Como todo el mundo sabe, un momento probablemente definitorio en la carrera de Tom Selleck fue cuando rechazó el papel de Indiana Jones para embarcarse en una serie de televisión sobre un detective adicto a las camisas floreadas. Algunos dirán que ni tan mal, dada la enorme popularidad que obtuvo con su papel de Thomas Magnum en la pantalla chica. Sin embargo, el ser un héroe de acción siempre tiene un precio (qué se lo pregunten a Stallone) y a sus casi 80 años, el bigote más sexy de la televisión ochentera vive en un cuerpo machacado por las lesiones.
"Sí, aparte de ser un tipo viejo, si haces películas de acción toda tu vida, tienes muchos dolores -ha dicho recientemente en una entrevista en 'The Telegraph' cuando le preguntaban qué de salud cómo iba- ¿Ves esta rodilla? Es nueva. Esta cadera... bueno, es un milagro que pueda hacer algo con ella".
Quienes recuerden al buen Tom sobre todo por su papel en comedias como 'Tres solteros y un biberón' o incluso como el ya maduro oftalmólogo Richard Burke, el pretendiente 21 años mayor de Mónica en 'Friends', seguramente se estarán preguntando ¿qué películas de acción? Pues no solo de Indiana Jones viven el hombre y su bigote y Selleck protagonizó cintas como 'Runaway' (1984) -cinta dirigida por Michael Crichton en la que hace de un policía del futuro que lucha contra robots asesinos-, 'An Innocent Man' (1989) -de Peter Yates, en la que hace de un hombre ordinario que es arrojado injustamente al infierno de la cárcel donde tiene que lidiar con brutalidades varias-, o 'Quigley Down Under' (1990) -un western australiano en el que en lugar de aborígenes americanos se las ve con, bueno, aborígenes australianos, que obviamente terminan siendo unos 'buenos salvajes' que se solidarizan con el blanco bueno-. ¿Os parece poco?
Así pues, sus años como detective privado en 'Magnum' y sus acrobacias fílmicas -que harían sonreír a Tom Cruise con condescendencia, todo hay que decirlo- sumadas al paso natural del tiempo (79 años se dicen pronto) han dejado a nuestro héroe algo magullado. "Cuando haces acrobacias en las películas, e hice muchas, te lo juegas todo". Si embargo, más que las propias 'acrobacias' es el paso de estas a las largas esperas entre escenas las que según Selleck terminaron de machacar su cuerpo serrano. "El caso es que también pasas mucho tiempo sentado... Al final las escenas pueden no ser tan duras, pero creo que es el ir y venir de todo eso lo que te destruye".