Un paraíso fiscal es un lugar donde la presión fiscal e impositiva es prácticamente nula. El común de los mortales cotizamos a Hacienda todos los años sin excepción con sumo cuidado de no olvidar ninguna ganancia, aunque sea minúscula, porque tenemos grabado a fuego eso de “Hacienda somos todos”.
Mientras, miles de sociedades, particulares y entidades echan mano de una sofisticada ingeniería financiera para no responder por sus ingresos y tratan de encontrar cuáles son los mejores paraísos fiscales en el mundo con el objetivo de pagar lo mínimo por sus beneficios.
En Uppers hemos accedido a un gráfico elaborado en 2020 por la ONG Tax Justice Network que muestra qué países son paraísos fiscales a partir del Índice de Secreto Financiero (Financial Secrecy Index, en inglés) que han elaborado.
Este índice es una "clasificación mundial de los países más cómplices en ayudar a las personas a ocultar sus finanzas del estado de derecho". Trata de calificar el sistema legal y financiero de cada país con una puntuación de secreto de 100, donde un cero de 100 es transparencia total y un 100 de 100 es secreto total.
La finalidad es localizar “los flujos financieros ilícitos o la fuga de capitales”. No pretende enumerar las pequeñas jurisdicciones políticas y económicas donde las grandes corporaciones derivan sus activos, sino evaluar la transparencia de cada lugar, de mayor a menor opacidad en cuanto a la información, mejor dicho, escasez de información, que ofrece sobre sus movimientos fiscales y financieros.
Tax Justice Network es una organización británica que defiende que los “gobiernos han programado unos sistemas para dar prioridad a los más ricos sobre todos los demás, conectando el secreto financiero y los paraísos fiscales en el núcleo de nuestra economía global”. Tal como defiende la ONG, “esto alimenta la desigualdad, fomenta la corrupción y socava la democracia”.
Los que solo contamos con nuestra nómina mensual y soñamos con que nos toque La Primitiva creíamos en dos tipos de paraísos fiscales: en Suiza con sus bancos o en las típicas islas remotas de arena blanca y palmeras con calles repletas de sucursales bancarias donde cientos de tíos “Gilito” acuden cada año a depositar su dinero. Pero no es tan simple, ni mucho menos.
Multitud de países, incluidas las grandes potencias mundiales y los miembros de la OCDE y sus satélites, son los principales lugares que favorecen estos flujos ilícitos; gracias a esa ingeniería financiera posibilitan operar en un sitio, pero declarar beneficios en otro, moviendo su contabilidad de tal modo que paguen lo mínimo posible por sus ganancias.
Estados Unidos, por ejemplo, ocupa la segunda posición del ranking Índice de Secreto Financiero de Tax Justice Network por la asombrosa cantidad de operaciones que registra y por la dispar legislación dentro de sus estados. Europa no se queda corta con Suiza en el puesto número tres, Luxemburgo en el seis, Holanda en el ocho y Alemania en el puesto catorce.
El Reino Unido merece una mención aparte, porque además de posicionarse en el número doce del índice, muchos de sus Territorios de Ultramar y Dependencias de la Corona británica destacan como paraísos fiscales. Las Islas Caimán son las primeras de la lista en cuanto a una total falta de transparencia, las islas Vírgenes Británicas están en el noveno puesto y otros lugares como Guernsey, Jersey o Bahamas son igualmente opacas.
Destacan a su vez los miniestados como Hong Kong, en el cuarto puesto, o Singapur, en el quinto, a la vez que Japón (7º), Emiratos Árabes Unidos (10º), Taiwán (13º), Panamá (15º), Tailandia (17º) o Malta (18º).
Estos son los veinte primeros territorios del Índice de Secreto Financiero elaborado por Tax Justice Network de un total de 133:
El informe avanza que este secretismo financiero, según los datos de Tax Justice, permite que entre 21 y 32 billones de dólares escapen a los impuestos o coticen lo mínimo. Además, las jurisdicciones secretas de los paraísos fiscales atraen flujos financieros ilícitos, ilegítimos o abusivos.
La pandemia ha generado que todos los estados tengan que hacer frente a unos gastos ingentes que no estaban presupuestados y ente las fórmulas para financiarlos surgen propuestas de los grandes países, como Francia o Estados Unidos, que buscan un "impuesto mínimo de sociedades global" que rondaría el 15%. El objetivo sería frenar la salida de capitales a esas jurisdicciones opacas con una fiscalidad muy ventajosa. Aunque esto solo cubriría una pequeña parte del problema porque al paraíso fiscal le rondan esas grandes empresas y también miles de negocios ilícitos.
En cuanto a España, la Agencia Tributaria declara que los países y territorios que firmen con nuestro país “un acuerdo de intercambio de información en materia tributaria o un convenio para evitar la doble imposición con cláusula de intercambio de información dejarán de tener la consideración de paraísos fiscales en el momento en que dichos convenios o acuerdos entren en vigor”.
De este modo, las Administraciones españolas consideran como paraísos fiscales más de una treintena de territorios.