Cuenta la leyenda que todos aquellos que compraron una copia de 'The Velvet Underground & Nico' terminaron formando una banda de rock. Una manera hiperbólica pero románticamente certera de explicar cómo un disco tan dolorosamente ignorado en el momento de su publicación, en pleno 1967 -el mismo año del 'Sgt. Pepper's' de The Beatles-, se convirtió con el paso del tiempo en uno de los más influyentes de la historia. La banda formada por Lou Reed, John Cale, Sterling Morrison y Moe Tucker no duró mucho, pero durante el periodo que estuvo en activo funcionó como la manzana prohibida -¿o más bien podrida?- del edén hippie, el reverso oscuro de aquel idealismo de paz, flores y amor. The Velvet Underground inoculó sordidez, depravación y suciedad en el entonces sanote y lozano organismo del pop, inspirando todo un culto reverencial a su alrededor como no ha habido otro.
De la Velvet Underground -porque en España siempre se la llamó 'la Velvet', igual que también decíamos 'la Creedence'- se ha escrito mucho y muy bien. Y se ha hecho especialmente en un país como el nuestro, al que sus discos llegaron muy tarde por culpa del franquismo. Pero tal vez por eso, porque escucharles era una manera de reivindicar nuestra libertad, aquí significaron tanto para los melómanos más inquietos. Sin embargo, a estas alturas ¿se puede aportar algo nuevo sobre un fenómeno tan estudiado y analizado? ¿Queda algo por contar?
Rafa Cervera, uno de los periodistas musicales más reputados de nuestro país, considera que sí se puede y se ha puesto manos a la obra en 'The Velvet Underground, etc.' (Libros Cúpula), "Creo que lo distingue a este libro es que hay una voluntad por mi parte de contar la historia abriéndola lo máximo posible. Que guste al seguidor pero que también interese al que solamente siente curiosidad por el grupo. No es solamente explicar quiénes eran, sino su contexto, sus colaboradores, sus discípulos y su impacto en la cultura popular", nos explica el autor. Charlamos con Cervera sobre una banda a la que él aún prefiere tratar de usted, "porque al narrar su historia estoy hablando de asuntos que también me definen a mí".
Defíneme a The Velvet Underground en tres palabras
La perversión eléctrica.
¿Por qué un disco hoy considerado tan fundamental como ‘The Velvet Underground & Nico’ pasó tan inadvertido en su momento?
Porque iba contracorriente. Era la antítesis del 'Sgt. Pepper’s' de los Beatles y del movimiento hippie. En realidad era el prólogo del punk, escrito con diez años de antelación.
¿Qué aportó realmente Andy Warhol al grupo?
Les ofreció un contexto en el que evolucionar. Les imbuyó con su filosofía. Los convirtió en parte de su legado artístico, y eso al final se volvió en contra del grupo, por eso rompieron su relación con él. Así y todo, los vínculos entre ambas partes persistieron hasta el final.
¿Cuánto cambiaría tu consideración de aquel disco de debut si no hubiera estado Nico?
Mucho. Nico ofrece un contrapunto a la agresividad de gran parte de los temas. Y también aporta esa voz fría, de ultratumba, que se convirtió en un elemente tan reconocible como otro cualquier en el estilo del grupo.
Cuéntame la anécdota que a tu juicio mejor ilustre por qué eran tan distintos a los demás
Cher saliendo de The Trip diciendo que el grupo sonaba para cortarse las venas.
¿Por qué Lou Reed y John Cale se llevaban tan mal?
Porque, como dice Billy Name, amigo de ambos y encargado de Factory entre 1964 y 1970, ambos eran seres muy controladores. No eran temperamentos fáciles, ni juntos ni por separado.
¿La Velvet Underground sin Cale ya no era la Velvet Underground?
No. Siguieron siendo los Velvet pero de otra manera. The Velvet Underground solamente dejó de serlo cuando se fue Lou Reed.
¿Era la batería Moe Tucker el arma secreta del grupo?
Era el pilar. Al ser la única mujer, ejercía de mediadora entre los tres egos masculinos. Su función a nivel personal era parecida a la de su manera de tocar la batería.
Quitando el debut, ¿cuál es tu disco favorito de la banda y por qué?
El tercero. Por el sonido, por las letras. Porque tiene “Some Kinda Love”, que me parece un prodigio de canción.
¿Qué habría sido de la banda si no se hubieran separado tan pronto? ¿Te los imaginas como a los Rolling Stones?
Me cuesta trabajo verlos así. Desde la distancia es obvio que ni siquiera cuando se propusieron hacer lo posible para triunfar estaban preparados para ello. Tenían las canciones pero no tenían nada más porque ellos eran como eran. Los Stones lo tuvieron muy claro desde el principio, sobre todo Mick Jagger, que se dio cuenta de que había que controlar el lado mercantil del grupo.
Lou Reed siempre tuvo fama de ser un tipo difícil. ¿Cómo era contigo?
Cada una de las entrevistas que le hice transcurrió en un contexto distinto, pero siempre fue majo conmigo. Siempre fui con cuestionarios bien preparados, nunca quise pasarme de listo e intentar darle una lección, algo que muchos otros entrevistadores intentaron, pagándolo caro. En 1998 lo entrevisté para Los conciertos de Radio, que se emite por radio y televisión. Aproveché para decirle que estaba en deuda con él. Se emocionó y me dio un abrazo.
¿Qué opinión tienes de las carreras en solitario de cada uno de ellos?
Son muy distintas entre sí. La de Reed es la más conocida y tiene de todo. Pero salvo algún patinazo, es una discografía muy valiosa, a veces muy osada y también muy coherente. La de John Cale es impresionante porque abarca casi todos los estilos posibles. La pena es que tiene canciones tan buenas como las de Reed pero ninguna de ella se ha hecho popular. Nico tiene dos obras maestras que conforman un estilo propio, y eso ya es mucho decir. De Moe Tucker me gustan mucho 'Life In Exile After Abdication' y 'I Spent a week here the other night'.
¿Casi 60 años después The Velvet Underground siguen estando vigentes?
Por supuesto. Tiene centenares de seguidores, discípulos e imitadores pero nadie ha conseguido nunca sonar como ellos.
¿Ves algún grupo actual que te recuerde a ellos?
Hace tiempo que no, porque creo que su influjo ya está muy diluido. Una banda como The Kills tenía bastante de ellos al principio, y un grupo reciente como Water From Your Eyes no existiría de no haber existido antes ellos.
¿Cuál dirías que fue la aportación fundamental del grupo a la historia de la música?
La perversión de la música pop. Desviar el rock, sacarlo de su curso. Ensuciarlo con distorsión y sonoridades extrañas. Sacarlo de los tópicos del “i love you” y hacer que explorara otros lenguajes literarios. Todo eso sin sacrificar la posibilidad de haber legado un grandioso catálogo de canciones.