De referente de la parodia política a guardados en un almacén cubiertos de talco: 25 años de Los Guiñoles
Más de 150 muñecos de látex y un sólido equipo de guionistas, actores y manipuladores formaban la maquinaria de producción de un espacio que llegó a ser tan popular como cuestionado por algunos gobiernos.
Raúl Pérez, imitador de las voces de Zapatero, Rato o Florentino Pérez: “Hoy es un espacio necesario que no tendría que emitirse necesariamente en televisión”.
Ana García-Siñeriz, periodista y presentadora de ‘Lo + Plus’: “Sería complicado de producir en este momento en una televisión generalista. Y, además, no lo necesitamos. Los políticos ya son sus propios guiñoles”.
Fueron los pioneros. Los primeros que se atrevieron a hacer un contra-informativo diario con la munición que daba la actualidad del día. La televisión encargada de emitir una esa fórmula ganadora: Canal+ España. Importó el modelo precedido por el éxito cosechado en la matriz francesa. 'Les Guignols de L’Info' llegaron a España custodiados por un férreo contrato que exigía mantener la fabricación de los muñecos en Francia. En el país vecino, hubo programa hasta 2018, cuando desapareció ante una audiencia indiferente por un espacio que ya había perdido su esencia más corrosiva. En España, la historia fue algo distinta.
Cuando Los Guiñoles eran portada
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'Las Noticias del Guiñol' llegaron a Canal+ España en 1995 dentro del magacín 'Lo + Plus' que entonces se emitía en abierto, a las 20:00h, con Máximo Pradera, Fernando Schwartz y Ana García-Siñeriz como presentadores. La periodista recuerda así esa época: "La época de 'Lo + Plus' y Los Guiñoles fue una época maravillosa en la que se empezó a hacer otro tipo de televisión, distinto a lo que se había hecho desde aquel momento por muchas razones: nacieron las televisiones privadas y empezamos a importar otros formatos, como Los Guiñoles de Canal+ Francia, donde eran un exitazo con un sentido del humor salvaje, más del que el pudiéramos tener aquí. Me acuerdo cuando estaba a punto de morir Mitterrand que hacían unas sketches que rozaban el mal gusto. Los guiñoles franceses eran irreverentes con un espíritu corrosivo que aquí no se hubiera entendido”.
Aun siendo más amables que sus homólogos franceses, Los Guiñoles españoles incomodaron desde el principio a la clase política, especialmente en los años del Gobierno de José María Aznar. Los lectores más veteranos recordarán aquella portada del diario ABC con los guiñoles de Ana Botella y José María Aznar a toda plana, mientras el texto aludía a la necesidad, impuesta por algunos dirigentes populares, de crear un Guiñol alternativo que criticara a la izquierda. La réplica no tardó en aparecer: en El País, el guiñol de Hilario Pino mostraba la portada de ABC.
Mientras tanto, en otra bancada del Congreso de los Diputados, Gaspar Llamazares, en aquel momento líder de Izquierda Unida, reclamaba su guiñol como representante de la tercera fuerza del Parlamento. Pero convertirse en guiñol no era fácil. Serlo requería tener una posición relevante en la sociedad y poseer un carisma que calara entre el público. Una vez alcanzado el 'privilegio', se producían transferencias curiosas. "A veces los personajes de carne y hueso se convertían en guiñoles: frases, gestos o tics que a lo mejor las personas reales no tenían, los guionistas se los adjudicaban al guiñol, y finalmente los espectadores asumían que ese personaje era así", señala Ana García-Siñeriz. Como ejemplo, el famoso 'debate-bate' del sosias de Hilario Pino.
'Las noticias del guiñol' vivieron su última etapa dentro del late night de Cuatro 'Noche Hache'
Parodiando la realidad, el espacio disfrutaría de una andadura televisiva, como mínimo, inestable. Tras la desaparición de Canal + de la TDT y la fundación del canal generalista Cuatro, en la actualidad propiedad de Mediaset España, 'Las Noticias del Guiñol' no acabaron de encontrar su hueco estable en la programación y terminaron probando suerte dentro de 'Noche Hache'. En el late night de Eva Hache celebraron las 3.000 ediciones con el guiñol de Iker Jiménez como maestro de ceremonias. Poco después, en 2008, el espacio se canceló.
Látex y polvos de talco
12 años después de su última emisión, ¿dónde están los muñecos? En los almacenes de la antigua sede de Canal+ en Tres Cantos, que ahora acoge las instalaciones de Movistar+ (propiedad de Telefónica), reposan, por un lado, los cuerpos, y, por otro, las cabezas, espolvoreadas de polvos de talco para mantener el látex, un material que no resiste bien el paso del tiempo.
