El auge de los festivales de la nostalgia: por qué nos encanta volver a las canciones de nuestro pasado

Vivimos tiempos profundamente nostálgicos. La añoranza de una época anterior impregna todos los ámbitos, desde la literatura a la moda, pasando por la gastronomía, el cine y, sobre todo, la música, quizás el arte que más fácilmente puede transportarnos a una época concreta, a momentos significativos de nuestra vida. Por eso abundan los conciertos y festivales que rememoran décadas pasadas y celebran el poder de esas canciones, buenas o no tanto, que han quedado en el imaginario colectivo. No son ya eventos exclusivos de grandes ciudades, porque hasta en las pequeñas capitales de provincia se celebran jornadas que reúnen a antiguas glorias al calor del revival.

Rememorando las décadas pasadas

Para muchos boomers y gen X los años 80 han quedado como la década nostálgica por excelencia, pero la tendencia de recuperar el pasado ya no se queda solo en esas generaciones, sino que alcanza también a las más recientes. Por ejemplo, este fin de semana tendrá lugar en Madrid el festival Love the Twenties, una cita más orientada a millennials que reunirá a figuras de los 2000, con Coti, María Isabel y Alizée como nombres más destacados. Y a finales de octubre tendrá lugar un evento similar, Nostalgia Milenial Fest, que convocará a Álex Ubago, Kate Ryan, Nena Daconte, Las Ketchup o King Africa, entre otros.

Pero, claro a la hora de tirar de nostalgia, nada como los 80 y los 90. El gran reclamo de eventos como Discoteca de los 80, que tendrá lugar el 26 de abril de 2025 en el WiZink Center, es recuperar a artistas que reinaron durante un breve tiempo y de los que luego nunca más se supo. Porque sí, en los tiempos de Michael Jackson, Madonna o Prince también tuvieron su momento de gloria otros como Alphaville, Bananarama, C.C.Catch, F.R. David o Samantha Fox. Nombres muy constreñidos a una época concreta, motivo por el cual el factor nostalgia es aún más potente con ellos.

Mezclando tristeza y placer

Lo mismo ocurre con Love the 90s Madrid, y su reivindicación de los éxitos de Snap!, Eiffel 65, Jon Secada, Lou Bega o Whigfield. Se trata de proporcionar horas y horas de música que nos transporten a otro tiempo y a otro lugar. Pero ¿por qué necesitamos tan imperiosamente mirar al pasado? Un estudio de la Universidad de Southampton (Reino Unido) sobre la nostalgia concluía que este sentimiento es agridulce, ya que produce melancolía pero también restaura el ánimo, fortalece nuestra identidad y llena de significado nuestra vida.

La realidad es que nos encanta ese mix de tristeza y placer que nos provoca el volver atrás. Además, nuestro cerebro tiene tendencia a recordar con especial cariño el periodo que vivimos entre los 15 y los 25 años, quizás porque se las arregla para quedarse con lo positivo y desterrar lo negativo.

Volver a las películas y canciones que marcaron la infancia y la adolescencia nos transmite una placentera sensación de familiaridad. Así, la nostalgia actúa como regulador emocional calmante y potencia un envejecimiento saludable. "Todo ello es un determinante clave de bienestar en los adultos mayores, al tiempo que promueve una conexión entre el yo pasado y el presente, compensando la sensación de soledad", concluye el trabajo.

Lo curioso es que estos festivales de la nostalgia también alcanzan a muchos jóvenes que se dejan conquistar por la personalidad de los viejos hits ochenteros y noventeros que sonaron en las discotecas, chiringuitos y verbenas de toda España. Muchos de ellos terminan colándose en las pasarelas, producciones musicales, playlists y a TikTok, lo que permite que las nuevas generaciones sientan otro tipo de nostalgia, la que se tiene por un tiempo que nunca se vivió. Pero esa es otra historia.