El truco al usar la calefacción del coche que nos ayudará a ahorrar en combustible
Lo más conveniente es que enciendas el motor y dejes que el coche se caliente un poco por la combustión
Cuando el motor del coche esté caliente y ya hayas encendido la calefacción, trata de mantener el termostato a una temperatura constante
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Con el frío, encender la calefacción del coche es un salvavidas para entrar un poco en calor. El problema es que este sistema consume mucha gasolina, por lo que va a aumentar el gasto de combustible en tu coche. Sin embargo, con algunos sencillos trucos, puedes usar la calefacción de una forma eficiente y, a la vez, ahorrar unos cuantos céntimos.
Empezamos por decirte que no debes encender la calefacción inmediatamente después de entrar al coche. Es decir, lo más conveniente es que enciendas el motor y dejes que el coche se caliente un poco por la combustión. Esta indicación se da porque el funcionamiento del motor es capaz de generar cierto grado de calor, que va a ayudar a que la calefacción funcione mucho mejor.
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Por lo tanto, unos minutos después de que hayas puesto el coche en marcha, ya puedes proceder a prender la calefacción. Esta estrategia te permite forzar menos el ventilador del aparato calefactor. Además, se gasta menos carburante y evitas que la luna delantera se nuble por la formación de vaho.
Cuando el motor del coche esté un poco caliente y ya hayas encendido la calefacción, trata de mantener el termostato a una temperatura constante. Lo recomendable es que mantengas los niveles entre los 19 a los 22° C para no saturar el sistema y para ahorrar en gasolina. En Uppers te damos cinco consejos para utilizar de forma correcta y eficiente la calefacción del coche.
Sin prisas
La calefacción de los coches con motor de combustión está estrechamente ligada a éste, por lo que, si no está caliente, difícilmente podremos caldear el habitáculo. Por eso, no sirve de nada entrar en el coche de buena mañana y poner a tope la calefacción, ya que el sistema suministra el calor que genera el propulsor. Si el motor no tiene la temperatura idónea, por las toberas de la ventilación tan sólo saldrá aire frío.
No le des al botón del aire acondicionado
Para el uso correcto de la calefacción del coche no hay que encender el aire acondicionado. Si lo que quieres es caldear y no enfriar el habitáculo, de nada sirve que aprietes el botón de A/C ya que como hemos dicho antes, el sistema de calefacción lo único que hace es coger el calor del motor y llevarlo hasta el interior del coche. Además de ser ineficiente, ya que emplea más energía y por tanto consume combustible, encender el aire acondicionado mientras empleas la calefacción puede causar una avería en el sistema.
Empieza por los pies
El aire caliente asciende y el frío desciende. Este concepto básico de física se aplica también al sistema de climatización del vehículo. Por eso, en el caso de la calefacción es más eficiente que se direccione la salida del aire hacia los pies, de modo que el calor ascienda por sí mismo hacia el resto del habitáculo.
Por el contrario, si se emplea el aire acondicionado para enfriar el interior del coche se deben apuntar las salidas de aire hacia el techo para que el frío descienda a modo de cortina. Si esto lo hiciésemos con el calor este se acumularía en el techo del habitáculo habiendo una gran diferencia de temperatura entre los pies y la cabeza.
Temperatura entre 19º y 22º
Una temperatura excesiva en el habitáculo es perjudicial tanto para el sistema de climatización del vehículo como para nuestra propia seguridad. Poner siempre al máximo la calefacción para alcanzar rápidamente la temperatura escogida, fuerza el motor del sistema, lo que puede generar un desgaste prematuro del mismo y una avería grave con el tiempo.
Además, conducir con una temperatura excesiva favorece la somnolencia, lo que supone una de las principales y más graves causas de accidente en carretera. Lo ideal es fijar la temperatura del sistema de climatización entre 19 y 22 grados tanto en invierno como en verano y dejar que el sistema actúe por sí mismo de un modo gradual.
Sin abrigo
Conducir con gruesos guantes o abultados abrigos pude ser más perjudicial de lo que en principio pudiera parecer. Los primeros no nos permitirán tener un buen tacto de la dirección ni de la palanca de cambios, lo que es crucial para una óptima conducción. Mientras que llevar un abrigo muy voluminoso, además de reducir nuestra movilidad, hará que el cinturón no se pueda ajustar bien a nuestro cuerpo, pudiendo salir despedidos si tenemos un accidente.
Por lo tanto, es mejor encender la calefacción, e incluso aumentar más de 22 grados la temperatura si somos muy frioleros, antes que conducir con más prendas de ropa de las necesarias. Con estos cinco consejos sobre el uso de la calefacción en el coche podrás viajar más a gusto, seguro y con una mayor eficiencia de combustible.