, allí eran 500 personas, aquí éramos 50.000 venia gente de toda España. Fueron un poco los herederos de la transición y la dictadura.
¿Qué te ha dado la música?
Yo no empecé a pinchar hasta los 20 años, pero cuando tuve el accidente con la moto, corriendo en motocross y la pierna se me fastidio, perdí la ilusión.
A mí me ha salvado la música la vida dos veces: una en el caso del motocross , que tras el accidente me quedé aislado en casa, no quería salir ni ver a nadie, y la música me ayudo mucho. Y luego cuando pinchaba ya, porque de cara al publico tenia que tener un autocontrol para poder pinchar importante.
El autocontrol era importante, ¿había tanta droga en la ruta como se piensa?
Conozco gente que se ha tomado un chupito de wisky y ha empezado a pegarse con todos, y luego he conocido a gente que se ha tomado cierto tipo de drogas y ha estado empatizando todo el rato.
Depende de las personas y sobre todo de la situación en la que se encuentren, del movimiento y el tiempo en el que esté ubicada esta cuestión. En aquella época no había peleas, era muy difícil, creo que tiene mucho que ver el tipo de educación que hemos tenido.
Depende también del tipo de droga que se tomara, creo que en esa época dentro de lo que cabe, las drogas tenían más calidad que las de ahora, y ahora cuando alguien se toma algo se puede volver un poquito más loco.
¿Hay un ambiente diferente en el público cuando pinchas ahora? ¿Notas esa diferencia generacional?
Creo que en mi caso, sí que consigo lo que conseguía en aquella época, que es que la gente esté pendiente del concierto y no se meta en peleas. En mi caso no es un problema.
¿Qué opinas del techno que hay ahora?
Me gusta el tecno de ahora, lo que pasa es que yo estoy muy acostumbrado al eletronic poli music? Cmo los Cuatro 2,pero es verdad que ahora las canciones que se pinchan en las discotecas no tiene casi letra.
En nuestra época si, había letra y concepto detrás, pero intento pinchar música actual y de grupos actuales. La fórmula perfecta para fracasar es tener contento a todo el mundo, hay gente a la que le puede gustar mi estilo que es muy personal y gente a la que no.
Tu hija Tanya ha seguido tus pasos, ¿qué diferencias encuentras entre su trayectoria y la que tu tuviste?
Ella está luchando porque es una peleona, tiene mucha personalidad y carácter igual que yo, me recuerda mucho a mi. De vez en cuando la intento ayudar, pero ella sale sola adelante, y este año va a ser muy importante para ella.
¿Qué consejos le das?
Yo le dije que metiese de vez en cuando algún ¡Hu-Há!, pero me dice que no. (bromea). Ella tiene 29 años y lo que pincha es urbano, a veces techno, pero bueno es normal que lo haya mamado porque ha escuchado desde Pavarotti, hasta 242. La electrónica la lleva dentro, pero se ha adaptado a su tiempo.
Tu etapa como piloto de competición de motocross siempre te acompañó, incluso en tus looks sobre el escenario, ¿Qué significa para ti estas competiciones?
Yo tenia el traje y lo transformé para que saliera un androide con él vestido. Yo llevo un androide al principio y llevaba pintado en plata todo lo que llevaba, aunque yo nunca me lo puse. Y luego la estética vino porque me daba cuenta de que no solamente era un disyoquei, sino que yo quería dar un espectáculo y para ello es necesaria la estética.
Tuve mi época de samurái, pero siempre he pensado que chimo bayo no es solamente la persona, sino también una imagen que hay que mantener. Esa imagen siempre me ha seguido. Las gafas con luces se ha usado después en películas y en shows, y sigo haciéndolo porque es un estereotipo e icono generacional, y por eso las sigo usando.
¿Sentías esa adrenalina sobre el escenario también?
Yo siempre tengo la responsabilidad de adonde voy hacerlo bien. Mi madre falleció y cada vez que salgo al escenario es un homenaje a ella.
Ahora van a tus shows desde los que fueron contigo en la ruta hasta sus hijos…
En los conciertos veo hijos con sus padres. Hacerlo natural es la clave, que la gente no vea que estas forzando nada sino que te sale de dentro. Eso es lo que transciende de padres a hijos, y a otras generaciones. Tengo ya seguidores de tres o cuatro generaciones, será por la edad.
En un concierto de Chimo Bayo puede pasar cualquier cosa, le digo. “Si, pero todo bueno”, me contesta y nos regala uno de sus icónicos: “¡Hu-Há!