No todos de los más de 150 guiñoles que llegaron a fabricarse duermen en los estudios de Movistar. Las réplicas de algunos políticos españoles, como Mariano Rajoy o Esperanza Aguirre, se enviaron a Francia, donde encarnan a personajes anónimos. Había que amortizar el alto coste de fabricación de cada muñeco.
La producción del programa tampoco quedaba a la zaga: para diez minutos de espacio diario trabajaban una treintena de empleados entre guionistas, productores, realizadores, manipuladores y actores de voces en jornadas maratonianas que solían empezar muy pronto, cuando los guionistas desmenuzaban la actualidad del día. "Era un programa complejo", explica Raúl Pérez, actor, imitador y el responsable de las voces de los guiñoles de Ángel Acebes, Ronaldo, José Luis Rodríguez Zapatero, Rodrigo Rato, Fernando Alonso o Florentino Pérez, entre otros.
"Al ser un programa pegado a la actualidad todo era muy rápido. A las nueve o diez de la mañana empezaba a escribirse el guion. A las tres empezaban a hacerse pruebas con los manipuladores: uno para la cabeza y manos, y otro para el resto del cuerpo. A partir de esa hora, hacíamos los primeros ensayos con voces y manipuladores, y se grababan algunos gags hasta llegar al programa propiamente dicho. Comenzaba sobre las 9.00h en directo con los gags grabados integrados. Normalmente cada sketch salía en dos o tres tomas", recuerda este actor.
Cuando Zapatero se encontró con Zapatero
El humor irreverente fue, sin duda, uno de los grandes atractivos del espacio. Y en esa baza era determinante la calidad de las imitaciones. Raúl Pérez estuvo seis años poniendo voces en un trabajo que califica de "lo contrario al doblaje. Aquí eran los manipuladores los que tenían que acoplarse a lo que estaban oyendo". En aquellos años, vivió todo el fenómeno del éxito del programa y protagonizó grandes momentos, como aquel en el que el guiñol de Rodríguez Zapatero recibió al presidente del gobierno: el propio Zapatero.
'Las noticias del Guiñol' supusieron un auténtico reto para el actor, quien, además de los personajes fijos, debía incorporar voces nuevas de un día para otro. Detrás de cada voz, hay horas de trabajo, de observación y también de suerte. "Depende de cada caso, hay voces que no sabes por qué te salen rápido. Por ejemplo las de Zapatero, Florentino y Acebes salieron en apenas cuatro días. Otras, como la de Iñaki Gabilondo, me ha llevado años".
2020: “Los políticos ya son sus propios guiñoles”
El género de la contra-información aliñada por el humor sigue existiendo en la televisión y los espectadores lo consumen fielmente. El terreno parece propicio a una reedición del espacio. ¿Qué piensan algunos de sus principales protagonistas sobre un hipotético regreso? "Los Guiñoles fueron un referente de la sátira política y social. Marcaron un hito en Canal+. El humor es necesario para aliviar la realidad que estamos viviendo. La gente necesita reconocerse más allá del día a día", afirma Raúl Pérez.
Ana García-Siñeriz no lo tiene tan claro. "Era un formato rompedor que costaba mucho dinero. Ahora mismo con los ajustes que hay en las televisiones y en todos los medios de comunicación, sería un programa complejo de producir: actores, guionistas, atrezzo… Es difícil de recrear hoy", explica.
Los políticos dan titulares, cada vez más llamativos, para que tengan recorrido en las redes sociales (Ana García-Siñeriz)
Para la periodista, además de los costes, influyen otros aspectos, como el momento social y la irrupción de las redes sociales. "No tendría cabida en la televisión generalista, primero porque el ambiente político está mucho más enrarecido y polarizado. Los políticos ya son sus propios guiñoles, no hacen ni falta. En las peleas que vemos en redes sociales o en la televisión, parece que los políticos están dando titulares cada vez más escandalosos y llamativos para que tengan su recorrido en las redes", señala. En cuanto al nivel de crítica, "entonces era duro, pero hoy se quedaría corto comparada con las lindezas que se dicen los políticos de unos y otros bandos. La situación ha cambiado mucho y no siempre a mejor", asegura.
Raúl Pérez amplía el espectro y va más allá: "no sé en qué formato podrían emitirse ahora ni en qué periodicidad porque es un programa complejo. Tampoco sé si necesariamente tendría que emitirlo una cadena de televisión. Pero indudablemente hoy es un contenido necesario. Desde aquí hago un llamamiento", concluye, haciendo gala de su famoso sentido del humor.