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José Ramón Julio Márquez Martínez, Ramoncín, nunca ha sido de los que se muerde la lengua. No lo hacía con 25 años, edad en la que se tiene que estar en una "bronca permanente", según él mismo. O cuando cantaba en favor de la libertad de decisión sexual en su ya mítica 'Marica de Terciopelo', en un año tan convulso como 1977. Tampoco se calla ahora, a sus 64 años, después de una vida artística plena en la que se ha mostrado como uno de los cantautores más explícitos de nuestro país. El músico, que estrenó hace un tiempo su documental 'Una vida en el filo', ha demostrado en una entrevista reciente que continúa siendo el de siempre.
En declaraciones al programa 'Mano a Mano' de Radio Nacional de España, Ramoncín ha hablado sobre su vida, sus amigos, sus encuentros más anecdóticos y la necesidad de reacción y protesta en la sociedad actual. Directo, sin concesiones y con la seguridad que da hablar desde la experiencia, Ramoncín ha declarado que le produce "la misma emoción saberme amigo de Felipe González cuando ha estado bien, regular y mal como del bodeguero de la bodega de mi barrio".
"Estaba dando la lata desde noviembre con el tocadiscos. Teníamos que reunirnos todos alrededor del tocadiscos que alguno tuviera. Eso implicó que todo el mundo venía a casa. Te enterabas del nuevo EP de los Beatles y había que hacer cola en unos grandes almacenes que había en Embajadores (Madrid). Se convierte en una manera de entender que dura para siempre, la sensación de 'quiero comprarme el nuevo disco que me gusta y quiero llegar a casa para ponerlo".
"Yo me quedé en el barrio y esa casa (la de sus padres) ha sido una casa familiar. Soy una especie de pegamento. Amigos que hace mucho que no se veían, he hecho que se juntaran. Soy un poco el que la lía. He sido el que llamaba. Allí nos seguimos juntando".
"Yo no me puedo perder haber sido amigo de (Francisco) Umbral, de (Camilo José) Cela, de Torrente Ballester. No me puedo perder ser amigo del que se dedica al cine. Eso te enriquece, tratas con otra gente. Me produce la misma emoción saberme amigo de Felipe González cuando ha estado bien, regular y mal, como del tabernero o bodeguero de la bodega de mi barrio".
Cuando Franco acababa de morir y todavía no había consitución, Ramoncín acudió al programa 2x2 de Mercedes Milá. Ante 18 millones de televidentes, antes de cantar, dijo una frase que hoy ya es historia. "Digo: 'le dedico este tema a los que aún tenéis en la cárcel'. (...) Yo creía que iban a cortar la emisión. No sabía si me iban a dejar cantar".
"Dos años después me habían puesto en una lista para fusilarme los del 23-F. La lista que habían confeccionado... No nos escapábamos nadie. Víctor Manuel, (Joan Manuel Serrat), Ana Belén, Núria Espert, (Eduardo) Haro Tecglen... Cómo no vas a tener un compromiso y una conciencia. No puedo comprender que un chaval de 25 años no esté en una bronca permanente".
"Dalí había pintado la oreja de la que fue la mamá de mi segunda hija. No teníamos relación en aquel momento, pero conocía a esa familia. Con otros dos compañeros nos propusimos ir a visitar a Dalí. En esa época, llegabas a Portlligat (Girona) vestido de militar y entrabas. (...) Y sí, nos recibió. Cuando no había cámaras delante, era un tío perfectamente normal, razonable, con el que se podía hablar de escritura, de pintura... Era extraordinario. (...) No entramos del todo. Nos dejó en la parte de fuera, en una especie de dianas que en realidad eran lienzos a los que le lanzaba pintura".