A finales de invierno las fruterías suelen irse tiñendo poco a poco de rojo con la llegada al mercado de las primeras fresas que luego copan los mercados durante la primavera. Se trata de una fruta sabrosa, fácil de comer y que suele gustar a toda la familia, aunque tiene sus problemas: hay que comerlas rápido porque tras su compra se estropean en muy pocos días. ¿Por qué pasa esto? ¿Cómo se pueden conservar?
La gran mayoría de frutas se pueden recoger aún estando verdes para que terminen de madurar. Eso no ocurre con las fresas, que una vez que son recolectadas ya no maduran. Entonces, ¿cómo es posible que en ocasiones veamos fresas en nuestro supermercado que vienen de otros países, en ocasiones de la otra punta del mundo?
En muchas ocasiones, si se van a exportar, se recogen las fresas aún verdes porque de recolectarlas maduras no aguantarían el transporte. Por eso mismo durante el viaje se les añade a las fresas sin madurar etileno, un gas con la hormona que les permite madurar y que en el caso de las fresas ya no producen al ser recolectadas. Así, al llegar a su destino están preparadas para ser comercializadas y comerlas prácticamente al exponerlas en las fruterías. Pese a no ser lo ideal, es un proceso que permite que zonas del mundo en las que el cultivo de la fresa no es apto puedan llegar a comerlas.
No obstante, aunque vengan de otra zona del mundo o sean de proximidad, cuando se compran ya han llegado a su punto justo de maduración, por lo que han empezado a perder calidad. ¿Cómo puedes lograr que te duren más de uno o dos días antes de ponerse malas?
Para ello es esencial revisar bien el producto antes de meterlo en el carrito de la compra para no llevarte las más pochas o alguna que ya tenga moho, así como fijarse en la fecha de recolección o en la de envasado, intentando hacerse con la más reciente.
Cuando ya estén en casa, lo mejor es guardarlas en la nevera, siempre sin lavar, eso solo se hace antes de comerlas. No obstante, evita almacenarlas junto a otras frutas, como las manzanas, pues están emiten etileno, la hormona que hace que sigan madurando y que acelerará que las fresas se estropeen antes.
Además, antes de meterlas en la nevera, lo mejor es repasar bien las fresas compradas y retirar aquellas que puedan estar dañadas o que evidentemente ya tengan moho o estén podridas para evitar que el resto se dañe. No les quites lo tallos, evita que queden aplastadas y fórralas para protegerlas, pero no las dejes totalmente herméticas, sino con algunas perforaciones para que puedan respirar. Y cómetelas cuanto antes.