Ir al concierto de AC/DC con tu hijo: "Lo recordará toda su vida"

¿Qué puede haber más emocionante que ir a un concierto de tu banda favorita? Pues hacerlo acompañado de tu hijo. Y no porque le hayas arrastrado a la fuerza (y por su bien) cuando preferiría andar haciendo cualquier otra cosa, sino porque él haya elegido estar ahí, compartiéndolo contigo. Sabido es que una de las mayores obsesiones de los uppers es que nuestros vástagos descubran y se apasionen por la buena música, es decir, la que nos gusta a nosotros. Una batalla que muchos terminamos dando por perdida, resignados ante la dolorosa evidencia de que jamás abrazarán la religión del rock con la misma fe que tuvimos nosotros. Pero cuando surge ese puente mágico que une a dos generaciones, cuando padre e hijo pueden vibrar al unísono con la misma canción y el mismo grupo en el mismo estadio, uno al lado del otro, eso es incomparable.

Rodrigo Martín (Madrid, 1979) es un apasionado de toda la vida de AC/DC. Ha ido a verles siete veces en directo, "todas las que han venido a Madrid desde la gira de 'Ballbreaker' en 1996, y también en Bilbao y Sevilla en la gira de 'Black Ice". Ahora va a por la octava, otra vez en la capital hispalense, este 29 de mayo. Pero esta es especial, porque será la primera que vaya en compañía de su hijo Ángel, de solo nueve años. Y la perspectiva de volver a ver a una de sus bandas de cabecera junto a su chico le hace inmensamente feliz, sobre todo porque hasta hace muy poco ya no pensaba que algo así fuese posible, dados los problemas con los que han tenido que lidiar últimamente el grupo de Angus Young.

La felicidad en una canción de 4 minutos

"Siempre he dicho que la felicidad total, plena y absoluta no existe… salvo durante los 4 minutos que dura 'You Shook Me All Night Long' en un concierto de AC/DC. Ahí el mundo y la vida entera se detiene y cada segundo es mágico y majestuoso. Saber que esta vez voy a tener a mi hijo a mi lado y voy a poder darle un abrazo… eso sí que va a ser felicidad total, plena y absoluta", admite Rodrigo.

Han pasado casi 28 años desde aquella mitológica primera vez, el primero de los tres conciertos que dieron en la plaza de toros de Las Ventas, el 9 de julio de 1996. Unos shows que quedarían inmortalizados para siempre, primero en VHS y después en DVD, con el título de 'No Bull'. Por supuesto, ya entonces era fan. Lo era desde que a los 12 o 13 años descubrió, estupefacto, el concierto de Donington en la televisión: "Nunca había visto ni oído nada tan potente, tan auténtico, tan genuino". Aquel joven ansiaba vivir algún día en sus propias carnes esa descarga eléctrica incomparable, y vaya si lo hizo. "Estuve en primera, segunda fila, incluso se me puede ver un par de veces en aquella grabación. Y aún ahora siento que fue el mejor concierto de mi vida. Y creo que, aunque siempre han estado geniales, aquellos AC/DC estaban en su plenitud, en su cenit, o su prime, como se dice ahora".

Como ver tu película favorita una y otra vez

Después ha habido muchas otras veces, claro, y nunca le han defraudado. "Aunque lleven casi cuatro décadas haciendo el mismo tipo de show, con pocas o nulas sorpresas, nunca, jamás, van a ser capaces de decepcionarte, precisamente porque sabes exactamente lo que vas a ver.  Es como ver tu película favorita una y otra y otra vez, que eres capaz de disfrutarla como el primer día, si no más. ¡Lo último que querrías es que te cambiaran el montaje o te sustituyeran digitalmente a tu actor de toda la vida por otro! Pues eso. Luego está la expectación, los prolegómenos, el ambiente, que siempre son magníficos y muy especiales".

Pero ya la última vez que AC/DC tocaron en Madrid, en 2015, estuvo a punto de faltar a la cita. ¿El motivo? La vida abriéndose paso. "Mis hijos mellizos, Ángel y Lucía, tenían diez días de vida. Tenía mi entrada para el Vicente Calderón desde hacía meses pero estuve a punto de no ir porque mi mujer andaba regular de salud, yo llevaba prácticamente diez días sin dormir… pero mis padres insistieron en que me vendría bien ir y despejarme unas horas. Lo disfruté a medias, pues también tenía la cabeza en otras cosas".

Lo que no imaginaba entonces es que la siguiente vez que tuviera la ocasión de verles en directo, nueve años después, Ángel estaría a su lado (Lucía pasa totalmente de AC/DC). "Jamás lo habría creído. Ni en sueños. Así que esto no es un sueño hecho realidad, es casi mejor. Él aún es pequeño y tiene muy poca experiencia en conciertos, ninguna de hecho en algo tan masivo como esto, pero se emociona e ilusiona mucho por las cosas y tiene una sensibilidad especial, así que estoy convencido de que le impactará muchísimo y será algo que guardará y recordará toda su vida".

