¿Por qué el día de la madre no está fijado en un día concreto y el día del padre sí?

  • A diferencia del Día del Padre, el Día de la Madre no tiene lugar en un día concreto, sino que se celebra el primer domingo del mes de mayo

  • Los orígenes de esta celebración se remontan al Antiguo Egipto y a la diosa Iris

  • Con el paso de los siglos, esta celebración ha pasado por distintos filtros hasta llegar a convertirse en lo que conocemos hoy

El Día de la Madre en España se celebra el primer domingo del mes de mayo. A diferencia del Día del Padre, que en nuestro país está fijado en el día 19 de marzo o San José, esta festividad en honor a la madre no tiene un día fijo, sino que varía cada año en función de la disposición del calendario. Siguiendo esta norma, este año el Día de la Madre se celebrará el propio día 1 de mayo, pero ¿a qué se debe esta diferencia?

Los lejanos orígenes del Día de la Madre

Para conocer los orígenes del Día de la Madre debemos remontarnos a un pasado remotísimo y lleno de mitología. Todo comenzó en el Antiguo Egipto, hace unos 2.100 a.C., época en la que se comenzó a adorar a como “gran diosa madre” a Iris, una deidad relacionada con la fertilidad, el nacimiento y la maternidad.

Esta tradición también la adoptaron los griegos de la Antigua Grecia, que empezaron a adorar a la diosa Rea, la deidad que, en la mitología griega, representa a la madre de todos los dioses. Posteriormente, durante la era del Imperio Romano, este culto a la maternidad pasó a estar personificado en la diosa Cibeles, la madre universal que aparece representada con sus fieles leones.

En el culto del imperio romano, se rendía homenaje a la diosa madre llevando ofrendas florales a su templo durante tres días, aunque había una jornada que sobresalía sobre el resto: la del 15 de marzo, a la que bautizaron como Hilaria.

¿Por qué el Día de la Madre se celebra el primer domingo de mayo?

Con el paso de los siglos, como es natural, esta antigua tradición con la que se honraban a los dioses clásicos de la viejas mitologías pasó por el filtro del catolicismo y comenzó a relacionarse con la Virgen María.

En 1854, el papá Pío IX decidió fijar el 8 de diciembre como el día de homenaje a la Virgen María, una decisión con la que estableció tanto el Día de la Madre como el Día de la Inmaculada Concepción, festividad que hoy en día todavía se celebra en esta fecha.

El 8 de diciembre se mantuvo durante más de un siglo como el día de rendir homenaje a las madres, al menos en Europa. En Estados Unidos, donde la tradición católica no es tan fuerte como en el Viejo Continente, la celebración del Día de la Madre no empezaría a coger fuerza hasta el final de la Guerra Civil, cuando comenzó a moverse la idea de asignar un día para conmemorar a todas las madres.

Este cambio de paradigma estuvo motivado, principalmente, por dos activistas: Julia Ward Howe, que propulsó la idea de instaurar un Día de la Madre, y Anne Reeves, que, inspirada por Howe, realizó varios encuentros en los que se debatían los derechos de la mujer entre las madres de los dos bandos enfrentados, a fin de que pudieran tender puentes entre ellas.

Anne Reeves falleció el 12 de mayo de 1905. Para conmemorar su muerte, su hija, Anne Harvis, empezó a rendirle homenaje cada segundo domingo de mayo y hasta creó una fundación en su nombre. Años después, en 1914, el presidente Wilson Woodrow decidió reconocer y establecer un Día de la Madre en Estados Unidos, que se celebraría cada segundo domingo del mes de mayo.

El concepto del Día de la Madre impulsado por Anne Harvis fue deteriorándose con el paso de los años, adquiriendo un carácter cada vez más comercial. Harvis intentó combatir este cambio, pero nunca lo logró, y al final acabó imponiéndose como una fiesta comercial.

Irónicamente, el cariz comercial que tomó el Día de la Madre estadounidense fue lo que hizo que en España el día de la Madre comenzase a celebrarse cada primer domingo de mayo. Este cambio estuvo fomentado por las famosas Galerías Preciados, que quisieron establecer una fiesta semejante a la americana en el mes de mayo, un mes que, defendieron, estaba asociado a la Virgen María. Finalmente, en 1965, la Iglesia aceptó el cambio y desde entonces el Día de la Madre se celebra en la fecha que conocemos: el primer domingo de mayo.