El pasado mes de marzo, se realizó la sesión de fotos para la portada del nuevo single de Tulsa. En la imagen elegida, se puede ver a la actriz Socorro Anatón con el torso desnudo. "Es el primer adelanto del disco, que saldrá en otoño" dice Miren Iza, vocalista del grupo, desde el otro lado del teléfono. La sorpresa se la llevaron cuando la distribuidora recibió el material devuelto por Spotify y acompañado de un par de links hacia sus políticas de contenido.
La popular plataforma señala entre sus restricciones que se reserva el derecho de eliminar "el contenido que contiene material sexual explícito y que incluye, pero no se limita a: incluir pornografía o representaciones visuales de genitales o desnudos presentados para gratificación sexual, defender o glorificar temas sexuales relacionados con la violación, el incesto o la bestialidad". Nada de eso, desde luego, está en la imagen rechazada. "La canción aún no se puede escuchar porque con esto de la censura me he saltado los pasos habituales del lanzamiento, normalmente se sube el material a plataformas y en unas tres semanas está disponible para escuchar", señala Miren Iza.
Cuéntanos un poco de la imagen ¿por qué escogieron a Socorro Anadón como modelo?
No quiero adelantar muchas cosas del disco porque creo que es bonito que se vaya contando por sí solo, pero Socorro es una parte muy importante de él y de lo que vendrá con él. La canción se llama 'No quiero hacer historia' y sí, es la voz de una mujer madura que no quiere hacer historia, pero que quiere ir en tetas si le apetece.
¿Te esperabas este 'rechazo' por parte de la plataforma?
No la esperaba de Spotify, la esperaba de Instagram que por cierto, ha tardado en ocurrir y ha estado colgada unas tres horas, después se la han cargado. Spotify se supone que es una plataforma para mostrar tu trabajo y que respeta el objeto artístico sonoro y visual.... me resulta muy difícil de entender. En Twitter ha estado colgada todo el día, la han visto 30.000 personas y absolutamente ninguna se ha sentido ofendida por los pezones de Soco, o al menos no lo han dicho, así que esas plataformas tendrían que explicar qué o a quién creen proteger.
Llevamos mucho tiempo lidiando con el tema de la censura del cuerpo femenino ¿cuál es tu posición al respecto?
Me cabrea muchísimo, es agotador que sigan pretendiendo ejercer un control sobre el cuerpo de las mujeres, y que solo pueda mostrarse en función de un supuesto sujeto deseante que, oh sorpresa, es masculino, solo lo aceptan si está al servicio de ese deseo, si se percibe que tiene otra función o simplemente está ahí, existiendo, les perturba y hay que esconderlo. Es posible que la herencia del psicoanálisis, por ejemplo con la teoría objetal de Melanie Klein y “el pecho bueno y el pecho malo persecutorio” haya contribuido a percibirlos como fuente de estrés, no lo sé.
¿Qué acciones crees que puedan tomar los artistas para intentar revertir esta situación?
Como artista yo defenderé la obra a muerte que para eso la he pensado desde las entrañas, no hago esto para generar una polémica de un día, hay mucho trabajo y muchas decisiones detrás, está puesto el corazón en ello, por eso molesta tanto. A partir de ahí se puede llevar más o menos lejos, la denuncia la veo obligatoria, es el básico, después, cada cual lo puede llevar tan lejos como quiera. Yo voy a intentar que respeten la portada tal y como es. Y si en IG quieren que la suba con unas pezoneras de afrodita pues ya veré lo que hago.
En efecto, la imagen transmite la idea de un cuerpo libre, seguro, sano, empoderado… ¿Crees que estas características causan rechazo en algunos?
Lo que más ilusión me hace es lo contenta que está Socorro Anatón con la foto, creo que ve una dimensión de ella que le hace sentir muy bien y muy atractiva y así la ven los demás. Esta seguridad puede ser tristemente un disparador de misoginia, sí, lo hemos visto hasta el aburrimiento.
¿Crees que se trata de una forma de edadismo? ¿Debería haber más presencia de cuerpos mayores en el arte, el diseño, la moda, la música?
Este es un temazo, yo soy una señora y a veces me pregunto cómo es que sigo yendo de un lado a otro con la guitarra a cuestas en lugar de hacer cosas supuestamente de señoras, pero rápidamente acallo esa voz interna pseudofascista y abrazo mi vida como una resistencia necesaria. Hay miles de historias de señoras que aún no se han contado y que como espectadora y oyente me encantaría ver en los escenarios con esos cuerpos y esas voces. Cuando las señoras abran la boca verás.