Hace tan solo unos meses, en febrero de este año, la familia del cantante Tony Bennett anunciaba que el artista padece alzhéimer, una enfermedad que le fue diagnosticada en 2016, aunque dos años antes, cuando preparaba un disco junto a Lady Gaga, comenzaron a notar los primeros síntomas de la enfermedad. A sus 95 años, su esposa Susan Benedetto reconoce que ya no es el mismo, pero "cuando canta sigue siendo el viejo Tony". La música sigue siendo su vida y su aliada ante la enfermedad y, precisamente también con Lady Gaga, ha grabado su último álbum de versiones, 'Love for Sale'.
No es la primera vez que ambos artistas colaboran, como ya comentábamos, colaboraron en 2014 con el álbum 'Cheek to Cheek', siendo una de las grandes colaboraciones intergeneracionales y un gran éxito en ventas y escuchas, una acogida que se espera repetir con el que parece que será la última colaboración y trabajo del cantante donde ambos muestran una gran complicidad en los videos grabados para los temas. Ya en agosto, su hijo Danny comentó que las actuaciones de ese mes serían las últimas por recomendación médica, su despedida de los escenarios.
Realmente el adiós no es por motivos musicales, más bien físicos. Su hijo comentaba que los viajes son largos y hacen mella en él. "Se cansa. No queremos que se caiga en el escenario. No nos preocupa que pueda cantar. Estamos preocupados desde el punto de vista físico, Tony tiene 95 años", decía hace unos meses.
No obstante, en los últimos meses incluso estaban preocupados por si los conciertos de agosto no pudiesen celebrarse por su estado de salud. "Cuando llegó el momento de ensayar ocurrió algo increíble. El acompañante de Tony, Lee Musiker, empezó a tocar y, de repente, estaba de vuelta. Todas sus viejas canciones seguían ahí de alguna manera", contaba su esposa a 60 Minutes.
De esta manera, los dos conciertos en el Radio City Music Hall junto a Lady Gaga del verano fueron los últimos del artista, un regalo para todos sus seguidores y una despedida a la altura del cantante que no pudo hacerse antes debido a la pandemia. Su doctora, según contó Benedetto, les comentó en su día que si él quería cantar, que lo hiciera, "para él no hay nada más estimulante que actuar".
Por suerte, y como Susan Benedetto relataba en una entrevista, el artista aún la reconoce a ella y también a sus hijos, aunque él no es consciente de que padece la enfermedad. Precisamente Susan es su principal compañía y cuidadora, la que está con él cada día y vigila su dieta y su rutina de ejercicios, además de una de las que más le ha animado a continuar con la música viendo el bien que le hace y tras observar cómo abandonaba la pintura, otra de sus grandes aficiones que "no le ha enganchado como lo ha hecho el canto. Cantar lo es todo para él. Le ha salvado la vida muchas veces".
Por ello, cuando se anunció oficialmente su enfermedad, desde su familia confirmaban que Tony Benett sigue ensayando dos veces por semana. Así, pese a retirarse de los escenarios y haber regalado este último álbum con Lady Gaga, su legado y música siguen igual de vivos, tanto como la música para él durante su enfermedad.