Para gustos, los colores. Y aunque históricamente el color predominante en los discos de vinilo ha sido el negro, cada vez tenemos más opciones cromáticas disponibles en esta segunda juventud que vive el formato preferido de los melómanos. En 2023, las ventas de vinilos en EEUU alcanzaron un récord sin precedentes, con 43 millones de unidades despachadas, fenómeno impulsado en gran medida por las ediciones limitadas y los discos de colores que pronto se convierten en codiciados objetos de colección.
La tendencia hacia el vinilo refleja una preferencia creciente por lo analógico frente a lo digital, sostenida en ofrecer una fidelidad de sonido más rica y profunda. La introducción de nuevos formatos y pesos, como los discos de 180 y 200 gramos, prometen una experiencia auditiva superior, pero no pueden ser la única explicación al creciente interés por este soporte físico.
La exclusividad y el atractivo visual de los vinilos de colores han jugado un papel determinante en el fenómeno al añadir un valor estético y coleccionable, lo que hace que cada lanzamiento sea más especial para los entusiastas de la música. Por ejemplo, '1989 Taylor's Version', la regrabación del álbum clásico de Taylor Swift que fue el vinilo más vendido el año pasado en todo el mundo, se presentó en infinidad de formatos y ediciones exclusivas de colores diferentes y con portadas distintas. Incluso una versión, la 'Sunrise Boulevard Vinyl Edition', estuvo disponible en su página web solo durante 48 horas. Los fans más acérrimos no dudan en querer hacerse con todas.
Los Rolling Stones publicaron su último álbum, 'Hackney Diamonds', hasta en 43 ediciones distintas en vinilo esparcidas por todo el mundo. El coste del pack completo alcanzaba los 2.000 euros. Y Bruce Springsteen acaba de anunciar una edición especial de su clásico 'Born in the USA' en vinilo de color rojo traslúcido, con un espectacular formato que incluirá una funda desplegable y un libreto exclusivo con material de archivo de la época.
Artistas más jóvenes como Olivia Rodrigo, Billie Eilish o Dua Lipa también apuestan por el formato, demostrando que la moda no lo sostiene únicamente un público maduro y nostálgico, sino que la posibilidad de poseer una pieza física y tangible de música que funciona como objeto de colección y exclusivo también interesa a las nuevas generaciones de aficionados.
Los artistas, clásicos y modernos, han encontrado en el vinilo un medio para proporcionar experiencias únicas a su audiencia y profundizar en la relación con su base de seguidores. No solo a través de las distintas ediciones de colores, transparentes, jaspeados o con manchas, sino también a través de la creación de box sets de lujo, copias firmadas personalmente por ellos o con los picture disc, o discos ilustrados, variante que muestra imágenes directamente sobre el disco.
En realidad, los vinilos de colores y los picture disc existen desde hace muchísimo tiempo. A mediados del siglo XX, el sello RCA Victor utilizaba un color distinto para cada género musical, estrategia que terminó abandonando por resultar demasiado cara. A partir de 1970 las discográficas volvieron a recurrir a estas ediciones, ya entonces como cebo para coleccionistas.
Lo mismo ocurre con los discos ilustrados, que tuvieron su origen en los llamados discos animados de 78 rpm, ediciones para niños con dibujos en la superficie del disco que al colocarlo en el tocadiscos y girar generaba una imagen que producía una sensación de movimiento. A finales de los 70 los picture disc empezaron a usarse en reediciones de coleccionista para que el público volviera a comprar un material que ya tenía.
Históricamente lo vinilos de colores han arrastrado el mito de que suenan peor que los negros, quizás a causa de los aditivos utilizados en la fabricación para obtener las variantes cromáticas deseadas, aditivos que podrían afectar negativamente la reproducción del sonido si no se utilizaban correctamente. Pero en la actualidad los avances en la tecnología de fabricación y control de calidad han minimizado este defecto. El sonido de un vinilo hoy día está determinado principalmente por la calidad de la grabación original, el proceso de fabricación y el estado de conservación del disco, no por su color.
La renovada fiebre por el vinilo reporta beneficios a todas las partes. La industria hace caja, los artistas también, además de beneficiarse de una nueva vía para expresar su arte y reforzar el vínculo con sus seguidores ,y los fans valoran la oportunidad de coleccionar y poseer piezas únicas, al mismo tiempo que refuerzan su sentimiento de comunidad. El vinilo hace felices a todos.