Decidió alejarse del mundo de la música y dejar una de las bandas más importantes de nuestro país. Iñaki Uoho Antón dejó en 2019 Extremoduro tras pensarlo largo, y mucho. Ahora, a sus 57 años, concede una entrevista a El País en la que habla sobre esta decisión, cómo ha cambiado su vida desde entonces y sus nuevos proyectos.
Durante la charla, el músico afirmaba que terminó su etapa con Extremoduro derrotado y "muy harto". "Pensé que no me iba a apetecer nunca más hacer música. La vida son otras cosas. A nivel musical me sentía realizado y orgulloso con lo que había hecho. En ese momento la música me parecía contaminosa. Quería despegarme de ella y disfrutar de otros aspectos de la vida, de la familia, de la fotografía, de dar paseos con los perros… Cosas más prosaicas".
Ahora, el rockero pone en marcha un nuevo proyecto: Uoho. Por primera vez en toda su carrera cantará su música en cuatro discos llamados Interpretaciones. El primero verá la luz el 26 de abril y se pondrá de gira durante este año.
"Me ha costado dar el paso de cantar. Al principio me ponía en una esquina del local, como con miedo. Hasta que al mes, estos [los otros tres músicos de Extremoduro que se han sumado al proyecto: José Ignacio Cantera a la batería, Miguel Colino al bajo y Aiert Erkoreka al órgano] me dijeron: ‘Igual deberías empezar a colocarte en el centro del local", recuerda.
Iñaki Uoho Antón habla sobre ser fiel a los principios y no traicionar ni a tus amigos ni a ti mismo: "Esa es la idea: ni tienes que hacer nada que no quieras ni debes traicionarte nunca. Aunque sea bueno económicamente. No lo debes hacer. Da igual: afortunadamente en la nevera siempre tendremos huevos para comer algo. Y si hay cosas que te llevan a un camino en el que no te sientes bien contigo, creo que no debes hacerlo. Aunque sea duro", explica.
Aunque la banda iba a despedirse con una gira por todo lo alto, la pandemia no lo hizo posible. Este retraso hizo que Iniesta, que luego adquirió el nombre artístico de Robe se echase atrás para comenzar su proyecto en solitario, una decisión que le separó para siempre. "Robe y yo hemos sido amigos durante 30 años y hemos sido familia. Mi familia era la suya y la suya la mía. Pero en la vida se pierden cosas. Él me ve diferente a mí, eso me dijo un día. Bueno, pues tengo un familiar menos", contaba.
También ha relatado cómo creaban música prácticamente "ciegos", y es que "eran discos psicotrópicos", como él los define. "Lo que importa es que hicimos cosas muy chulas. Y que ya se ha terminado. Lo demás es paja".
El guitarrista también ha hablado sobre sus problemas psicológicos en una de las giras. "Empecé a ir al psicólogo en 2008, después del primer concierto. Me dio un telelé de puta madre por el estrés y la tensión. Y luego he ido recurrentemente, cuando veo que lo necesito. Durante la pandemia he estado haciendo terapia por teléfono porque veía que necesitaba estar centrado. Tenía las cosas claras, pero quería verme apoyado. Está muy bien la terapia, pero es un vicio caro", relataba.
"En 2008 empezaba a oler a chamusquina y ya diez años más tarde estaba quemado. Creo que nos hicimos demasiado importantes. Hubiera estado más cómodo dos escalones más abajo. Y quizá a todos nos hubiera venido mejor, aunque solo puedo hablar por mí. No me gusta pormenorizar porque acabas implicando a otra gente. En una gira, en la grabación de un disco… hay implicada mucha gente aparte de los músicos, y cada uno se toma el éxito de una manera, lo asume de una manera, lo interpreta de una manera, lo intenta dirigir de una manera. Podemos ser muy diferentes los unos de los otros…", afirmaba.
¿Cómo era el Uoho de adolescente? "Me gustaba llamar la atención. En esa época de la postadolescencia era muy antialgo. No sé por qué, pero me gustaba trasgredir, tocar los cojones. Siempre era el delegado de clase. Si no estaba de acuerdo con lo que decía un profesor le contestaba; no lo hacía malamente, pero decía: ‘Pues eso no”. Sus padres eran de procedencia humilde, ella ama de casa y él metalúrgico. Sus dos hermanos, que le sacan 15 y 18 años, se independizaron pronto y él siempre se recuerda solo en casa, una vivienda de unos 70 metros cuadrados en la calle Autonomía, en “el borde del centro de Bilbao", relata.
También ha contado que comenzó a tocar la guitarra al probar un día en su casa, poniendo música de fondo y jugando a sacar algunos de los sonidos. "Como sabía música colocaba los dedos y salían cosas. Me aprendí Made in Japan, de Deep Purple; Let There Be Rock, de AC/DC, cosas de Status Quo…", contaba al periódico.