En pleno siglo XXI lo normal, o al menos lo más frecuente en los hogares, es tener el dinero guardado en una o varias cuantas bancarias, aunque claro está que siempre es recomendable tener algo de efectivo en casa ante cualquier imprevisto que pueda surgir, imagínate que por una posible estafa el banco te bloquea la tarjeta. Otra cosa es cuando todos esos ahorros que tienes se quedan en casa, lo que viene a ser de toda la vida guardar el dinero debajo del colchón. Un dinero en efectivo que en alguna ocasión se nos puede olvidar presentar ante Hacienda y ojo, porque nos puede traer algún que otro problemilla.
Realmente tener tu dinero en casa es legal, no hay impedimento alguno para guardarlo allí si, por ejemplo, no quieres pagar comisiones bancarias y prefieres meterlo bajo el colchón, en un cajón, o en una caja fuerte, tuya es la decisión. Pero tenerlo bajo techo, cabe recordar, implica unos riesgos, desde su robo hasta un desafortunado incendio que termine con tus ahorros de forma inesperada.
Pero volviendo al tema, la Agencia Tributaria tiene siempre el ojo puesto en cualquier movimiento de dinero, también en el efectivo que, como decíamos, no es ilegal tenerlo en casa, siempre que su procedencia sea lícita y esté debidamente justificada para incluir esa cantidad en la declaración de la Renta.
Para que no se te escape una, debes saber que cualquier operación que se efectúe con más de 3.000 euros debe ser comunicada al fisco por las entidades, así como cualquier operación que implique un billete de 500 euros independientemente de la cantidad, aunque sea menor de 3.000 euros y ya sea una gestión puntual o periódica. No obstante, cuando se retira una cantidad del banco y pasa mucho tiempo sin estar en el control de la entidades bancarias, al volver a una cuenta al cabo de meses o incluso años, puede levantar las sospechas de Hacienda. Como ves, no es fácil que la Administración tenga conocimiento sobre el dinero en metálico del que disponemos, pero para nada imposible.
Sin embargo, que le llegue una notificación a Hacienda o que estos pongan el ojo sobre nuestras cuentas y el dinero en efectivo que hemos movido o guardado no significa que nos vaya a caer una multa directamente. En caso de que consideren que es necesario, se pedirá una justificación del dinero y si por su parte existiera algún tipo de sospecha, será entonces cuando abran una posible investigación.
Por tanto, para ponernos en situación, el dinero en efectivo lo podemos tener, siempre y cuando al realizar cualquier operación con él, ya sea una compra, un ingreso en otra cuenta o lo que sea, se pueda justificar debidamente su procedencia.
En caso de que ese dinero no esté declarado y, por tanto, la Agencia Tributaria no tenga conocimiento alguno de dónde proviene se tendría que realizar otro procedimiento. De acuerdo a cómo lo considera la Administración, este efectivo, cuando no puedes acreditar su origen, debe declararse como ganancia patrimonial no justificada que, por supuesto, hará pagar más impuestos e incluso puede acarrear una posible sanción por la cuota defraudada.