Hay viviendas y lugares de trabajo donde sería impensable permanecer más de quince minutos sin aire acondicionado porque el calor en su interior se hace insoportable. Ya que en estos casos su uso es totalmente necesario, en Uppers nos preguntamos a qué temperatura gasta menos el aire acondicionado y cuál es su uso correcto para que la huella que deja medioambientalmente hablando sea la mínima.
Con esta finalidad, hemos recopilado una serie de pautas que nos indican cuándo consume menos el aire acondicionado. El objetivo es que la factura de la luz no se dispare ante las altas temperaturas del verano.
Cuando vayas a elegir el equipo de aire acondicionado, lo más importante es tener en cuenta su grado de eficiencia energética. Los que disponen de la etiqueta A son los más eficientes en cuanto al consumo de energía, aunque suelen ser también los más caros. A su vez, deben incorporar filtros para el tratamiento del aire y un deshumidificador que controla la humedad del ambiente.
Por otra parte, es igual de relevante conocer la superficie a enfriar, que es la que va a determinar la potencia necesaria del aparato. La finalidad es que enfríe en el menor tiempo posible y no necesite mucha fuerza para alcanzar la temperatura deseada.
Los expertos en la instalación de estos aparatos coinciden en que la unidad exterior debe colocarse en una zona de sombra para no recibir la radiación solar de forma directa. De esta forma se consigue consumir un 10% menos de electricidad. En caso de no haber sombra, en plantas bajas se pueden plantar árboles o arbustos delante, pero sin bloquear el flujo de aire. En plantas altas hay muchas soluciones para aislarlo del sol directo. En cuanto a la instalación de la unidad interior se recomienda colocarla en las paredes de las estancias del lado norte de la casa.
El aparato debe estar lejos de fuentes de calor como lámparas o televisores porque su termostato estaría detectando temperaturas que no son las reales de la estancia. Así funcionaría más tiempo del necesario hasta alcanzar los grados elegidos con el consiguiente incremento del gasto energético y la disminución de su rendimiento.
Lo aconsejable es mantener el aparato entre 24 y 26ºC. Cada grado que lo bajemos aumenta alrededor de un 8% el gasto energético. Ten en cuenta la temperatura exterior porque no debe haber una diferencia de más de 12ºC con la del interior. El organismo de nuestro cuerpo tendría que hacer frente a cambios de temperatura demasiado bruscos y no es saludable. Recuerda que en verano hay que acomodar al cuerpo, es mejor estar dentro de casa en camiseta y dormir destapado.
Allí donde el aire acondicionado esté en funcionamiento deben estar cerradas las puertas y las ventanas con el fin de mantener la temperatura, evitar la pérdida de frío y el gasto energético y optimizar su funcionamiento. Lo aconsejable es ventilar la estancia durante unos 30 minutos a primera y a última hora del día para aprovechar las temperaturas más frescas. Siempre hay que hacerlo para reponer el oxígeno y evacuar la concentración de gases como el anhídrido carbónico.
La instalación de toldos en el exterior de las ventanas para evitar la entrada de luz directa del sol en la estancia ahorra hasta un 30% de la energía que consume el aire acondicionado. También ayuda las cortinas del interior para mantener la temperatura y bajar las persianas en las horas de mayor calor.
Lo más eficiente es programar su puesta en marcha unas dos horas antes de utilizarlo al igual que apagarlo con anterioridad a que salgamos de la estancia climatizada. Si no lo hemos programado y llegamos muy acalorados la tendencia es conectar el aire a una temperatura más fría de lo normal. Cuesta hacerlo, pero lo mejor es no impacientarse, porque reajustar el termostato no hace que el lugar se enfríe más rápido, al final el frío es excesivo y hay un aumento del gasto innecesario. Si lo utilizas en casa, puedes encenderlo dos horas antes en el dormitorio, pero apagarlo mientras duermes para permanecer a unos 26ºC.
Un buen mantenimiento alarga la vida del aparato y consigue un funcionamiento óptimo. Sigue el programa que indica el fabricante, verifica el estado de los convectores y de los ventiladores para cada velocidad.
La factura de la luz acaba de cambiar y ahora estamos supeditados a unas horas punta (de 10 a 14 y de 18 a 22 horas), horas llano (de 8 a 10, de 14 a 18 y de 22 a 24 horas) y horas valle (fines de semana y festivos y de 0 a 8 horas de lunes a viernes).
Por tanto, lo lógico sería utilizar el aire acondicionado en las horas valle que son las más baratas con unos 14 céntimos aproximadamente por hora de uso. En la hora punta el precio por hora es de unos 34 céntimos y en la hora llano de unos 18 céntimos. No obstante, muchas veces será imposible ajustar nuestros hábitos de vida y de trabajo a estos horarios.
En cuanto al consumo de luz, en un modelo de aire acondicionado estándar de 2000W (2KW), si permanece encendido ocho horas diarias, el consumo sería de 16kWh al día y de 480kWh al mes suponiendo que tenga 30 días.