'Purple Rain', la obra maestra de Prince, cumple 40 años: "Esta canción pertenece al fin del mundo"

Prince Rogers Nelson (Mineápolis, 1958-2016) solía obsesionarse con los cielos que 'se llenaban de sangre'. Más concretamente, con el color púrpura que resultaba de un atardecer rojizo estampado en el azul. "El resultado es como una lluvia púrpura, algo que tiene que ver con el fin del mundo, con estar con la persona que amas y dejar que tu fe o tu dios te guíe a través de ella". El resultado también fue una obra maestra de apenas nueve canciones con las que Prince and The Revolution, su banda en aquel momento, verdaderamente revolucionaron el pop de los 80.

40 años de lluvia inclemente

Toda obra maestra contiene sus propias paradojas, y 'Purple Rain' sin duda las tiene. El hecho, por ejemplo, de que dos de sus hits alcanzara el número uno en las listas, pero su tema insignia, el que da título al disco (y una de las mejores power baladas de todos los tiempos) apenas ocupara la segunda posición (por detrás del 'Wake me up before you go (go)', de Wham!). O el hecho de que Prince pensará que la canción era demasiado parecida a 'Faithfully', un tema menor de Journey con el que que comparte cierta familiaridad de acordes en la guitarra, pero que a los mismos miembros de esa banda les pareció un disparate comparar. O que la frase 'purple rain' apareciera 12 años antes una canción del trío folk America pero que, a pesar de que algunos críticos se esforzaron en relacionar ambas producciones, cuando le preguntaban a los de America qué significaba en su canción aquello de 'lluvia púrpura' estos contestaban algo así 'ahí nos habéis pillado'.

Correlatos

El caso es que cuatro décadas después, temas como 'Let's go crazy', 'When doves cry' o 'The beautiful ones' son considerados legendarios por su potencia pero también por su innovadora combinación de power rock, funk, gospel y destellos urbanos, todo meticulosamente producido por el propio Prince en un álbum vertiginoso, sexy (Prince ya ha escrito algunas letras tan explícitamente sexuales que ríete tú del reguetón) y melancólico a la vez.

El correlato fílmico del álbum, la cinta homónima del que de hecho aquel era banda sonora, convierte todo ese punk (glam, pero punk al fin) en una historia de violencia doméstica, conflicto generacional y egos atormentados, es decir la traduce eficazmente, al punto que se no solo fue un éxito de taquilla en su momento sino que se ha convertido en una película de culto. Como banda sonora, el álbum obtuvo el Oscar. Y estuvo 24 semanas en le número uno.

El estilismo del artista y de sus músicos, esas camisas llenas de florituras como en sus solos de guitarra, esos trajes violeta eléctrico, ese pelo afro parcialmente alisado, y la icónica portada marcaron sin duda aquella década prodigiosa.

Una última paradoja: el 14 de abril de 2016, una semana antes de morir estupidamente por una sobredosis de fentanilo, Prince tocó por última vez 'Purple Rain' en vivo. Fue la última canción que interpretó en público, pero siendo él un virtuoso de la guitarra (para algunos al nivel de Clapton o Hendrix) decidió esta vez sentarse al piano. Una despedida inusual para un tema genial, obra de una mente instalada en la inconformidad.