Vivimos en la era de la nostalgia. El sentimiento de extrañar y echar de menos épocas pasadas y, especialmente, cosas que nos recuerdan a lo positivo de estas mismas, es tendencia (si es que alguna vez ha dejado de serlo). La moda, la ficción audiovisual, la literatura y hasta campos más insospechados como el de la industria de la alimentación se han sumado a ello. No podía faltar la música: pocas cosas evocan más a una fecha o unos años concretos que escuchar un tema de dicha etapa. Muchos artistas actuales lo saben y, precisamente por eso, juegan con temazos del pasado en su repertorio. ¿Sabías que tu hijo ha coreado letras que tú mismo escuchabas hace décadas?
Lo de versionar canciones no es un invento de ahora: se lleva haciendo toda la vida. Lo mismo ocurre con la práctica de samplear (esto es, utilizar parte de un sonido ya grabado en la creación de un nuevo tema). Pero ha cogido fuerza últimamente en plena cresta de la ola nostálgica. Y se da así un hecho curioso: generaciones jóvenes, como los milenials o los centenials, están habituados a estribillos, estrofas, ritmos y versos que se popularizaron hace ya tiempo, por otros artistas.
El fenómeno ocurre tanto fuera como dentro de nuestras fronteras. Entre ídolos de masas y entre propuestas más modestas y conceptuales. De hecho, el mejor ejemplo ha tenido lugar hace solo unas horas, cuando el DJ Steve Aoki ha pinchado en el popular festival de música electrónica 'Tomorrowland' un clásico como 'La gata bajo la lluvia', de Rocío Dúrcal, cuyo estribillo forma parte de uno de sus 'hits'. Repasamos algunas de las canciones que la nueva hornada de estrellas musicales ha rescatado y hecho propias en algunas de sus canciones.
Pocos temas han logrado el nivel de conocimiento popular que alcanzó la intérprete danesa Whigfield en 1994. El omnipresente estribillo y el pegajoso puente, unidas a una coreografía que casi cualquier ciudadano a lo largo del globo ejecuta con más o menos gracia, hicieron de ‘Saturday Night’ un himno. Este año se ha atrevido a reinterpretarlo Aitana, uno de los nombres clave del pop español de los últimos años. ‘Las Babys’ es la canción, que se mueve entre la versión y el sample, y que ya es uno de los temas del verano.
La música actual en España no se entiende sin el fenómeno Rosalía. La cantante catalana ha redefinido las reglas de juego de la música y de la industria musical patrias y las ha puesto patas arriba. Y buena parte de ello tiene que ver con rescatar la tradición de estilos como el flamenco, punto de partida de su segundo trabajo, 'El mal querer'. Su obra es un complejo entramado de referencias, mensajes y simbolismos. Entre ellos, un destacado número de samples o versiones, como la que hizo en su actuación en la gala de los Premios Goya, interpretando 'Me quedo contigo', de Los Chunguitos. Otro de los ejemplos más recientes tiene lugar en su último álbum, 'Motomami'. La canción 'Delirio de grandeza' versiona el bolero tradicional del cubano Justo Betancourt, además de utilizar rimas de un tema del rapero Soulja Boy, 'Delirious'.
El reverso de esta moneda es C. Tangana, el otro gran artista que ha sabido tomar lo mejor de décadas de historia musical patria y darles valor haciéndolas parte intrínseca de su proyecto artístico. La lista de referencias es amplia, especialmente en su último trabajo discográfico, 'El Madrileño', en el que abrazó estilos y ritmos tradicionalmente denostados. Alejandro Sanz, Rosario Flores, Joselito, El Pescaílla o Los Amaya son algunos de los nombres que ha integrado en sus temas. Otra buena muestra la dejó con 'Tú me dejaste de querer', en la que se juntó con Niño de Elche y La Húngara y, en parte de la canción, samplea 'Son ilusiones', de Los Chichos.
Himno infantil por antonomasia hace unas generaciones, la canción que interpretaban Gaby, Fofó y Miliki ha formado parte del imaginario colectivo durante décadas, como recordatorio de los días que integran la semana y también de la engorrosa lista de tareas domésticas. El tema ha envejecido de aquella manera, y por eso Rigoberta Bandini decidió reinterpretarlo en su dúo con Amaia Romero, cambiando el sentido del mismo al sustituir verbos como planchar, coser o lavar por un nuevo hobby de la protagonista. "Lunes antes de almorzar, una niña fue a jugar, pero no pudo jugar porque tenía que bailar", reza ahora la canción, titulada 'Así bailaba'.
El eurodance es uno de los géneros que más himnos ha generado en la década de los 90. Temas rompepistas, verdaderamente irresistibles para ser utilizados de nuevo (o, al menos, en parte) en esta tendencia nostálgica. Incluso para que los escuche un público que, a priori, no tendría por qué estar tan familiarizado con ellos (o que no vivió emocionalmente su impacto). Un buen ejemplo es el que tuvo lugar en 2020, cuando J Balvin, el grupo Black Eyed Peas y Jaden Smith (hijo de Will Smith) samplearon uno de los grandes éxitos del dance, 'The rhythm of the night', de la banda italiana Corona en su 'RITMO (Bad Boys for Life)'.
Taylor Swift es uno de los fenómenos imprescindibles de la música reciente. El mejor ejemplo ha sido la reciente revolución generada a raíz de la venta de entradas para su próxima gira, una auténtica yincana para los millones de fans de la artista, con precios desorbitados y aforos llenos a un año vista. Y la cantante no escapa tampoco al hecho de sumar referencias a sus canciones y letras. Así lo hizo en 2018 con el popular tema 'I'm Too Sexy', de Right Said Fred, exitazo de principios de los noventa y muy reinterpretada posteriormente. Swift lo hizo en uno de sus mayores 'hits', 'Look What You Made Me Do', donde usaba algunos de sus versos.
El original cuenta con unos cuantos años ya (se grabó en 1932), y se da en él la particularidad de que la posteridad ha hecho muy conocida parte de su melodía, pero no así la canción original en su totalidad. Es el juego al que jugó otra de las grandes figuras del pop mundial, Dua Lipa, en su último álbum, 'Future Nostalgia, lanzado durante los peores meses de la pandemia. Uno de los temas, 'Love Again', que se convirtió en el sexto y último single del disco, samplea estos acordes para hablar del crecimiento personal y la evolución tras una ruptura amorosa.