Los Chichos dicen adiós tras 50 años: "El Jero era un fenómeno, pero no el alma del grupo"

Cuenta Emilio González Gabarre, miembro fundador de Los Chichos, que una mujer se le acercó “el otro día en el culto” para darle las gracias, porque su familia había vivido muchos años "de vender sus discos pirata". Y que a él le pareció bien: “Todo el mundo tiene que comer, ¿no?”, dice a Uppers sentado junto su hijo y su hermano en la presentación de la gira con la que dirán adiós a 50 años de estribillos pegadizos sobre los escenarios. Los de ‘Ni más ni menos’ y 'Son ilusiones' han sido libres, mucho, todo lo libres que han querido, libres libres como el viento, y han logrado siéndolo 12 casetes de platino, 15 discos de oro y 13 de platino. En total, unos 30 millones de copias vendidas: “En el cante, Camarón; en la guitarra, Paco de Lucía; y en la rumba, nosotros”, afirma.

Comienza con retraso la entrevista al trío de Vallecas en un lujoso hotel del barrio Salamanca. Julio González Gabarre, el otro miembro fundador, ha tenido una prueba médica que ha llevado más tiempo de lo esperado. Cuando llega, aún les quedan tres charlas para acabar una jornada de promoción que empezó a primera hora, así que andan algo cansados. Otra periodista les pregunta si tienen algún videoclip reciente para usar imágenes de recurso: “No nos ha hecho falta, nosotros vamos y cantamos”, dice Emilio González García (el hijo de Emilio), quien sustituyó a Jero en 1990, cinco años antes de que ‘el del medio de Los Chichos’, tras varios desenganches, recaídas y depresiones, acabase con su vida en Entrevías.

"Llevo 33 años siendo el nuevo de Los Chichos, el doble de lo que estuvo Jero”, dice bromeando Emilio hijo, que acaba de estrenarse como abuelo de una niña llamada Martina, “pero no me importa, lo tengo asumido desde siempre y cuento con ello”. Ya intentaron jubilarse hace unos años (Emilio padre y Julio superan los setenta), pero el público los seguía reclamando en festivales como el Primavera Sound y acudían en tropel a los bolos sueltos que seguían dando. “No nos han dejado retirarnos. La gente nos reclama. Y nosotros somos obreros de la rumba. Lo mejor de Los Chichos, los chicheros”, insisten.

Ellos fueron uno de los grupos que marcaron la banda sonora de la Transición. Icónica fue su actuación en 1982 con María Jiménez con un vestido rojo, cantando aquello de ‘No puede ser’ en la tele, cuando la tele era una, con un Jero entregado. “Era una tía que decía las cosas sin ofender pero muy claritas”, dice Julio. “Además, era una mujer muy sexy”, añade Emilio padre. También mítica fue su visita en el 85 a la cárcel de Ocaña (Toledo) para actuar delante del El Vaquilla y sus amigos. “La cosa empezó porque José Antonio de Loma quería hacer una película sobre el Vaquilla y el Vaquilla quiso que nosotros hiciésemos las canciones”, explica Emilio Junior.

"¿Que qué nos dijo al acabar? ¡Que nos va a decir, si éramos amigos! Fuimos a la cárcel y por poco nos quedamos allí nosotros (risas). También conocíamos al Torete y al otro y al otro. Eran delincuentes pero iban a vernos a los conciertos. Quien más lo trató fue Jero, que le hizo la canción”, añade. 

¿Jero era el alma de Los Chichos, como dicen muchos?

Julio: No. A mí no me gusta esa palabra dicha así. Puedes decir perfectamente: ‘el Jero era un fenómeno’, pero no el ‘alma’ del grupo. 

Emilio padre: Era un fenómeno y buena gente. Un gran compositor y siempre que hacemos un concierto le dedicamos su canción. El Jero siempre está presente, pero hemos seguido otros 33 años.

¿Qué es lo que más destacaríais de él?

Julio: Ha sido uno de los grandes compositores de España y cada letra era un acierto, me siento muy honrado de haber trabajado con él. Y luego empezó a componer mi hermano y después yo y éramos un trío de rumberos, ni más ni menos.

¿Creéis que ‘Estopa’ os dio un nuevo empujón para otra generación más joven cuando cantó aquello de ‘el del medio de Los Chichos’?

Julio: ¿’Estopa’ a nosotros un empujón? 

