Juan Carlos Romero, el guitarrista de Sabina, Jurado o Morente: "Compuse para Rosendo, se la envié y me respondió cantando"
El artista onubense nos presenta su disco 'El que va conmigo y yo'
Recorremos con él su trayectoria artística desde su primeros maestros, el abuelo de Tomatito y Manolo Sanlúcar
Ha compuesto y tocado para Serrat, Sabina, Rosendo, Enrique Morente, Rocío Jurado... De cada uno conserva un grato recuerdo
"Se canta lo que se pierde". Las palabras que escribió el poeta Antonio Machado las hace suyas el guitarrista y compositor Juan Carlos Romero, que publica el disco 'El que va conmigo y yo'. Nos lo cuenta en una entrevista muy personal en la que desnuda el alma igual que hace cuando a través de sus manos deja que sea el sonido el que cante, llore, goce o celebre la vida por él. A cada sentimiento le pone el tono exacto, la resonancia precisa.
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Juan Carlos Romero es uno de los referentes de la música española, aunque la fama se la queden esas celebridades para las que ha tocado y compuesto: Rosendo, Enrique Morente, Rocío Jurado, Joaquín Sabina, José Mercé, Carmen Linares, Estrella Morente, Miguel Poveda… Acabaríamos antes si dijésemos con quién no ha estado sobre el escenario. "Es un orgullo contarlo, pero también una responsabilidad poner música a músicos con la personalidad tan fuerte como la de Rosendo o Sabina", dice.
Rocío Jurado mejoraba en las distancias cortas
Por cada una de estas figuras podría contar mil anécdotas. "De Rocío Jurado, con la que trabajé en 1992, en 'La Lola se va a los puertos’, me sorprendió la distancia entre el personaje que aparecía en televisión y la gran persona que era ella. En distancias cortas, era cálida, cariñosa, generosa y cercana", dice. Componer para Rosendo le despertó cierto vértigo. "Tuve qué pensar mucho cómo ofrecerle un tema desde que a él le sirviera e hiciese suya sin yo perder mi identidad. Se lo envié y me respondió ya cantándolo. Fue un momento de gran satisfacción", dice.
"Con Carmen Linares, a la que tengo un profundo respeto y admiración, hicimos un hermoso homenaje a la poesía de Juan Ramón Jiménez. De Enrique Morente dice que era "imprevisible, socarrón, inteligente, solidario, divertido, caótico y buen amigo". También en su memoria está Carlos Saura, "un hombre fascinado por el flamenco, el arte y la cultura". Romero participó también en la banda sonora de algunas de sus películas, como 'Sevillanas’ o 'Flamenco, flamenco’. También en el disco homenaje a Joan Manuel Serrat, como guitarrista y como productor.
Entre tan grandes estrellas, este músico nacido en Huelva en 1968 ha ido abriéndose paso y el disco que hoy nos trae, 'El que va conmigo y yo’, él lo resume como un autorretrato. "Es un trabajo que reúne la plenitud creativa, la madurez como músico y la grandeza de la guitarra flamenca. Necesitaba plasmar esa parte de mí que no es puramente flamenca, sino que toma otros registros musicales. Es un ejercicio de honestidad conmigo mismo".
Con bulerías, rumbas, granaínas, tangos y tarantas, Romero rinde tributo a Antonio Moreno, Paco de Lucía, Enrique Morente, Félix Grande, el Niño Miguel… "Es un encuentro con la vida y con la verdad desde el sentimiento de pérdida que nos acompaña según van pasando los años. Cuando somos jóvenes nos creemos inmortales, no existe ese temor a la muerte, pero conforme avanzas la vida se va transformando sin esos seres que ya no están. Los artistas tenemos la obligación de hacer arte con esas sensaciones para que queden como un legado perdurable. Me siento muy afortunado de tomar la vida entre mis manos y moldearla a través de la música como si fuese arcilla".
Tiene alma de poeta
Como se ve, Romero es pura sensibilidad. Lo lleva en su ADN. Su padre ya tocaba y le transmitió su pasión, de manera que a los ocho años este chiquillo de Huelva apuntaba maneras. "Tuve como maestro a Miguel 'El Tomate’, padre del Niño Miguel y abuelo de Tomatito. Después de la gran lección que él me transmitió, conocí, hacia los 18 años, a Manolo Sanlúcar, con quien empecé a desarrollar mi propio discurso. No habrá ya un suspiro que no haya exhalado su guitarra, un sonido sin descubrir, un matiz sin explorar. Romero es un esteta y lo manifiesta cuando compone, toca o habla. La propia entrevista la llena de poesía para explicar que el flamenco, que es su esencia, es un lenguaje extraordinariamente rico y lleno de recursos.
Enrique Vargas, musicólogo, ha descrito al artista ha encontrado la descripción magistral de su último trabajo: "Está estilísticamente al margen de todas las influencias, prácticamente inevitables en las creaciones de la gran mayoría de los guitarristas flamencos. Hoy día, en un mundo plagado por la uniformidad y el conformismo, la originalidad es en sí una virtud insólita. Pero cuando esta originalidad está acompañada de una enorme belleza y sofisticación conceptual —además de elegancia y exquisita flamencura — el efecto es sublime".
Romero nos revela que en 'El que va conmigo y yo’ ha sacado esa otra parte de su alma que no se expresaba. "Es una parte de mí que no es puramente flamenca, sino que se compone de otros registros musicales que yo no dejaba salir. Por supuesto, estoy en deuda con el flamenco y he sido respetuoso con él dejando que su huella esté en cada uno de los temas, pero sobre todo he sido fiel a mí mismo". En el disco está lo que ha vivido, su yo más sincero. "El resultado es una mirada hacia dentro que me pone del revés para que me pueda contemplar".
Nos permtimos tomar las palabras con las que el escritor Luis Landero remarca su presentación : "Uno escucha a Juan Carlos Romero y de pronto todo adquiere un aire fresco de novedad, y parece como si volviésemos a aquellos momentos de nuestra infancia en que escuchamos unas alegrías o unos tiempos por primera vez, a aquellos instantes fundacionales, irrepetibles, de asombro y de inocencia, allí donde está la fuente secreta donde mana el hilito inagotable de nuestra emoción".