Olvido Gara cumple 60. Alaska cambia de década fiel a lo que ella es, ha sido y será, una mujer que lleva por bandera uno de sus lemas más cantados: ‘A quién le importa’. Una artista que lleva sobre los escenarios desde 1977, cuando formó parte del grupo Kaka de Luxe antes de crear en el 79 Alaska y los Pegamoides con Nacho Canut, Manolo Campoamor y Carlos Berlanga, el grupo que les lanzó al estrellato antes de formar Alaska y Dinarama y ser parte de los años dorados de la Movida madrileña.
Tras la disolución de Dinarama llegó el definitivo con el nacimiento de Fangoria en 1989 junto a Canut, y hasta ahora, más de 30 años cosechando éxitos juntos en los que han vendido más de 500.000 discos. Una carrera que se consolidó en los 80 con su debut en el cine con ‘Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón’, de Pedro Almodóvar, y como presentadora del mítico ‘La bola de cristal’.
El film de Almodóvar lo grabó siendo una adolescente. La artista, que daba vida a Bom, grabó una escena en la que orinaba sobre el personaje de Luci, una escena en la que se simuló el orín con una pera de farmacia que se llenó de cerveza. Una película que, en palabras del director, “hicimos con dos perras a base de limosnas, pasión e inconsciencia”. Pese a iniciarse como chica Almodóvar, Alaska prefirió dar prioridad a su faceta musical, colaborando muy puntualmente en alguna película en estos años.
La artista sorprendió en 2011 cuando protagonizó la primera temporada del reality ‘Alaska y Mario’ junto a su marido, Mario Vaquerizo, que se mantuvo en antena durante cinco temporadas en las que la audiencia fue partícipe de su día a día junto a sus amigos más cercanos, como Topacio Fresh, o de su boda en España tras haberse casado en 1999 en Las Vegas, a donde fue en su luna de miel.
Lo cierto es que su relación con Mario Vaquerizo, vocalista de las Nancys Rubias, siempre ha estado cuestionada por una parte de la sociedad que la ha tachado de tapadera para ocultar la orientación sexual de su marido.
Alaska y Mario forman una de las parejas más asentadas del panorama musical patrio y, pese a que al principio pasaban totalmente de esos comentarios, Olvido comienza a mostrarse molesta. “Ya cansa un poquito la tontería esa de que si Mario es gay. Como gracia está bien. Llega un momento en que te preguntas: ‘Entonces, ¿qué me estás llamando a mí? ¿Pobre desgraciada? ¿Que me conformo con nada?’. No me molesta que me lo preguntes por primera vez, pero si insistes te mando a la mierda. Y estamos llegando a ese punto”, señala en una entrevista a Vanity Fair por su cumpleaños.
En los últimos meses un sector de la sociedad ha sido crítico con la pareja por su cercanía a la derecha, pese a que Alaska nunca se ha considerado una artista de derechas. En la misma entrevista mencionada señala que nunca ha pensado en entrar en la política y que no se considera de derechas, “pero progresista tampoco. Yo no quiero conservar nada. Tampoco soy una señora de izquierdas. Alaska es Alaska”.
“Yo he vivido 40 años sin pensar en etiquetas y estoy un poquito hasta el coño de que ahora todo sea izquierda o derecha. El mundo es otra cosa. El mundo es Bowie. ¡Yo qué sé lo que votaba Bowie! Ni me importa. O Warhol. Me imagino que un año la cosa y, el siguiente, la contraria. Que es lo que más me podría gustar de Warhol. En eso hemos ido un poquito para atrás”, explica la vocalista de Fangoria.
“La gente y las cosas me gustan porque me gustan, no porque sean buenas o malas. Hay quien es muy clasista a la baja: ‘Yo con pijos no me relaciono’. Lo oirás un millón de veces. A mí me da igual de dónde vengas mientras me gustes. Y si no me caes bien, ya puedes ser la persona más divina del mundo”, sostiene Alaska.