¿Qué tienen en común el exbanquero Mario Conde y la actriz Paz Vega? A priori, parece que nada relevante podría unirles, excepto sus deudas con Hacienda, que los colocan como caras visibles de la lista de morosos de la Administración. Pero más allá de los rostros conocidos, hay una larga lista de ciudadanos de a pie que se encuentran en ficheros de morosos, con un aumento de entradas en los últimos meses debido a la crisis económica derivada de la covid-19. ¿Cómo se puede saber si estoy dentro de uno de ellos? Y lo más importante, ¿cómo desaparecer de esas listas?
Los ficheros de morosidad son documentos a los que entidades bancarias, de crédito, seguros o suministros tienen acceso y en ellos se incluyen no solo a personas físicas, también jurídicas. Y no, no hay una sola lista de morosos, hay más de un fichero, como ASNEF (Asociación Nacional de Establecimientos Financieros de Crédito), el registro más importante en España, o RAI (Registro de Aceptaciones Impagadas). Aparecer en uno de ellos puede llevar a que se te deniegue una tarjeta bancaria en una entidad, la contratación de suministros para tu hogar o incluso problemas con tu compañía telefónica.
Muchos afectados en ocasiones no saben, si quiera, que se encuentran dentro de estos ficheros, a pesar de que según establece la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) cada entidad "deberá de notificar al afectado de su inclusión", información que debe llegar por carta certificada en un plazo máximo de 30 días, aunque también se puede comprobar, si tienes cualquier tipo de sospecha, en las webs de los ficheros.
Es más, recalcan que el estar ya presente en uno significa que estás en varios, además de que existen diferentes requisitos para entrar en cualquiera de las listas, como que no podrán incorporarse deudas inferiores a 50 euros o que el cliente debe haber sido informado en el momento en que contrata el bien o servicio de que podría ser incluido en uno de esos ficheros.
Y ojito, que la OCU alerta: hay inclusiones por error. Sí, pueden ponerte el cartel de moroso sin serlo y sin tener deuda alguna. Muchos de estos casos se producen por usurpación de personalidad o por contrataciones que terminan siendo un fraude. Además, en muchas ocasiones se puede aparecer por sorpresa y sin problemas económicos, simplemente por un pago que te has podido saltar sin querer.
Hay varias opciones para salir de esos ficheros, y la primera es clara: pagar la deuda pendiente, algo que no todos, menos en la situación actual, pueden realizar. Tras abonar tu deuda debes acreditar que has hecho el pago y solicitar que se eliminen tus datos de esa lista, por lo que siempre se aconseja guardar todos los documentos que acrediten que has saldado tus pagos. Por su parte, en caso de error, puedes solicitar tu baja del fichero, pudiendo ser sancionada la empresa o la gestora que te ha incluido. Sin embargo, en estos casos, también se puede recurrir judicialmente y ser indemnizado por los daños causados.
Si no, también puedes esperar hasta que pasen 6 años para que se elimine el registro desde el momento en que fuiste incluido. A partir de ese momento se eliminarán los datos, pero el problema sigue activo: tu deuda sigue vigente y la compañía, banco o entidad puede reclamártela por otras vías. Es más, en caso de generar nuevas deudas, esas seguirán presentes en el fichero.