Siempre se habla mucho de la cuesta de enero, pero la de septiembre no es menos pronunciada. El regreso de las vacaciones viene marcado por los gastos realizados en el verano y los que implica la vuelta al cole. Pero sobrevivir a esta pendiente no es una quimera. De hecho, este es uno de los mejores meses del año para poner en orden la finanzas, replantearse nuestra salud financiera y empezar a ahorrar.
En ese sentido, un método de ahorro que puede resultar efectivo es el del denominado 'ayuno financiero'. Consiste en permanecer 21 días bajo un estricto control de lo que entra y sale de la cuenta bancaria. Esto significa que durante esas tres semanas no puedes comprar nada que no sea absolutamente necesario. La autora de este método es Michelle Singletary, escritora y periodista de finanzas personales en el diario estadounidense The Washington Post.
Se trata de una estrategia de ahorro para ser utilizada de forma puntual y que, especialmente en contextos económicos como el actual, te puede ayudar a combatir los altos precios y la inflación desbocada. Durante los 21 días de dieta económica hay que limitarse a gastar lo mínimo para sobrevivir (comida, farmacia, colegios...), eliminando todo tipo de gastos superfluos e innecesarios. Por ejemplo, nada de bares, restaurantes, peluquerías o ropa. Esto no tiene sentido prolongarlo durante largos periodos de tiempo porque el objetivo tampoco es dejar de disfrutar del dinero.
Para embarcarse en el ayuno financiero es conveniente seguir una serie de normas:
Siguiendo estas pautas te podrás garantizar ser más consciente de tus gastos. Comprobarás cuán perjudiciales son los 'gastos hormiga' para tu economía y aprenderás a identificarlos. También te permitirá ahorrar una cierta cantidad, que sea más o menos ya depende de tus ingresos y de tus hábitos de gasto. Pero si logras ahorrar 20 euros diarios desde luego que será una cantidad apreciable al cabo de tres semanas.
Además, pequeños recortes como el café de la mañana, el almuerzo, la cervecita por la tarde o el pastelito de después de comer al final también terminan siendo beneficiosos para tu salud.
En el otro lado de la balanza hay que poner el riesgo de que, una vez terminado el 'ayuno' caigas en la tentación de recuperar en lo que queda de mes lo que has ahorrado en tres semanas, con lo que no habría servido de nada. También hay que subrayar que esta no es una solución para gente con grandes problema financieros. Para las deudas grandes hay otras soluciones más adecuadas que el 'ayuno', que básicamente sirve para ver cuáles son tus gastos superfluos e inútiles y cómo eliminarlos te ayuda a sanear tu economía.