Warren Buffett es una de las personalidades más importantes del mundo económico. Según Forbes, es el quinto hombre con más patrimonio del mundo, con un valor estimado de unos 107.000 millones de euros. No es de extrañar que cualquier consejo o recomendación suyo sea tomado por muchos como un mantra que aplicar a sus propios negocios. Marcar una pauta de disciplina financiera como la que él cultiva, con un control férreo sobre el gasto, los ahorros y el pago de deudas, puede ser la mejor manera de hacer frente a la actual crisis económica y y vencer a la inflación que nos ahoga.
El magnate, de 92 años, tiene un decálogo de oro, recogido por El Economista, que aplica no solamente a su faceta como inversor, sino en su vida diaria para estar preparado para cualquier tipo de adversidad. Quizás convenga atender con atención a su estrategia para hacer frente a un escenario donde los expertos solo hablan de recesión.
Al contrario que muchos multimillonarios que invierten su dinero en varias y costosas propiedades, Buffet sigue viviendo en la misma casa que compró en 1958, más de 60 años. Por ella pagó en su momento 31.500 euros, que en la actualidad equivaldrían a cerca de 318.600 en euros. El empresario no tiene planes de mudarse, e incluso en alguna ocasión ha manifestado con orgullo que su casa es "la tercera mejor inversión que he hecho" .
La única hipoteca que ha pedido en su vida fue sobre una casa de vacaciones en Laguna Beach, California, que compró en 1971. Buffett tenía el efectivo para pagar la propiedad, cotizada en 150.000 euros, al contado, pero prefirió obtener el préstamo hipotecario a 30 años de modo que pudo usar el dinero extra disponible para comprar acciones en Berkshire Hathaway, la compañía que le trajo miles de millones.
El magnate podría tener un chef personal que le preparase el desayuno todas las mañanas, pero él prefiere tomar su café en Mickey D's camino a su trabajo. Dice que no le gusta gastar más de 3,17 euros en su comida de la mañana.
A Buffett no le gustan especialmente los trajes de diseñador ni le atrae el último modelo de iPhone. Mantuvo durante años su teléfono plegable de 20 dólares antes de cambiarlo por un iPhone en 2020. el empresario, conocido también como el 'Oráculo de Omaha', dijo en cierta ocasión: "No ahorres lo que queda después de gastar, sino gasta lo que queda después de ahorrar".
Cuando era joven pidió una vez prestado el 25% de su patrimonio neto para comprar acciones, pero nunca quiso volver a repetir lo que considera un error. Y ese es el consejo que siempre les da a los inversores. "Nunca he pedido prestada una cantidad significativa de dinero en mi vida. Nunca. Nunca será. No tengo ningún interés en eso", les dijo a los estudiantes de Notre Dame en 1991.
Buffett prefiere automóviles reparados que pueda comprar a precios reducidos. En 2014 actualizó su Cadillac DTS 2006 por un Cadillac XTS por solo 45.000 euros. "La verdad es que conduzco pocos kilómetros al año, por lo que compro un auto nuevo con poca frecuencia", admitió a 'Forbes'.
Cuando nació el primer hijo de Buffett, convirtió un cajón de la cómoda en un moisés. Para su segunda hija, tomó prestada una cuna. "Si compras cosas que no necesitas, pronto venderás cosas que necesitas", es otro de los consejos que da el multimillonario.
Para Buffett en la vida es clave hacer aquello que amas. Él mismo atribuye gran parte de su éxito a su pasión por invertir. "Tienes que amar algo para hacerlo bien". Por eso, él siempre insta a trabajar en algo que te guste de verdad en lugar de hacer aquello que supuestamente va a lucir mejor en tu currículum. Además de invertir, el magnate también disfruta de los juegos de cartas y toca el ukelele.
En 2019 dijo que usa efectivo el "98 por ciento del tiempo. Si estoy en un restaurante, siempre pago en efectivo. Simplemente es más fácil". Por muy anticuado que pueda sonar, el no depender de la tarjeta de crédito puede evitar que se gaste el dinero que no se tiene.
Buffett es un fanático de las buenas ofertas. En cierta ocasión invitó a su colega multimillonario Bill Gates en su restaurante de comida rápida favorito con cupones de descuento. "¿Recuerdas lo que nos reímos cuando viajamos juntos a Hong Kong y decidimos almorzar en McDonald's? Te ofreciste a pagar, rebuscaste en tu bolsillo y sacaste ¡cupones!", rememoraba el propio Gates en una carta.