Los madrileños y visitantes que hoy se pasean por la Calle del Postigo de San Martín y alrededores y de detienen en alguna vieja tienda de vinilos, tal vez no son conscientes de que a escasos metros de allí, bajo la piel del Bershka que ahora campea sobre la Gran Vía, estaba antes uno de los últimos templos del rock en la ciudad. Madrid Rock, se ubicaba precisamente allí, en el número 25 de la céntrica arteria madrileña, y permaneció más de dos décadas (hasta 2005) recibiendo a melómanos y coleccionistas de todo pelaje (nunca mejor dicho) de los que, tal vez, los últimos que queden en pie sean los hermanos Alcázar, los famosos 'heavys de la Gran Vía', que llevan otros tantos años apostándose allí, llamas eternas, como guardando un duelo permanente 'for those about to rock'.
Hoy queremos rescatar una anécdota que ocurrió exactamente 16 años después del cierre de la emblemática tienda de discos, es decir en 2021, cuando el conocido DJ Nano pudo rescatar de manera rocambolesca las míticas letras que formaban el nombre del local. Una letras que cualquier madrileño amante de la música reconocería de inmediato. "La tienda era un referente para conseguir vinilos de música electrónica. Iba mucho, la guardo un recuerdo muy especial", le decía el también productor a El Mundo hace tres años. En ese reportaje contaba cómo tras la venta del local de Madrid Rock a Inditex (se dice que por 20 millones de euros), una de las diseñadoras del nuevo negocio rescató las letras plateadas cuando estaban a punto de irse a la basura.
La mujer las tuvo en su casa durante un tiempo hasta que decidió trasladarse a Mallorca, donde ya no pudo encontrar espacio para ponerlas. Las letras permanecieron así en un trastero hasta que alguien le dio el chivatazo a Dj Nano que era, a la sazón, un conocido coleccionista de memorabilia rockera de los 80 y 90. Este no tardó en ponerse en contacto con la antigua propietaria, quien accedió a vendérselas, sabedora de que el letrero quedaría así en buenas manos. "Ella no quería dárselas a cualquiera, sino a alguien que las fuera a cuidar o valorara tanto como yo", declaraba entonces DJ Nano.
Algo faltaba, sin embargo, para terminar de hacer justicia (poética) a la memoria de la tienda de vinilos, permitir que se los hermanos Alcázar se reencuentren con el cartel que llevaban añorando tanto tiempo. Fue así que el productor invitó a Link y el Puna, es decir José y Emilio Alcázar a visitarlo en su casa de Las Rozas, donde cuelgan las letras desde entonces.
"Estaba claro que esto... tenía que pasar -anunciaba DJ Nano en sus redes sociales cuando fue visitado por los Alcázar- Hace poco os contaba que había conseguido adquirir las míticas letras del Madrid Rock de la Gran Vía de Madrid.Muchos me pedisteis algo que ya estaba en marcha y que estaba claro como digo.. que pasaría".
Se dice que los gemelos 'fliparon' mucho al reencontrarse con el letrero. Unas fotos, una risas, y después volver a la calle. Porque, en efecto, los viejos rockeros nunca mueren (ni seguirán muriendo).