Bueno, os trajo de nuevo a la actualidad de una manera preciosa.

Emilio hijo: Te voy a explicar una cosa para que se entienda bien. La primera vez que conocimos a Estopa, que ya había salido su canción, estábamos trabajando en Macumba y llamó su mánager a la puerta y dijo, ‘mira, están aquí estos chiquitos que os quieren conocer’. Y aparecieron y lo primero que nos preguntaron fue ‘¿cuándo se empieza a ganar dinero en esto?’. Y yo le dije: ‘No te preocupes, que no os queda mucho’. Hemos visto a grupos que han nacido, nos han superado y luego se han venido abajo. Estamos en esa tesitura toda la vida.

¿Es verdad vuestra rivalidad con ‘Los Chunguitos’?

Julio: Nos llevamos fenomenal con ellos. Musicalmente somos totalmente diferentes y el que sepa de esta música lo entiende. Y rivalidad ninguna, al contrario. Eso son bobadas. Además son vecinos del barrio, de Vallecas. Nos respetamos y nos queremos. Vamos de gente sencilla, no vamos sacando pecho, por eso la gente nos quiera.

Emilio padre: Nosotros no somos enemigos de nadie, que cada cual viva como le venga en gana.

¿Si os tocase la Lotería os iríais de Vallecas?

Emilio hijo: No. Es nuestro barrio, nuestra gente, donde estamos a gusto. Dejamos de ser Los Chichos al bajarnos del escenario, luego somos los vecinos. Mi padre se saluda con todos y le preguntan, ‘oye, qué tal de la próstata’. ‘Pues muy bien’. Nos quieren por ser de Los Chichos, pero sobre todo por ser uno más.

Emilio Padre: ¡Seguiremos allí siempre y viva Vallecas!

¿Creéis que la gente os quiere porque vuestras letras emocionan?

Emilio Junior: Nosotros cantamos canciones que pellizcan el corazón. La gente nos dice: ‘Sois la banda sonora de mi vida’. Y eso no hay que dejar de valorarlo.

Julio: No hay que cantar de cabeza, de cabeza puede cantar un mueble. Tienes que cantar con este (se señala al corazón) para transmitir, para calar.

Acabas de ser abuelo, ¿le has dedicado algún tema nuevo?

Emilio Junior: Yo a mi nieta la dedico la vida. Ellos tienen bisnietos ya. Es ley de vida hacerse mayor. Yo hace 10 años no quería ni loco ser abuelo, pero ahora sí. Mi nieta ha venido en un momento que me apetecía, la Martina, para malcriarla. Que la eduquen sus padres (risas). 

Emilio: No sé si tendré 50 o 60. Y bisnietos.

Julio: Yo tengo diez.

¿Qué os parece ser un referente para Rosalía y C Tangana?

Emilio Junior: Aunque suene feo decirlo, es a lo que estamos acostumbrados. Alejandro Sanz también se desvivía por nosotros, y anunciaba públicamente que moría por nosotros, Manolo García igual. Ahora le toca a Rosalía y C Tangana. A Tangana personalmente no le conocemos.

Emilio padre: A mí la que más me gusta es Rosalía, que ha salido y ha dado mucho que hacer a muchos detractores. Se lo tienen creído los que están en contra de ella. ¡La como su cara a la Rosalía, es una fenómena!

¿Cuál es vuestra canción favorita?

Emilio junior: Depende del momento. Si estás más melancólico te apetece quizá ‘Otro camino’ y otras veces uno está con ganas de fiesta y prefiere ‘Ni más ni menos’. Como se suele decir: ‘¿qué dedo de la mano me corto que no me duela?’. Es imposible elegir de más de 300 canciones y si es por la gente tendríamos que cantarlas todas.

Emilio padre: como él, si tienes 20 hijos, ¿a quién vas a cortar?

Julio: Yo sí tengo mis gustos. Son todas buenas, pero hay algunas con más sentimiento, cantadas desde el alma. 

Dime una

Julio: Por ejemplo, ‘Aunque te sobren amores’, esa que dice (cantando): ‘Voy caminando por el mundo así, y cada día aprendo más y más, conozco a gente que no saben querer, y las personas que no saben amar son caprichosas no saben qué hacer y poco a poco pierden la noción de lo que vale la felicidad’. ¿Se entiende, no? Pues ya está.