Era la última leyenda viva del rock and roll primigenio y finalmente ha echado el telón a los 87 años. Jerry Lee Lewis ha fallecido en su casa de Desoto, en el noroeste del estado de Mississippi por causas naturales, aunque su salud ya era maltrecha desde hace tiempo. En sus últimos momentos estuvo acompañado por su actual esposa, Judith Brown, la séptima que tuvo en una azarosa vida apurada hasta el exceso entre escándalos, tragedias, drogas y violencia.
Conocido como 'The Killer' por su fiero carácter, formó parte del club de pioneros que inoculó la música del diablo en la sociedad estadounidense de los 50 junto a Elvis Presley, Chuck Berry, Little Richard o Johnny Cash y, contra todo pronóstico, terminó sobreviviéndoles a todos. Suyos son dos de lo mayores clásicos del género, 'Great balls of fire' y 'Whole lotta shakin' going on', y sus presentaciones en directo eran incendiarias, literalmente, ya que llegaba a prenderle fuego al piano.
Pero más impactante incluso que verle sobre el escenario en su mejor momento fue su casi increíble biografía. Nacido en 1935 en Ferriday, Lousiana, en el seno de una familia muy humilde. Con solo 16 años se casa por primera vez con Dorothy Barton, de 17, la hija de un predicador, pero un año después deja embarazada a otra chica, Jane Mitcham, y, amenazado de muerte por sus hermanos, se casa también con ella. En 1953 tiene su primer hijo con Jane, Jerry Lee Jr, que llegaría a tocar la batería en su banda aunque se pasaría la mayor parte de su vida en instituciones psiquiátricas y centros de rehabilitación, antes de morir en un accidente de automóvil en 1973.
En 1957 protagoniza uno de sus mayores escándalos al contraer matrimonio en secreto con su prima de trece años Myra Gale Brown, hija de su contrabajista, mientras seguía casado con Jane. Cuando la noticia llega a los medios, en plena gira por Inglaterra y en el fragor del éxito de 'Great balls of fire', se ve obligado a cancelar todos los conciertos. Las emisoras de radio vetan sus discos y gran parte de la industria le rechaza.
De héroe a apestado, Jerry Lee Lewis se ve obligado a pasarse la vida en la carretera de tugurio en tugurio para sobrevivir mientras que Myra se queda en casa con sus dos hijos, Phoebe y Steve Allen, que desgraciadamente muere a los tres años ahogado en la piscina de casa. Con todo, ese matrimonio dura trece años.
Su cuarta esposa es Jaren Gunn Plate, con la que se casa embarazada de tres meses. Su relación es, como mínimo, tortuosa. Años después ella lamentaría que Jerry le daba un “trato cruel e inhumano, es adúltero, se emborracha continuamente y casi siempre está drogado”. En 1982 ella se ahoga también en una piscina. La hija que tuvieron, Lori Lancaster, fue arrestada en 2011 por la muerte de su hijo de cinco meses por asfixia, aunque Lewis siempre negó que fuese su padre.
Apenas un año después de la muerte de Jaren, el músico, que ya tiene 50 años, se casa con Shawn Stephens, una camarera de 25. Solo pasan tres meses cuando ella aparece muerta con múltiples moratones y sangre por toda la habitación. La autopsia dictamina muerte por sobredosis de metadona y Jerry le espeta malévolamente a la hermana de la fallecida: “¿Me tienes miedo?, deberías tenerlo, ¿por qué crees que me llaman The Killer?”.
La sexta esposa de Jerry Lee es Kerrie McCarver, con la que estaría veinte años y tendría un hijo. En 2012, ya con 76 años, se casa con Judith Brown, quien a su vez había estado casada casualmente con Rusty Brown, hermano de Myra Gale Brown, sí, la tercera esposa de Lewis.
Pero en la vida de Jerry Lee hubo muchos más escándalos. Como cuando en 1973, jugueteando con una Magnun 357 que creía descargada, acabó disparando en el pecho a su bajista, Norman 'Butch' Owens, que no murió pero sí le demandó. O como cuando en 1976 se presentó borracho y con una pistola en casa de Elvis Presley, acusando a su viejo colega de haberle robado el trono del Rock and Roll. Tampoco acabaría bien su relación con su hija Phoebe, que en el año 2000 se convirtió en su agente y terminaría estafándole y quedándose con cada dólar que llegaba a nombre de su padre.
La vida de 'The Killer' fue tan turbia, peligrosa y salvaje que ni siquiera cuando fue llevada al cine en 1989 en la película 'Gran bola de fuego' con Dennis Quaid se le pudo hacer justicia. Jerry Lee Lewis llevaba décadas fuera de juego, pero su nombre, para bien y para mal, es de los que alimentan el fuego eterno de la mitología del rock and roll.