La pandemia del coronavirus ha propulsado el comercio electrónico. A pesar de que antes de la emergencia sanitaria de la Covid-19 ya había multitud de personas que compraban por internet, el estallido de la crisis ha atraído a nuevos consumidores a la compraventa online y ha terminado de consolidar al sector dentro del mercado económico.
En 2020, según los datos de la I Radiografía de Consumo y Coronavirus elaborada por Webloyalty, el sector del comercio electrónico en España aumentó su volumen de ventas en un 24%, situándose el gasto medio mensual de los españoles en el comercio electrónico en 54 euros. Estas cifras siguieron aumentando a lo largo de 2021. Durante este segundo año de pandemia, desde Webloyalty señalan que el sector experimentó un crecimiento del 35% y que el gasto medio mensual de los españoles se situó en unos 61 euros.
Este incremento se vio especialmente reflejado en los sectores de la electrónica, la moda, los viajes, el ocio, la salud y belleza y el hogar, que fueron los que más aumentaron sus ventas durante el pasado ejercicio. Y aunque en este 2022 post pandémico se haya percibido un retroceso en la evolución del sector tanto a nivel nacional como a nivel internacional, no cabe duda de que el comercio electrónico es ya una solución a la que recurren miles de personas en su día a día para realizar sus compras.
El auge del comercio electrónico ha tenido efectos en los servicios de paquetería, que han visto cómo su número de repartos se ha incrementado.
Esta situación ha traído, como consecuencia, una mayor ocupación del espacio público y ha llevado al grupo de expertos para la reforma fiscal a presentar una propuesta para gravar estos envíos a domicilio.
En concreto, este comité ha recomendado a la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, a imponer “una tasa local por la ocupación del dominio público que se produce como consecuencia de la entrega a domicilio de paquetería.”
Bautizada como ‘tasa Amazon’, este impuesto aparece recogido en el Libro Blanco creado por el comité de expertos para definir los pasos del Ministerio en el terreno impositivo y, pese a su nombre, no recaería solo sobre los comercios de internet, sino que se aplicaría también sobre el comercio tradicional “cuando se realice el presupuesto de hecho del gravamen, para evitar tratamientos discriminatorios”. Es decir: no solo afectaría a compañías como Amazon o Aliexpress, sino también a empresas como Carrefour, Zara, Ikea o El Corte Inglés.
Desde el comité de expertos, apuntan al impacto medioambiental y a los problemas que generan en el tráfico como los principales motivos para comenzar a aplicar esta tasa. Y es que, según su argumento, los envíos a domicilio generan atascos, dificultan el tráfico y generan muchas emisiones contaminantes. Las empresas, por su parte, critican que la medida tenga una clara intención recaudatoria.
Por el momento, la tasa Amazon no se ha terminado de definir, y se desconoce cuándo empezará a aplicarse, aunque hay voces que dicen que las empresas repercutirán la medida en el usuario y subirán los precios de sus productos. Los expertos, no obstante, señalan que su potencial recaudatorio parece limitado, al menos a primera vista.