No es ningún secreto que los precios de los billetes de avión han experimentado una subida considerable tras la pandemia y el desplome de la actividad de las compañías aéreas. El sueño de los boletos a precio asequible se estiró lo que tardamos en vencer al coronavirus y acabaron las restricciones pandémicas. Fue bonito mientras duró.
En algunos casos, este incremento de las tarifas ha rozado lo abusivo, más en un contexto de inflación disparada y congelación de los salarios. Nuestro poder adquisitivo ha bajado tan brutalmente como ha escalado el precio de casi todo: alimentos, combustible, electricidad y gas. Si miramos el incremento porcentual de precio de muchos billetes, el panorama es pavoroso: roza el 40% de subida en apenas dos años. Ni siquiera el agroturismo, una opción que suele salir un poco más económica que las vacaciones clásicas, se salva.
Lo peor es que nos hemos acostumbrado demasiado rápido a esta escalada sin control del coste de la vida de viajar en avión. A veces se nos olvida que todavía podría quedarnos algún que otro as en la manga. Con la escasez de ofertas y el precio de los billetes sin un aparente tope, muchos viajeros profesionales rastrean las principales webs de las compañías en busca de ofertas, atajos y trucos que les permitan abaratar lo máximo posible el precio de su billete. El método preferido, casi por unanimidad, es el ‘Skiplagging’, que lleva popularizándose desde hace casi siete años.
Pero ¿funciona? ¿Es cierto que podemos conseguir billetes mucho más baratos valiéndonos de una pequeña brecha en el sistema de tarifas de las compañías aéreas?
El método es tan efectivo como sencillo. Se basa en buscar vuelos con escala y aprovechar para eliminar uno de los tramos de viaje, consiguiendo así una reducción en el precio medio, que de otro modo pagaríamos a precio de billete completo.
Lo explica Bussiness Insider en un largo artículo detallando la letra pequeña del método con un vuelo Nueva York – Ámsterdam (2590 dólares). Si cambiamos el destino final por Londres y nos aseguramos de que la escala sea también Ámsterdam (donde realmente queremos ir), el precio desciende significativamente y nos ahorramos, de media, unos 700 dólares. Solo tenemos que renunciar a la segunda parte del viaje para que esta cábala con los destinos nos favorezca.
La clave está en buscar billetes con escala en la ciudad a la que queremos viajar. Solo resta preparar la maleta, ir al aeropuerto a la hora señalada, desembarcar en lugar de la escala y olvidarnos de seguir nuestro viaje.
La técnica del Skiplagging o ‘escala barata’ ha ido ganando en popularidad desde el año 2014. Tanto es así que, poco después de que se empezara a poner de moda, nació Skiplagged.com, una suerte de buscador online especializado en este tipo de ofertas que ofrece una batería de trucos y consejos para sacarle todo el jugo a esta jugarreta perfectamente legal para conseguir precios más asequibles en nuestros billetes de avión.
En este tiempo, las aerolíneas no se han quedado de brazos cruzados, En los últimos años han volcado todos sus esfuerzos para parar o sancionar a los conocedores de esta técnica.
La primera, y más obvia, es cancelarnos el billete de vuelta en cuanto detectan que estamos simulando viajar a un destino no es el final para abaratar el coste del trayecto. Otra de las sanciones es la prohibición de volver a volar con dicha compañía o diversas amenazas y multas por saltarse las condiciones del contrato que aceptamos tácita y legalmente cuando compramos cualquier trayecto en avión.
La buena noticia es que, en gran parte de los casos, el subterfugio legal está del lado del pasajero. Que el cliente siempre tiene la razón aplica absolutamente en esta situación, puesto que no consumir un producto que hemos pagado, un tramo de un viaje en avión, entra dentro de nuestros derechos. Hemos contratado y pagado un vuelo completo, así que no importa en absoluto que solo consumamos una parte y, por el camino, hayamos logrado un precio mucho más competitivo.
Desde el diario AS, explican por qué debemos tener cuidado a la hora de diseñar nuestro viaje en avión con este truco. “No puedes comentar con la compañía tus intenciones de no utilizar el tramo del destino final, pues te considerarán como cliente non grato. Por último, no debes realizar esta técnica si tu trayecto de vuelta está en el mismo billete pues automáticamente el regreso será anulado por no haber hecho uso de uno de los tramos”.