"Papá, quiero ir a un concierto de AC/DC contigo"

Y encima ni siquiera fue idea de Rodrigo lo de ir juntos al concierto. "En realidad me lo pidió él, hará un año o así, cuando ni siquiera parecía posible que sucediera. Mi dijo 'Papá, quiero ir a un concierto de AC/DC contigo' y a mí no pudo hacerme más feliz. Pero entonces le dije que no podía ser porque sólo tenían una fecha prevista y no se sabía si harían más conciertos, y era en California, en el festival Power Trip. 'Pues nos vamos a California', me soltó". Los niños pueden ser maravillosos.

Que la maquinaria de AC/DC volviera a ponerse en marcha, aunque solo fuese para una fecha, como parecía en aquel momento, no dejaba de ser una grandiosa noticia para los fans, sobre todo después de los problemas auditivos de Brian Johnson, la muerte de Malcolm Young y la imposibilidad de salir de gira en su momento por el covid para defender el disco 'Power Up' (2020). "Por eso cuando anunciaron la gira, que tocaban en Sevilla, y salieron las entradas, me lancé y las conseguí para la primera fecha, cuando aún no se sabía que habría una segunda. Lo de viajar a Sevilla, coger el tren, la noche de hotel, lo que nos dé tiempo a ver de la ciudad, el ambiente que se vivirá en las calles… Eso es un aliciente más, toda una aventura. No le conté nada hasta que lo tuve ya todo atado, y se puso contentísimo".

Engancharse a algo tan grande siendo tan pequeño

Rodrigo no ha tenido que lidiar con esa frustración en la que caen tantos padres que no consiguen que sus hijos escuchen la música que les gusta a ellos. ¿Cómo se enganchó un niño todavía tan pequeño precisamente a algo tan grande como AC/DC? "Hay una verdadera obsesión por parte de nuestra generación con que a nuestros hijos les guste la misma música, las mismas pelis y series, los mismos libros y cómics que a nosotros, sin pararnos a pensar en que difícilmente a nosotros nos gustaban las mismas cosas que a nuestros padres, quizás porque a nuestros padres les daba más igual. Lo que es evidente es que lo que nunca puedes hacer es forzarles porque igual acabas consiguiendo la reacción contraria", reflexiona.

"Yo me he limitado a poner en casa la música que me ha apetecido cuando me ha apetecido y así ellos han podido estar expuestos a cosas muy distintas: AC/DC, Queen, The Beatles, Iron Maiden, Johnny Cash, Idles, Pet Shop Boys, Taylor Swift… Y cada uno se ha quedado con lo que por algún motivo le haya llamado la atención. Lucía ahora ha tirado más por Taylor Swift y Ángel por AC/DC, pues perfecto, y luego ya ellos seguirán decidiendo. En el caso de Ángel creo que la primera canción que le flipó verdaderamente de AC/DC fue 'Thunderstruck', pero es normal porque a quién no le va a gustar 'Thunderstruck'". Pues eso, diablos, a quién no.

¿El último baile?

Con AC/DC, y con tantos otros nombres del rock clásico que ya pasan de la setentena, queda la duda de si esta sí será (de verdad) la última vez que podamos verles. El tiempo no pasa en balde y nada es eterno, aunque en algún momento, en nuestro inconsciencia, hayamos creído que sí. "Ya me parece un milagro que hayan vuelto, pero tal y como se está planteando la gira, el estado de forma de un Brian Johnson que va a cumplir 77 años, Angus que va camino de los 70, sí se respira en el ambiente que este puede ser su 'último baile'… Pero ya me equivoqué una vez, así que quién sabe", nos dice nuestro hombre.

¿Y qué pasará cuando ya no queden más bandas como AC/DC en pie? ¿Morirá el rock and roll cuando se jubilen todos los clásicos? ¿A quién iremos a ver los viejos rockeros? "El rock no morirá, siempre habrá alguien que recogerá el testigo, quizás ya nunca a esta escala ni con tal nivel de popularidad y poder de convocatoria, pero también el rock puede y debe seguir evolucionando...Pero dentro de no mucho sí nos quedaremos sin la oportunidad de poder compartir con nuestros hijos, al menos en conciertos, ese rock con el que crecimos, esos artistas o bandas que nos volvieron locos cuando éramos niños y adolescentes, y que heredamos en ocasiones también de nuestros padres. Y acabará llegando el momento en el que serán nuestros hijos los que nos descubran cosas nuevas e interesantes a nosotros, y no al revés, pero eso es ley de vida, y también es bonito". Amén, hermano.