Según un estudio médico, Keith Richards debería haber muerto en algún momento a mediados de los años 90, teniendo en cuenta las ingentes cantidades de drogas, alcohol y tabaco que su organismo había soportado en las décadas previas. Sin embargo, en 2023 el guitarrista de los Rolling Stones sigue vivito y coleando, para pasmo de la ciencia. Eso sí, padece artritis en las manos. Un mal menor que Keef, de 79 años, sobrelleva de buen grado, aunque reconoce que le ha obligado a ingeniárselas para poder seguir tocando con la banda.
En plena promoción del inminente 'Hackney Diamonds', el primer álbum de los Stones con material nuevo en los últimos 18 años, Richards ha contado en la BBC Radio 4 que la artritis ha afectado a su forma de tocar: “Curiosamente, no tengo ninguna duda de que sí, pero no tengo ningún dolor: es una especie de versión benigna”. Y concede que "si he bajado un poco el ritmo probablemente se deba más a la edad".
Richards posee más de 1.000 guitarras almacenadas en un container, aunque solo toca algunas elegidas sobre el escenario. Pero sigue conservando su fascinación por el instrumento, razón por la que, dice, ha encontrado nuevos caminos de expresión con la misma: "cuando pienso 'ya no puedo hacer eso’, la guitarra me muestra que hay otra manera de hacerlo. Algún dedo irá a un espacio diferente y aquí se acaba de abrir una puerta completamente nueva”.
“Lo fascinante es que cuanto más la tocas, menos la conoces. Te plantea un sinfín de preguntas. Nunca podrás saberlo todo. Es imposible. Siempre estás aprendiendo. Nunca terminas la escuela, tío", confiesa el legendario guitarrista.
Lo cierto es que el músico lidia desde hace años con la osteoartritis. A finales de la década de los 60 aparecieron los primeros síntomas de un tipo de artritis que afecta principalmente las manos y que provoca que las articulaciones se vuelven rígidas, un inconveniente para tocar un instrumento como la guitarra, que exige fuerza y destreza en los dedos.
Por esa razón, Keith decidió cambiar a una guitarra de cinco cuerdas, en lugar de seis, y usar una afinación abierta en vez de la cerrada, que exige usar más la mano izquierda. Esas modificaciones contribuyeron decisivamente a crear el clásico y reconocible sonido de guitarra de la banda.
La artritis tampoco parece que vaya a ser el motivo por el que los Stones dejen de tocar en directo. Algo que nadie sabe si ocurrirá algún día. Preguntado por esto, Richards no pudo contener la risa: "Mi respuesta es que no soy Nostradamus. Por supuesto que esto terminará en algún momento, pero todos están en buena forma. No hay ninguna prisa especial. Nos estamos divirtiendo mucho haciendo esto. Y esto es lo que hacemos”.