No es tan popular como la de enero, pero la cuesta de septiembre siempre llega como un mazazo para las familias, con el agravante de venir de las vacaciones y de suponer el inicio de un nuevo curso escolar, con todos los gastos adicionales que ello implica. Pero septiembre también es un buen mes para poner en orden nuestras finanzas y empezar a ahorrar de una manera más efectiva. Aunque no hay ninguna fórmula mágica, sí existen algunos métodos o tips que nos pueden ayudar a alcanzar una situación más desahogada. Y la ciencia tiene algo que decir al respecto.
El psicólogo social Roy Baumeister, profesor en la Universidad Estatal de Florida, ha estudiado durante años la fuerza de voluntad y el autocontrol y ha llegado a la conclusión de que tener varios objetivos disminuye las posibilidades de lograrlos, por lo que es vital concentrarse solo en uno. La primera regla es fijarse metas claras y alcanzables. Esto es, el objetivo debe ser específico, medible, alcanzable, relevante y limitado en el tiempo.
Además de establecer metas, hay que saber identificar y reducir los gastos innecesarios. Se trata de examinar dónde se puede recortar, por ejemplo en comidas fuera de casa o suscripciones que apenas usa, y así pode destinar más dinero al ahorro.
Puede parecer ir en contra de los tiempos, pero pagar en efectivo puede ayudarte a gastar menos. El estudio ‘Efectos del mecanismo de pago en el comportamiento de gasto: El papel del ensayo y la inmediatez de los pagos’, citado por El Economista, concluyó que las tarjetas de crédito no se perciben como dinero y se tiende a gastar más con ellas. Además, al no ser inmediato el pago, tendemos a no sentir tanto el impacto de las compras.
Los expertos también recomiendan investigar y comparar precios en diferentes establecimientos antes de acometer una compra importante, con lo que se podrán obtener mejores productos a un precio más bajo.
El navegador de internet almacena diferentes tipos de datos, como la tarjeta bancaria, con el objetivo de ahorrarnos tiempo y hacer más fácil nuestras compras. Pues bien, otro truco para ahorrar es no guardar esa información de pago en el navegador. Cierto, hacer una compra será menos cómodo, pero también puede ayudarte a pensártelo dos veces antes de finalizar una que ibas a realizar por impulso.
El solo hecho de tener que levantarte para ir a buscar la tarjeta ya te puede hacer replantearte ese gasto quizás innecesario. Esta incomodidad puede ser una gran aliada para controlar tus gastos. Por no hablar de que quitar la tarjeta del navegador también puede ser una maniobra aconsejable por motivos de seguridad.
Según una investigación publicada en ‘New Engalnd Journal of Medicine’, las personas somos más propensas a tener malos hábitos si nuestros amigos también los tienen. Pero esta influencia se puede utilizar para compartir metas de ahorro con un amigo, lo cual motivará a hacer planes con menos costos, proponiendo actividades que se ajusten a tu presupuesto.
Si careces de fuerza de voluntad para dejar de gastar dinero y ahorrar, una buena opción sería automatizar el proceso. ¿Cómo? Configurando transferencias automáticas desde tu cuenta principal a una cuenta de ahorros para asegurarte que apartas una cantidad regularmente.