Nadie daba un duro por ellas. Eran dos mujeres, rockeras y que para colmo cantaban sus canciones en inglés. Muchas veces tuvieron que escuchar las integrantes del grupo madrileño Dover, el "Nunca haréis nada".
Con su segundo disco no solo callaron varias bocas, sino que también consiguieron allanar el camino a muchas mujeres en un sector principalmente masculinizado en nuestro país. Hacen ahora 25 años desde aquel 21 de abril de 1997 cuando salió a la luz 'Devil Came To Me' ('El demonio vino a mí', en castellano), deparándoles rápidamente comparaciones con Nirvana, el mismo grupo que cinco años antes había alentado su formación.
"Lo que hacíamos no sonaba exactamente a ellos, pero sí conectaba con el espíritu de libertad que trajo el grunge, con las guitarras muy altas y dando mucha importancia a las melodías, a las guitarras rítmicas más allá de aquellos solos de varios minutos", ha relatado a Efe Amparo Llanos, guitarrista y compositora de Dover.
Fue su hermana Cristina, vocalista y también coautora de los temas, la que en 1992, apasionada por la banda de Kurt Cobain, puso un anuncio para fundar su propio grupo. Aquella alineación inicial tuvo sus primera bajas solo un año después, pero como reemplazo llegaron Álvaro Gómez (bajo), Jesús Antúnez (batería) y Amparo Llanos y juntos alumbraron en 1995 su primer disco, 'Sister', aunque no pasó nada.
"Todo el mundo nos decía que cantando en inglés y con ese volumen no haríamos nada, pero era la música que nos gustaba. Sabíamos que iría por canales muy subterráneos, pero eso no nos desanimaba", rememora a Efe la guitarrista.
Fue ella quien financió con sus ahorros aquel primer LP que, a su parecer, era "muy buen disco, con la personalidad de Dover ya manifiesta", pero reconoce que, a nivel de composición, "'Devil Came To Me' fue un paso brutal hacia delante".
La primera canción que compusieron fue 'Pangea' y la última, 'Sicker'. En un mismo fin de semana de las Navidades de 1996 surgieron sus dos mayores bombazos, 'Serenade' y la canción titular, 'Devil Came To Me', al que Cristina puso letra y que propuso como nombre del disco. Antúnez, que era diseñador, fue el encargado de trazar la icónica portada del demonio con boina.
Habían tardado un año en reunir el material y en enero lo grabaron en los estudios Infinity de Luis Bolín, entonces miembro de La Unión, bajo la producción de Dani Alcover y por unos 6.000 euros, el doble de lo que había costado el anterior, una cifra irrisoria para los presupuestos de las "majors", pero no para una compañía "indie".
En aquel momento no podían dedicarse plenamente a la música y compaginaban esta pasión con otras ocupaciones. Las hermanas Llanos trabajaban en las tiendas de ropa de su madre (de donde surgió el nombre Dover). "Por esa razón había que verse siempre muy tarde", recuerda Carlos Galán, que los había fichado solo unos meses antes en su sello.
"Lo que me sorprendió de ellos fue su arrogancia en el buen sentido. Me llamó Jesús y me dijo: 'Lo que tenemos entre manos es muy bueno', y algo me hizo click como para pensar que era así", confiesa el cofundador de Subterfuge. Nada más entrar en Subterfuge notaron que "puertas que estaban cerradas hasta entonces" se abrían, como las de Radio 3, donde hasta entonces sonaban solo un poco gracias a Julio Ruiz.
Galán devuelve a su tejado el mérito de todo aquello: "Los 90 eran descuidados, pero ellos querían comerse el mundo. Ensayaban todos los días, aportaban en la comunicación... Nosotros solo se lo transmitimos al mundo".
"Era un disco incontestable: tenía actitud, dos chicas al frente, melodía pop pero con un trasfondo muy roquero y una 'frontman' como Cristina a la que no estábamos acostumbrados", explica.
Entonces, apunta, "era complicado entrar en los medios de comunicación de masas y en los puntos de venta, que estaban copados por las multinacionales", pero "cuatro gatos en una oficina" que era su piso lograron que aquel disco trascendiera. Al mes de lanzarlo, les llamaron de Cadena 100.
Quienes disfrutaron sus primeros directos conocieron un grupo que se desbordaba en el escenario, especialmente su vocalista y, si hubo "un punto de inflexión a todos los niveles" en su camino ascendente, fue su paso por Festimad un par de meses después de la salida del álbum. Suponían que siendo Madrid y, al estar ya con Subterfuge, irían "unas 500 personas" a verles. Acudieron 5.000. "Fue espectacular la comunión con el público y eso llegó a oídos de todos en un mundo premóvil", añade Galán.
En el 25 aniversario de 'Devil Came To Me', el disco independiente más vendido de la historia de España y uno de los de mayor éxito del rock nacional, han querido recordar que vendieron alrededor 900.000 copias, un dato sorprendente dada su trayectoria.
"Merece un reconocimiento aún mayor, pero este es un país con prejuicio a celebrar el éxito de los demás", afirma Galán, que ha recordado algunos de los adjetivos despectivos que les dedicaban: "Que si eran unos pijos, que si eran unos macarras...".
Para Llanos, "es parte del juego y hay que aceptarlo", aunque ha afirmado que las hermanas Llanos eran juzgadas fuera del escenario. "Lo achacábamos al hecho de ser mujeres", lamenta quien, pese a todo, recuerda aquellos días como "un sueño increíble y loco".
Dover publicaron seis discos más hasta 'Complications' (2015), con el que la banda dijo adiós tras la decisión de Cristina de retirarse definitivamente de la música. "Va a ser muy complicado volver a escuchar 'Devil Came To Me' en vivo, aunque el futuro sigue siendo para mí una nebulosa. Nunca se sabe", ha declarado Amparo.