Es habitual que la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) publique cada semana guías, protocolos e instrucciones sobre todo tipo de asuntos relacionados con el consumo, las tareas del hogar y un sinfín de facetas de nuestra vida en las que necesitamos asistencia. Gracias a sus recomendaciones, podemos saber cuáles son las mejores patatas fritas de bolsa o los supermercados con la carne mejor valorada por los expertos, entre muchas otras perlas de conocimiento útil.
Recientemente, ante la avalancha de preguntas de los usuarios, la organización han dado una serie de recomendaciones sobre algo que nos afecta a todos: poner lavadoras, esa tarea tan rutinaria, que en cada casa se pone de manera distinta y según la filosofía de cada cual, o incluso a las bravas: “Este es el programa más corto, y no tengo energía para esperar dos horas”.
Estas son algunas de las recomendaciones más importantes de la OCU para poner la lavadora “bien", sin errores.
Para muchos, la regla no escrita sobre las lavadoras es que se ponen “cuando no hay más remedio”. La mayoría aplicamos esta máxima llevándola al límite: solo cargamos con el barreño de ropa sucia e iniciamos el programa de lavado cuando tenemos enfrente una montaña de prendas del tamaño de King-Kong, que por supuesto hemos ido acumulando durante toda la semana. Solemos llenar la lavadora al límite de su capacidad, o incluso nos pasamos de peso por no conocer la carga máxima recomendada. ¿No te has leído el manual de instrucciones? Descuida, ya eres como el 95% de los seres humanos que lavan ropa.
Conocer la carga máxima que admite nuestra lavadora, y ya de paso, entender las etiquetas que indican cómo se debe lavar (otra de las recomendaciones de la OCU) es fundamental para que nuestras prendas se laven correctamente y haya una distribución correcta entre detergente y agua.
La organización da un dato que puede resultar útil: como máximo, deberíamos cargarla al 80% de su capacidad. Es decir, si el hato de ropa es de 10 kg, solo deberíamos cargar en el tambor 8. Si apuramos la carga más de lo recomendable, regla de oro: el lavado será más deficiente y la ropa no se lavará del todo bien.
Otro consejo, algo más intuitivo, es el del espacio libre: para saber si la hemos llenado hasta el punto óptimo, basta introducir la mano en el interior y comprobar que haya, al menos, cuatro dedos de separación entre la parte superior del tambor y la montaña prendas.
Como es difícil y algo absurdo ir pesando cada prenda de ropa para hacer nuestros cálculos, la OCU ofrece un pesaje aproximado de las prendas más comunes que tenemos en casa. Gramo arriba, gramo abajo, puede resultarnos muy útil.
• Sábana de algodón: 650 gramos.
• Pantalones vaqueros: 550 - 700 gramos.
• Camisa de manga larga: 350 gramos.
• Camisa de manga corta: 250 gramos.
• Par de calcetines: 50 gramos.
• Toalla de baño pequeña: 200 gramos.
• Toalla de baño grande: 650 gramos.
• Camiseta de algodón: 200 gramos.
• Camiseta sintética:100 gramos.
• Polo algodón: 220-250 gramos.
Otro de los errores más básicos que cometemos a menudo es la mezcla sin control de todo tipo de prendas, sin importar su composición. La OCU recomienda dividir la ropa en tandas que agrupen tejidos y colores. Sábanas con sábanas; pantalones con pantalones; prendas de color claro con prendas de color claro, y lo mismo con los colores más vivos Con esta pequeña rutina nos evitaremos disgustos mayores: una sábana blanca que se vuelve gradualmente amarillenta, un pantalón con un manchurrón desteñido, ropa que encoge y tantos otros accidentes que todos conocemos.
Al menos deberíamos saber muy bien qué tejidos requieren un lavado delicado y qué prendas admiten una mayor temperatura, para no encontrarnos con sorpresas: una prenda que nos gusta mucho ha encogido y se ha vuelto inservible, por ejemplo.
Cuidado con el exceso de suavizante en el cajón.
La organización explica lo importante que es tratar previamente ciertas manchas antes de introducir la ropa en el tambor, con “aplicación localizada de detergente” o un “quitamanchas”. Matizan que no basta con añadir un quitamanchas en la cubeta del detergente.
“Es preferible que el agua sea templada o fría, con un máximo de 40º”. Recomiendan asimismo usar el programa en frío para las prendas de color, y no pasar de los 60º grados, ya que desperdiciaremos gran cantidad de energía en el proceso. Intenta usar la menor cantidad posible de suavizante. Hay motivos para ello.
Aunque el detergente en líquido es el más extendido, desde la OCU explican que el detergente en polvo puede ser más efectivo contra la suciedad incrustada o las manchas más complicadas de quitar. En ambos usos es fundamental seguir las instrucciones del envase y utilizar la dosis de detergente recomendada.