La Lotería de Navidad ya está a la vuelta de la esquina. Quien más, quien menos ha comprado o va a comprar en los próximos días un décimo en busca del ansiado Gordo, pero los afortunados serán unos pocos escogidos. Y si es ya es complicado ganar la lotería una vez, dos es algo excepcional. Imagínense catorce veces. Eso es lo que consiguió Stefan Mandel, un matemático rumano que desarrolló y perfeccionó un método infalible para hacerse millonario.
Mandel ideó en los años 60 una fórmula matemática que le permitiría predecir cinco de los seis números que ganarían la lotería. ¿Cómo lo hizo? Compró boletos en sorteos cuyo premio máximo fuera el triple de las posibilidades de ganar. Es decir, si en una lotería en la que se gana con seis números acertados del 1 al 40 (como el Euromillones) hay tres millones de probabilidades de acertar, el premio a repartir debería ser de unos 9 millones de euros. Así conseguiría hacerse con un número alto de boletos y obtener grandes beneficios. Para adquirir tantos boletos contó con ayuda de algunos amigos, que ejercieron como mecenas de su experimento.
Una vez ganó la primera vez, obteniendo un premio que multiplicaba por 18 sus ingresos anuales, marchó de Rumanía y puso rumbo a Israel y posteriormente a Australia, donde le dio una vuelta de tuerca más a su método. En este caso, su estrategia se basaba en comprar el mayor número de combinaciones posibles en diferentes casas de apuestas. En el caso de jugar por un bote de 10 millones de euros, a un euro la apuesta, el hecho de jugar a cada unas de las posibles combinaciones le reportaría unos beneficios de 6.161.620 euros.
Así logró hacerse con el premio 12 veces, y emigrar a Estados Unidos, donde ganó por última vez comprando todas las combinaciones posibles de un sorteo de un euro por apuesta. Su controvertido método terminó llevándole al juicio. EEUU le condenó a una multa de 30.000 dólares y 10 meses de prisión. Además, cambió las normas de varios de sus sorteos. A Mandel se le considera responsable de que hoy muchos de los sistemas de loterías cuenten con mecanismos de protección para garantizar que la compra de papeletas no exceda el valor del premio que hay en juego.
El matemático pagó, salió de prisión y desde 2005 se le perdió la pista. Algunos aseguran que vive en una paradisiaca isla de Vanuatu gracias al patrimonio millonario que amasó.